Las Mujeres de Juan Gómez con  güiras,  tamboras y  saxofones nos hizo ensamblar  la música de calle, las melenas rastafari y los grafitis  en las  ciudades de la postmodernidad globalizada.

Se trata de la versión 16 de nuestra Feria Internacional del Libro.

Jolgorio y chercha en que  se  destaca la edificación de estantes astronómicamente costosos y con  instituciones que nada tienen que ver con la cultura y mucho menos con la lectura.

Así es la producción agrícola.

Para que los frutos de  productores agrícolas de Constanza puedan llegar comercializados al consumidor es necesario  un elemento aparentemente imprescindible que es el intermediario.

Pasa lo mismo con las llamadas galerías de arte.  Y también con las impresoras cuyos  propietarios insisten en llamar editoras.

Así fue la ceremonia de inauguración.

Danza Moderna ejecutando el baile de una música grabada que fue  interpretada con instrumentos del siglo XVIII.

El espectáculo de inauguración propio de  feria culminó con el aplauso cerrado prolongado y  conminatorio que hizo cortar abruptamente el discurso del ministro que juzgaba la obra escrita del Presidente Correa.

Benevolente aplauso para quien   tuvo   la prudencia de no juzgar las obras que en el territorio de la realidad hace el economista presidente.

La sensibilidad humana del presidente del Ecuador se manifestó cuando, al terminar el corte de cinta y todos salían del escenario, éste se devolvió para extender un saludo de mecánico al niño de siete años que sostenía un extremo de la cinta.

Saludo de puño cerrado que con toda la seriedad devolvió el niño al Presidente.