El estudio “Vulnerabilidad e Invisibilidad de las personas usuarias de drogas ante el VIH y SIDA” que realizamos para ONUSIDA y el Instituto Dermatológico Dominicano (IDCP) fue publicado a principios de este año por estas dos instituciones.
En este estudio se analiza la problemática del consumo de drogas desde el uso de técnicas cualitativas con personas usuarias de drogas en distintas provincias. En este articulo y otros subsiguientes presentamos algunos extractos de esta investigación.
“El análisis de las formas de inserción en el consumo de drogas presenta como las personas se inician en el consumo de las drogas a través de cuales espacios, medios, redes o relaciones. a través de cuales espacios, medios, redes o relaciones”. En el estudio se muestran distintas formas de inserción en el consumo de drogas como son:
a) “Redes de amigos y amigas. “Me enseñó una amiga a fumar crack, yo tenía 17 años. Yo le pedí que me enseñara para saber lo que era, que se sentía. Me gustó y seguí”.“Salí con un amigo, estamos bebiendo y el tenía cocaína, tenía 16 años”.
b) “Inserción en consumo a través de parejas “La heroína la conocí con una novia que tenía que consumía, le pedí que me dejara probar y me enganché”.
c) “ Centros de reclusión como espacios de inserción en consumo de drogas. “Yo estuve preso en Najayo cinco meses y allí había todo tipo de drogas. Ahí fue que empecé a consumir perico y me envicié. Allá adentro hay drogas normal igualito como aquí afuera y más barata, a mitad de precio”.
d) “Inserción en consumo en estratos medios marcada por fiestas privadas y relaciones de amistades. “En una fiesta privada probé la cocaína y me gustó, yo tenía 17 años”.
e) “Consumo de drogas a través del trabajo sexual. “Los clientes te dejan si tu no compartes con ello el polvo, no ganas dinero, te lo exigen”.
f) “Familiares que introducen a las personas entrevistadas en el consumo. “Yo empecé a los 11 años. Vi al hermano mío, lo aceché y estaba fumando hoja. Luego lo ví metiendo polvo y le dije que me diera”.
El estudio muestra que “gran parte de la población entrevistada se inserta en el consumo de drogas en su infancia o en su adolescencia. En menor grado la juventud y aún menos en la adultez. La inserción en la infancia está vinculada a las redes de amigos y amigas, a relaciones de pareja y a familiares que inciden en el consumo. El peso que tienen los grupos de pares en niños, niñas y adolescentes como grupo de referencia y de modelaje social se muestra en estos patrones de inserción, se busca imitar la conducta de amistades, parejas y familiares o simplemente “probar””. (Vargas Tahira-ONUSIDA-IDCP, 2012: 96,97)
“Un elemento que hay que destacar es la presión que ejercen los clientes hacia trabajadoras sexuales y transexuales para que consuman e incluso en muchos casos se lo imponen. Esta presión implica una sugestión alrededor de beneficios económicos que terminan enganchando a las trabajadoras sexuales”. (IBIDEM)
“Junto a estos escenarios encontramos también que las cárceles se convierten en un lugar de inserción en el consumo de las drogas tanto para personas adultas como para adolescentes que han estado en centros de reclusión de menores”. (IBIDEM)
La droga se convierte en un elemento atractivo para población infantil, joven y adolescente que transita del consumo de alcohol a drogas fácilmente buscando “sensaciones más fuertes” y mantenerse en el “coro”.
Las drogas ilícitas, alcohol y cigarrillos tienen una alta conexión con la recreación, el placer y el sexo. La ausencia de orientación y alternativas de recreación sin estos componentes en la infancia y adolescencia genera más atractivo.
Las drogas ilícitas se mantienen en el ocultamiento, la ilegalidad y el tabú. Estos elementos favorecen el incremento de su consumo convirtiéndolas más atractivas y fuera del control de familias, centros educativos y estado. Las familias cometen el grave error de no conversar con hijos e hijas sobre las drogas ni sobre lo que ellos están viviendo en su contexto social sin escandalizarse. Las familias se escandalizan y reprimen a sus hijos e hijas lo que genera más apego a las prácticas de consumo y a buscar apoyo en grupos de amigos y amigas o en parejas, que a veces consumen también.
Familias y Centros Educativos no cuentan con herramientas para ofrecer orientación, acompañamiento, prevención. El estado debe aportar estas herramientas e intervenir en prevención y rehabilitación del consumo desde políticas sociales y de salud pública.
Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY