Como joven quiero tener la oportunidad histórica de ser participe en la construcción de una nueva sociedad. Una sociedad más democrática, más progresista, más justa, más igualitaria. A pesar de que reconozco que algunos sectores nos han dotado de herramientas para el futuro, se les ha olvidado algo, el permitirnos participar. Cuando vemos el nivel de participación de ciertos colectivos específicamente el de la juventud vemos que es muy mínima y que estamos muy mal representados.
Cada año, en un día como este, oímos a todas las personas hablar con motivación sobre nosotros, sin embargo cuando nos vamos a realidad a pesar de ser la generación más preparada, con mejor formación somos las generación con menos oportunidades en el mercado laboral y la más mal pagada.
El Estado debe ser capaz de asumir su responsabilidad constitucional de darle participación a todos los colectivos, logrando romper con la discriminación e inequidad que atenta con una sociedad que ha sido violentada por la falta de buena educación, de sustento oportunidades y en especial de vida digna.
Nuestra participación en el ejercicio de la creación de una mejor sociedad es una garantía sólida de que nuestro país se oriente a las metas y objetivos que se ha planteado. En pocas palabras, queremos participar, y sí, también queremos opinar, queremos ser parte en la tomas de decisiones en nuestro país, porque al igual que usted que está leyendo esto, nosotros también vivimos aquí.
Dejemos de decir que la juventud es el futuro, empecemos a decir que también somos el presente. Es necesario derribar las barreras que me impiden, a mí como ciudadana, no poder ejercer mi derecho a la participación en las tomas de decisiones y a que se tome en cuenta mi voz.
Una verdadera representación se hace con las personas que viven una determinada realidad, es por eso que al momento de definir una política pública que supuestamente “nos beneficie” se debe contar con nuestra opinión. Porque si hay algo que los jóvenes de esta generación sabemos, es lo potente que puede ser nuestra opinión.
Entiendo que las políticas de igualdad de oportunidades deben ocupar un lugar importante y destacado en la agenda política de nuestro país, y que las mismas deben ser innovadoras y efectivas, lo ideal es que las propuestas pasen de los discursos a la realidad.
Son profundos los cambios que debemos realizar para que podamos, todos y todas, vivir mejor. Ahora mismo la principal tarea del futuro es reducir la brecha de desigualdad y eso se logra, con más voluntad y compromiso.
Ser joven hoy en día es una revolución. Es tener esperanza, es tener visión.
Demandamos ser parte del cambio que se avecina, anhelamos el día que podamos estar representados adecuadamente y ser valorados seriamente como entes capaces de presentar propuestas que realmente reflejen nuestros intereses, nuestras necesidades. Queremos ser parte del proceso de diseño, aprobación y seguimiento de las iniciativas y objetivos que nuestros país tienes por delante.
En fin, queremos ser parte, porque creemos en nuestro país, y para esto demandamos el análisis y debate de las decisiones que se están tomando en todos los ámbitos, porque al igual que ustedes, estas nos afectan.
Es hora de que se nos reconozca el gran papel que jugamos. Es hora de rediseñar las estrategias, los proyectos y las acciones para que estas sean integrales y transversales a cada uno de nosotros y así se reduzcan nuestras diferencias y se realice un cambio efectivo en la vida de una generación prometedora.
Demandamos una participación significativa y efectiva, más allá de lo simbólico y de los discursos. Demandamos un abordaje basado en igualdad de derechos.
Recuerden hoy Día Nacional de la Juventud del 2016 que nuestra participación y representación en la toma de decisiones es un aspecto fundamental para la consolidación de una sociedad democrática.