El desafío que enfrentan los hacedores de políticas públicas es el de ajustar las palancas de las políticas disponibles para impulsar la economía a la velocidad y dirección que satisfagan, en la medida de lo posible, los objetivos económicos que tienen en agenda. Por ejemplo, lograr tener un presupuesto equilibrado debe sopesarse frente a su costo potencial en la pérdida de producción y empleo. La dificultad también es el momento porque las políticas económicas afectan a la economía con varios retrasos, un tema que es importante ponderar para responder a nuestra pregunta de si podemos eliminar el déficit sin incurrir en una recesión.

En las últimas décadas, la simulación con modelos econométricos a gran escala se ha convertido en la herramienta de análisis por excelencia de los hacedores de políticas públicas en muchos países del mundo. En el caso específico de los Estados Unidos, el procedimiento funciona de la siguiente manera:

  1. El modelo se utiliza para establecer un escenario de proyección base que generalmente no supone ningún cambio de política. Esta simulación debe ser realista, ajustada a los valores recientes de las principales variables económicas, e incluir la mejor evaluación posible del entorno externo y de todas las fuerzas sobre las cuales el hacedor de políticas públicas no tiene control. Esta simulación o pronóstico sirve como base para comparar con el impacto de políticas alternativas.
  2. Se llevan a cabo una variedad de pruebas multiplicadoras para evaluar cómo responde la economía a las diferentes medidas de políticas económicas posibles. Se realizan cambios de políticas específicos, uno a la vez, y los resultados de la simulación del modelo se comparan con la simulación básica: por ejemplo, un aumento del 1% del PIB en el gasto gubernamental tendrá un impacto de X por ciento en el PIB, el desempleo y el nivel de precios. Al momento del resultado se evalúa (cuán rápido será el impacto evidente de la política, cuánto durará, si finalmente se desvanecerá, etc.) también es muy importante tomar eso en consideración a la hora de ejecutarla.
  3. Utilizando la información sobre las respuestas de políticas económicas obtenidas de los estudios de multiplicadores, el responsable de la formulación de las políticas económicas elabora escenarios de políticas dirigidos a lograr los objetivos de la economía. Las técnicas avanzadas de control óptimo permiten que la computadora seleccione la combinación de políticas que se acerque más a los diversos objetivos de la economía. Pero el enfoque tradicional de cortar y probar todavía parece ser el procedimiento más práctico. Por tal razón, se llevan a cabo sucesivos experimentos de simulación.


Si extrapolamos estos posibles escenarios a la situación fiscal en la que se encuentra la República Dominicana, lo que indica la lógica es iniciar un programa realista de ajuste fiscal que contemple una reforma tributaria y una reducción significativa del gasto público para lograr balancear el presupuesto. Sin embargo, una reforma tributaria por si sola no es suficiente para lograr el objetivo de generar un superávit fiscal. Si implementamos esta política en un modelo econométrico de simulación, tendríamos como resultado una desaceleración económica y un alto nivel de desempleo. Dado este escenario, los hacedores de políticas públicas deben introducir otro tipo de políticas económicas como, por ejemplo, políticas monetarias dirigidas a estimular la actividad económica para así mitigar el impacto recesivo que traería consigo una reforma tributaria. En realidad, esto representa una tarea titánica para las autoridades en el área económica. 

Existen varias alternativas de como enfrentar el déficit, una de ellas es la reducción del gasto público. Sin embargo, una reducción brusca del gasto público en el corto plazo podría ponerle un freno a la alicaída actividad económica que vive el país. En efecto, incrementar el impuesto sobre la renta, los impuestos al consumo a diferentes productos como: tabaco, alcohol (son productos con una demanda elástica, que podrían reducir las recaudaciones debido a una reducción del consumo de ellos). Incrementar los impuestos sin medir su nivel elasticidad podría ser perjudicial en el objetivo de reducir el déficit, y podría causar una ralentización económica severa, es eso precisamente lo que queremos evitar a toda costa. 

El objetivo central para no dañar el desempeño económico de la economía es mejorar la calidad del gasto e ir reduciendo el déficit de manera gradual, a pesar de los crecientes compromisos fiscales que enfrenta el país en esta década, específicamente concerniente al tema de la deuda del sector público no financiero y del Banco Central. Sin embargo, al mismo tiempo se podría mantener un objetivo realista de mantener los parámetros de buen desempeño de otras variables económicas, cerca de los niveles que indican las proyecciones. Por ejemplo, fijar como meta: una inflación de 3%, un crecimiento alrededor del 5% del PIB. Estas metas deben ser consistentes con los niveles óptimos que aseguren un buen desempeño de la economía. Obviamente, el sector externo juega un rol determinante a la hora de aplicar estas políticas en un modelo econométrico. 

En teoría económica, el objetivo de la política económica puede lograrse siempre y cuando el número de políticas disponibles sea igual o mayor que el número de objetivos. Por lo tanto, si buscamos un equilibrio presupuestario y pleno empleo, otras consideraciones no importan; solo dos políticas, por ejemplo, se necesita una política fiscal y monetaria adecuada a esos fines. Pero en la práctica, los objetivos que se buscan son múltiples, y el logro de un objetivo con frecuencia significa una compensación con otro. Los propios instrumentos que conducen la política económica conllevan costos, por lo que ciertos resultados pueden no ser económica o políticamente aceptables. Por ejemplo, tasas impositivas marginales muy altas pueden conllevar serios efectos adversos de incentivos. Finalmente, la economía dominicana está cada vez más abierta al resto del mundo, y las políticas internas deben ser consistentes con la estabilidad económica internacional de una economía abierta. Sin duda, los modelos econométricos deben jugar rol determinante a la hora de tomar decisiones para las nuevas autoridades económicas que asumirán el próximo 16 de agosto.