Muchos son los derechos que se vulneran cada día en el mundo en perjuicio de los  niños, niñas y adolescentes, el abuso sexual, la violación sexual, el trabajo forzado, la falta de acceso a la salud y a la educación, incluida la violencia social a causa de la negligencia por parte del estado y los padres y la lista pudiera  resultar infinita. Sin lugar a dudas que estos son vulneraciones graves de derechos que deben ser denunciadas y expuestas, para que la sociedad tome conciencia de la gravedad de los hechos que acontecen y que las autoridades puedan tomar acción en relación a ellas porque en la mayoría de las ocasiones se enteran a través de los medios de comunicación y redes sociales cuya labor es muy importante para mantener informada a la sociedad de todas esas situaciones.

Cuando hablamos de derechos de  niños niñas y adolescentes tenemos que entender que estos  son los únicos derechos que tiene una prioridad absoluta sobre cualquier otro derecho y son jerárquicamente superior a cualquier otro, de ahí la importancia de  conocer o asesorarse en relación al abordaje y tratamiento frente a cualquier situación que involucre a un  niño niña y adolescente.  Conforme lo indica el artículo 26 de la ley 136-03: “Se prohíbe disponer o divulgar a través de cualquier medio la imagen  y datos de los niños, niñas y adolescentes en forma que puedan afectar su desarrollo físico, moral, psicológico e intelectual, su honor y su reputación, o que constituya injerencia arbitraria o ilegales  a su vida privada e intimidad familiar o que puedan estigmatizar su conducta o comportamiento.”  Se castigará con penas de 2 a 4 años de cárcel y multa  de 3 a 10 salarios mínimos.

A pesar de que nos mueva la mejor intención de ayudar o incluso de proteger a un niño, niña o adolescente no podemos olvidar que esa intención no nos exime de la responsabilidad de cumplir con lo dispuesto en el articulo precedentemente citado,  aun sea por desconocimiento o  sin tener la intención de dañar o afectar la imagen de un niño o niña de manera particular, sino con el fin de llevar información de interés sobre un caso en particular tenemos que ser muy cuidadosos.

Hemos normalizado tanto la exposición de los niños, niñas y adolescentes al punto que hemos creado un código social de situaciones menos o más gravosas, por ejemplo nos alarmarnos solo cuando la imagen expuesta del niño o niña es de tipo pornográfica y entendemos que es la única forma de que la publicación puede ser un delito y no es así, incluso teniendo la intención de ayudar con la publicación la forma de presentar un testimonio, un video, una noticia en relación a un niño,  niña o adolescente amerita de una muy rigurosa observación para no incurrir en un delito. Además de contar con el consentimiento para la publicación  o difuminar el tono de voz o la imagen debemos tomar en consideración  los efectos negativos que puedan generarse o desprenderse de esa publicación y la forma que ha sido abordada la victima  para obtener esa declaración.

¿Qué podemos hacer entonces? ¿Tendremos que abstenernos de dar a conocer las tragedias, situaciones de peligro o abusos que diariamente se cometen en contra de los niños, niñas y adolescentes?  La respuesta es no, pero si debemos ser empáticos con la tragedia que vive la familia utilizar la creatividad para exponer el hecho sin exponer a la víctima,  por ejemplo en algunos reality show vemos que utilizan actores que no sean menores de edad que dramatizan la situación, también se puede exponer el hecho por medio de comics, en fin muchas maneras que los creativos pueden utilizar cuando se trata de publicar tragedias de las que sufren nuestros niños, sin exponerlas a repetir de viva voz su dolorosa historia ya que resulta atentatorio a su honor y dignidad.

La niñez es sagrada cualquier acción en su favor aunque lleve la mejor intención deber ser realizada bajo la supervisión y consulta de expertos analizada y posteriormente publicada, aunque la intención es de ayudar y denunciar de forma pública lo que les sucede, lo más importante es preguntarnos ¿Cómo  hacemos sentir a quien pretendemos ayudar?