Insisto, cuando hablo de la industria creativa visualizo a la llamada “Economía Naranja”. Impulsada por el Banco Interamericano de Desarrollo a partir de la obra de Duque y Buitrago, ya que está basada en la cultura popular llevada al ámbito mercantil y un gran complemento para la economía turística que somos en la República Dominicana. La versión original pueden encontrarla en el enlace siguiente: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/La-Econom%C3%ADa-Naranja-Una-oportunidad-infinita.pdf

Pero, estamos en época pandémica y el BID no abandona a su criatura, por lo que acaba de producir una evaluación de la economía naranja en la crisis del Covid-19, disponible en el enlace siguiente:

https://blogs.iadb.org/industrias-creativas/es/economia-naranja-en-la-crisis-del-covid-19/

E insisto en la distinción, porque parece que se reclama por asistencia a los cultores de la “bohemía” que al cerrarse las salas de entretenimiento pasan a la caldera de espantos de la carestía forzada por el confinamiento pandémico. Ellos, tienen los mismos derechos de los ciudadanos que el Estado sea capaz de ofrecer.

A lo que me refiero, si hemos promovido un sector creativo basado en las puras artesanías locales, hasta los emprendimientos locales de la industria digital, ¿A qué retos nos enfrentamos? El BID nos responde: La industria cultural y creativa se enfrenta a un gran reto, pero tiene la oportunidad de traer innovación a los desafíos globales.

A partir del BID, repasemos la situación, glosando sus ejemplos: «Desde su aparición, el COVID-19 ha impactado la forma en que vivimos. En tan sólo meses, nos forzó a desaprender la forma en la que trabajábamos, estudiábamos y nos relacionábamos. La crisis sanitaria también ha paralizado la actividad económica, afectando duramente a las Industrias Culturales y Creativas (ICC), las cuales han presentado pérdidas millonarias por la cancelación de espectáculos, conciertos y festivales. A esto se suma el cierre de museos, restaurantes, cines, teatros y otros establecimientos considerados no-esenciales.

«A medida que la pandemia del coronavirus se intensifica y nuestro mundo se reorganiza, a muchos trabajadores -en especial a los freelancers– del sector creativo les resulta cada vez más difícil sobrevivir. Es importante mencionar que los emprendedores creativos de Latinoamérica y el Caribe son en su mayoría jóvenes que aprendieron a hacer negocios durante el proceso mismo de gestación de sus empresas, arrancando sus negocios con dinero propio. Incluso, según la publicación del BID “Emprender un Futuro Naranja”, un 58% de ellos manifestaba no generar un ingreso suficiente para vivir de su emprendimiento antes del brote del COVID-19.»

«Por ejemplo, sufrirán un impacto significativo las poblaciones remotas que viven del turismo creativo, como San Basilio de Palenque. Este pequeño pueblo de sólo 4,000 personas al sur de Cartagena, fue nombrado “obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad” por la UNESCO gracias a su legado musical, pero este año será silenciado por la cancelación de sus festivales y actividades.

«A gran escala, el número de personas que se verán afectadas económicamente por la crisis del coronavirus crece cada día. Según las estimaciones adelantadas, más de 37 millones de empleos en este país (Colombia) son vulnerables a despidos a corto plazo. Entre los sectores más vulnerables a despidos se encuentran el de la gastronomía, el de la moda y el del entretenimiento, tres piedras angulares de la industria creativa.»

¿Quiénes son los primeros en responder ante las crisis?

¿Cómo se manifiesta el impacto de la pandemia? El Informe nos muestra esplendidos ejemplos: «Ante desastres naturales o tragedias, los países y comunidades ven en las artes un componente esencial de la respuesta multidisciplinaria a estas emergencias, siendo a menudo los creativos unos de los primeros en responder.

«El caso del brote del COVID-19 no ha sido la excepción. Ejemplo de ello son cientos de museos y plataformas digitales en Chile, Argentina y México. Estas han abierto sus contenidos gratuitamente al público con el fin de brindar herramientas educativas y de entretenimiento durante la cuarentena.

«El sector de la gastronomía también ha puesto sus recursos a disposición de la comunidad. El chef español José Andrés fue uno de los primeros empresarios en cerrar sus restaurantes en Washington, D.C. y reabrir seis de ellos como cocinas comunitarias. Allí reparten comida gratuita a personas de bajos recursos y reciben donaciones para aportar a la causa. “En las buenas y en las malas, un plato de comida caliente es un alimento vital para el cuerpo y el alma. Con la urgencia de ahora, haremos de los alimentos la solución, no el problema”, dijo.

«Son casos como estos los que demuestran que no podemos considerar las industrias creativas y culturales de manera discrecional, pues son y seguirán siendo un motor crucial del crecimiento y el desarrollo económico de nuestros pueblos, ciudades y países.»

¿Qué están haciendo los países de América Latina?

Varios gobiernos de la región han reaccionado a las necesidades del sector creativo con medidas para proteger a emprendimientos creativos, museos, teatros, empleados y freelancers. Lamentablemente no conocemos ninguna acción en la República Dominicana dirigida al sector cultural y a las Mipymes creativas. Ya se han creado una serie de iniciativas para capturar datos del impacto del coronavirus con relación al desempleo y a pérdidas económicas de las empresas, así como también iniciativas para el comienzo del diseño de políticas públicas. Algunas de estas medidas son:

  • Argentina: El Ministerio de Cultura lanzó una serie de medidas bajo el eslogan “En tiempos de emergencia. Cultura de la solidaridad”, que comprenden apoyo económico y técnico para organizaciones y colectivos comunitarios. También, con el programa “Cultura en Casa” se contratará a más de 500 artistas para que se presenten a través de plataformas digitales oficiales.
  • Chile El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio anunció la distribución de aproximadamente US $17 millones al sector creativo y la prórroga de convenios. A esto se suma un trabajo sectorial y de consulta online para levantar las necesidades más apremiantes de la industria.
  • Colombia: Se destinaron cerca de US $30 millones para cubrir la seguridad social de artistas y gestores culturales a través del programa de Beneficios Económicos Periódicos (BEPs) Naranja. También, a través de la Ley de Espectáculos Públicos de las Artes Escénicas, se destinarán fondos para actividades de creación, formación virtual, producción y circulación de espectáculos públicos de artes escénicas durante los próximos 18 meses.
  • Ecuador: A través del programa “Desde mi casa” del Ministerio de Cultura y Patrimonio se realizará una convocatoria para pagar a artistas ecuatorianos por transmitir espectáculos y presentaciones desde sus casas.
  • Jamaica: El gobierno de este país creó un paquete de estímulos para ayudar a los individuos y negocios creativos registrados ante el Ministerio de Cultura, Género, Entretenimiento y Deporte, dado que estos reportaron más de US $100 millones en pérdidas.
  • México: Su Secretaría de Cultura anunció la creación de un “banco de funciones” para pagar a los artistas, creadores y conferencistas contratados entre el 20 de marzo y el 20 de abril. También anunció la creación de una plataforma para que los artistas puedan trabajar desde sus casas.

Por otro lado, varios países se han pronunciado ya para dar acceso a la cultura a través de plataformas digitales. Tal es el caso de Chile con “Elige Cultura” y de México con “Capital Cultural en nuestra casa”. Sin embargo, es necesario evaluar con profundidad estas iniciativas para cerciorarse que se están respetando los derechos de autor, un tema pendiente en la agenda de las industrias creativas de la región.

¿Qué ha hecho el mundo para proteger las Industrias Culturales y Creativas?

El Informe del BID nos señala otras acciones fuera del espacio interamericano: «Tras el impacto producido a las Industrias Creativas y Culturales, varios países del mundo han asignado fondos de rescate para estas o han establecido moratorias en el pago de impuestos y cotizaciones de seguridad social para trabajadores creativos.»

«En Inglaterra, el Arts Council ha presentado un paquete de fondos de emergencia de € 180 millones para organizaciones e individuos del sector cultural y creativo. Asimismo, se dispondrán más de 20 millones de euros para auxiliar a artistas independientes y profesionales creativos que experimenten dificultades financieras a causa de la pandemia.»

«Por otro lado, el Ministerio de Cultura de Francia destinó € 22 millones para las instituciones culturales ante la crisis. Esta partida se dividirá en 10 millones para música, 5 millones para artes escénicas, 5 millones para librerías y editoriales y 2 millones para la industria del arte visual.»

«En Italia, el Consejo de Ministros dedicó una partida de € 130 millones a la cultura y al turismo a través de la creación de un fondo de emergencias para espectáculos en directo, con el objetivo de favorecer su reactivación. El gobierno también se hará cargo del reembolso de entradas ya adquiridas para espectáculos, cines, teatros o museos a través de vales.»

«Y Alemania es, sin duda, el caso más destacado, pues creó un paquete de € 50 mil millones en ayuda para profesionales independientes y pequeñas empresas creativas. Los préstamos también estarán disponibles para ayudar a empresas, incluyendo las de medios de comunicación, a superar cuellos de botella financieros.»

«Por último, el Senado de Estados Unidos de América, aprobó un acuerdo de estímulo federal de US $ 2 billones. Este paquete incluye US $75 millones para el National Endowment for the Arts y US $75 millones para el National Endowment for the Humanities. Asimismo, se asignarían otros US $50 millones al Instituto de Servicios de Museos y Bibliotecas, que distribuirá los fondos entre dichas instituciones.»

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Aplatanado el tema a Quisqueya, concluimos que el asistencialismo populista-electorero-cortoplacista no nos deja pensar en términos estructurales. Ni se diga que las industrias creativas autóctonas nos valga un “bledo” para que esté en forma y apuntale nuestra industria turística en el “tratamiento de shock” que necesitaremos para remontar la crisis económica producida por la pandemia covidiana.

La inconciencia de la infraestructura para el turismo cultural no es seguir el patrón de Francia, que creó en 1793 el Louvre, como museo para mostrar los trofeos de guerra, las artes de las epopeyas napoleónicas y un largo etcétera. Tenemos la capacidad de mostrar “una cultura viva” mediante eventos de inspiración popular como serian el Carnaval de Santo Domingo o el de La Vega, victimas ambos de los caprichos y excesos del autoritarismo de los politicastros criollos. ¿Cómo puede haber un turismo cultural si “medalaganariamente” las fechas son determinadas a  la conveniencia de la autoridad efímera de algún Ministro o Alcalde?

Estando en Japón en un entrenamiento, en la habitación del Hotel había un calendario, común pero con un detalle: resaltaba las celebraciones de todas las ceremonias “sintoístas” (la religión vernácula de las islas niponas) y en el sector de Shinjuku se celebraba una de esas “festividades religiosas”. Preguntándole a la monitora me enteré que todos los templos son subvencionados para mantener esas celebraciones en marcha porque son ejemplo de su auto identidad y cultura, aparte del atractivo turístico.

Japón llega a denominar “en vida” a los grandes artesanos «Tesoro Nacional Viviente (人間国宝 Ningen Kokuhō?)». En 1950, el gobierno de Japón empezó a nombrar a ciertas personas o grupos que eran “portadores de bienes culturales intangibles” ( 重要無形文化財保持者 jūyō mukei bunkazai hojisha?) como tesoros humanos, al mismo nivel que los lugares de gran valor cultural que eran designados como tesoros nacionales. Y los tesoros intangibles dominicanos, ¿Dónde están?