Como todos ustedes sabrán, La China ha devaluado su moneda, el YUAN, también conocido como el RENMINBI o RMB.
Después de dos décadas de crecimiento constante, tanto en las Exportaciones como en las Importaciones, la China enfrenta un cambio excepcional en su devenir económico. Además, su población económicamente activa va en declive lo que implica que más personas pasaran a ser de “la tercera edad” implicando que las mismas tareas productivas tendrán que ser realizadas por menos personal. De ahí que a los “económicamente productivos” habrá que pagarles más, aumentando el costo de las nóminas considerablemente. En otras palabras, la demanda por bienes y servicios se verá afectada considerablemente al reducirse la población económicamente activa. Es conveniente señalar, que a partir del primero de Septiembre, del año 2002, la China implemento la Ley de Planificación sobre la Población y la Familia. Sin embargo, el gobierno Chino ha estado aplicando los controles de natalidad por más de treinta años. El impacto sobre la fuerza laboral y su renovación generacional ha sido beneficioso, en el corto plazo, pero fatal para el futuro cercano.
Al devaluar su moneda, la China le ha dado un suspiro a sus exportadores y a la vez controlara la Demanda por divisas duras como lo son el Dólar y el Euro. Este impulso a las exportaciones aumentara las ganancias de las empresas establecidas en su territorio atrayendo más inversionistas, tanto locales como extranjeros. De ahí que, podrían crearse más puestos de trabajo, pero más costosos a menos que se opte por la robótica.
Mientras estos eventos se están dando en el territorio Chino, analistas de las economías desarrolladas temen se desate una “guerra de divisas” debido a que otras economías emergentes hagan lo mismo. Podría darse el caso de que, motivada por este desaguisado económico, la Reserva Federal de los Estados Unidos de Norteamérica, retrase sus planes de elevar las tasas de interés, en lo que su economía se recupera.
Nota: Un YUAN devaluado, frente al Dólar estadounidense, pondría en desventaja competitiva a las industrias exportadoras norteamericanas y a la vez las importaciones de productos chinos aumentarían, creando una condición de desempleo que definitivamente afectara la recuperación económica de ese país. De hecho, algunos analistas creen que esta devaluación podría ser un factor de contracción económica mundial debido a que la China estará estimulando la “exportación de la Deflación; en otras palabras, una disminución en los precios de la Oferta y Demanda, de bienes y servicios, de dimensiones incalculables.
En relación al mercado del Oro, debemos prestarle MUCHA atención al impacto de las operaciones bursátiles y especulativas que la China ha auspiciado como parte de su política de expansión económica.
Este país, principalmente durante los últimos dos años, se ha dedicado a “drenar” las bóvedas internacionales a través de la compra masiva de oro; sin temor a equivocarnos, podríamos decir que prácticamente ha tomado procesión física del metal precioso. En la actualidad sus reservas andan por las 5000 toneladas métricas de lingotes certificados y numerados.
En este sentido, la devaluación del YUAN ha ocasionado desplomes en los precios del oro ya que su valor está afectado por las inmensas reservas que tiene la China cuyo valor estimado anda por los US$3, 650, 000, 000,000. (3.65 trillones de dólares).
En resumen: la influencia de estas medidas monetarias de la China, sobre las economías de mercado, emergentes o desarrolladas, es enorme y forzara un replanteo de los Términos de Intercambio del comercio internacional y de las políticas de desarrollo económico de estas economías.