La semana pasada producto del artículo publicado en este mismo espacio, una lectora, a través de una red social, me hizo la pregunta que da título a este articulo. En ese momento hablábamos de cómo las madres y padres usan las consultas psicológicas y ginecológicas para saber si, sobre todo sus hijas, se han iniciado en la vida sexual.
Ampliamos el tema ya que es imposible dar respuestas simples a situaciones tan complejas que abarcan no solo la vida personal sino la familiar y social, coloreadas por el contexto cultural que nos homogeniza como parte de un sistema de creencias territorial y temporal. Me hizo la pregunta directa y prometí escribir.
Haré un esfuerzo por dar información concreta que sirva, pero como siempre les digo a los padres que van a mi consulta, hay que buscar información, estudiar, aprovechar la bendición que tenemos los padres y madres de hoy, distinta a nuestros antecesores, que es la posibilidad de tener información actualizada y universal, a través de la carretera virtual.
Dar recomendaciones de qué hacer es difícil, pues cada caso y familia es especial. El manejo depende de muchos factores, los vínculos establecidos con anterioridad a esta etapa de desarrollo, el nivel educativo, prejuicios e historias de los padres y de la familia nuclear, pero haré un intento a través de mis casos reales que siempre les sirven mucho a los padres.
No juzgó, no reprimió, no castigó, no prohibió, sino que acogió con sabiduría la respuesta inesperada y aprovechó para educar
Me contaba una madre en consulta que se dio cuenta de que su hija de 17 años era sexualmente activa cuando su chica le preguntó acerca de una ginecóloga para visitarla.
Esta madre en vez de enojarse, hacerse la boba o gritar y castigar, le preguntó directamente a su hija si estaba teniendo relaciones sexuales con su novio. La respuesta fue positiva y con la misma claridad que la chica lo dijo, la madre aprovechó para hablar del tema. Esperó la siguiente visita del novio de su hija y tuvo una conversación con los dos. Les dijo claramente que sabía que tenían relaciones, les habló de lo hermoso del amor, el sentido de crecer y ser mejor persona a través del vínculo del noviazgo.
Además les explicó las implicaciones que tiene iniciar la vida sexual a su edad. Les planteó el impacto que podía tener un embarazo en los proyectos de vida de cada uno, repartió la responsabilidad de un posible embarazo en ambos y no sólo en la chica.
Luego con ayuda de la internet revisaron entre los tres las infecciones de transmisión sexual, las características de cada una y cómo protegerse una y otro, sustentado en el respeto y en el derecho de cada uno de cuidarse.
Esta madre de manera muy sabia desmitifico el tema y se aseguró de que ambos recibieran la información necesaria de buena fuente, en un contexto seguro y en un ambiente relajado y afectivo.
No juzgó, no reprimió, no castigó, no prohibió, sino que acogió con sabiduría la respuesta inesperada y aprovechó para educar. Además rompió el parámetro todavía vigente, de que la sexualidad de una pareja está a cargo de la mujer porque es la que se embaraza. Rompió además el mito de que los varones no necesitan información acerca de la sexualidad porque el sólo hecho de ser hombres, les faculta en esta área.
Si esta lectora me solicitara una respuesta resumida a su pregunta en cinco elementos básicos para abordar la sexualidad activa de los adolescentes, yo le diría:
-Hablar con sus hijos e hijas en amor y respeto.
-Tener información actualizada antes de la conversación.
-Evitar manejarse con miedo.
-Tratarlos como adolescentes necesitados de amor y educación, merecedores de información y no como niños que se portan mal.
-Enseñarles a protegerse y cuidarse con amor y respeto por su propia vida y la de los demás. solangealvarado@yahoo.com
@solangealvara2