Como otras tantas veces

 

“Salimos otra vez, la luna sobre el mar… como otras tantas veces.

Nos vamos a bailar, la copa de coñac, como otra tantas veces…”.

Virgilio Expósito.

 

Y otra vez a contar muertos, desgracias, heridos… como otras tantas veces.

Luego, a repasar los desafíos, que este año serán muchos “y multifactoriales”, como dicen los que saben.

A contar mucha muerte y mucha irresponsabilidad paterna, ciudadana. Mucho alcohol y mucha velocidad.

Violencia que se respira. Armas por todos lados porque -y uno jamás pensó escribir esto- ya nadie se entra a trompadas con el otro; ya nadie quiere partir de un botellazo al adversario e ir tranquilo a pagar RD$5.75 de multa al Tribunal, como antes; “mentarle” la santa madre al otro, gritándole “hijoepúmariladronazaroso” u otros versos, no.

Ahora todo termina en una Taurus, una Glock de 17 tiros. Y volvemos a lo mismo, como cada primer semana de enero… como otras tantas veces.

El 2013 reúne demasiados desafíos para un solo año, algunos de ellos tan absurdos para la realidad institucional dominicana como la Defensoría del Pueblo, un invento primermundista para sociedades desarrolladas donde la justicia funciona pero requiere ser perfeccionada.

La lógica mandaría que antes de este asunto del DP, -constitucionalizado y todo- primero se dedicaran los recursos necesarios para fortalecer el Ministerio Público, la Policía y la Justicia. Pero no. Un solo ejemplo, Para 2013 el presupuesto de la Fiscalía de la Provincia de Santo Domingo es de 14 millones, un millón menos que los 15 millones que este año los diputados tienen asignados para gastar en “prendas de vestir” según consigna el Presupuesto.

Si un fiscal o un juez, por diversas razones es incapaz de aplica la ley que es la mejor defensa del ciudadano, para qué carajos nos vamos a dar el postín primermundista de un Defensor del Pueblo, y ¡dale con nuestra debilidad por el decorao, el allante y la pantalla; y dale que te dale con satisfacer los egos de cierta sociedad civil con su Embajada, con sus medios y sus buenas artes, sus representantes oficiosos, y una M… que no es de miércoles, don Radha.

Para qué inventar con un Defensor del Pueblo en un sistema judicial /penitenciario incapaz de evitar que -vía celular- los narcos controlen sus negocios desde las cárceles, convertidas ya en confortables despachos para seguir delinquiendo… y no pasa nada. Y otra M… don Radha, otra M.

¡Pobre país de escenografía, decorao y public relations!

Triste escenario de carpintería política con sus postalitas, con sus mentiras y sus poses, con sus actores y actrices prestos a salir a escena en este enero… como otras tantas veces. Y cántela otra vez, don Virgilio Expósito, cántela otra vez: “…y al fin al regresar, me vuelvo a despedir…como otras tantas veces…”