CÓMIC
“. . .es tan habitual que se ha convertido en una comedia más del concierto actual, cuyos sucesos forma parte de los COMICS, como si estos fueran hechos en vez de ocurrir. . .”
La última palabra en lengua española con respecto de este anglicismo no está despejada. No cabe duda que la forma o manera de representarlo en español es con el acento sobre la letra /o/.
Con ese acento lo recoge el DRAE, así como Fundéu. La explicación acerca de la razón para este acento la expone Fundéu. “La palabra cómics se escribe con tilde por ser una palabra llana acabada en varias consonantes”. Esto así porque aunque termina en /s/ esa letra forma parte de un grupo consonántico que no va precedido de una vocal.
Ha de notarse enseguida que la institución mencionada solo se ocupa del anglicismo con una /s/ al final -plural- y no retiene voz alguna sin la /s/, lo que hace pensar que lo hace porque puede prestarse a confusión lo de la palabra llana terminada en /s/ marcada con la tilde sobre la sílaba tónica.
La definición para la voz inglesa es “secuencia de viñetas con desarrollo narrativo”, así como también sirve para designar el “libro o revista que contiene esas viñetas”. Es una “publicación que contiene historietas o relatos breves, cuya acción se desarrolla en dibujos o viñetas sucesivas”, así la asienta el DUE.
El DPD asienta que el plural de la voz inglesa es cómics y ese diccionario especifica que tanto el singular como el plural deben levar la tilde como se advirtió antes.
Eso que llaman cómics se conoce en República Dominicana con el nombre de “muñequitos”, que antes también correspondía a “paquitos” en ese mismo país. Son las famosas tiras cómicas, que en Venezuela llaman “comiquitas” y en México “monitos”. En España tienen una denominación diferente que se aplica especialmente a la dirigida a los niños: “tebeo”. De esto último puede deducirse que un “tebeo” es un cómic para niños.
No hay agravio en el olvido de la periodista peruana que omitió el acento en el anglicismo que utilizó. Es una lástima que no utilizara una palabra de su español para esto.
*HAGA AL LADO
“. . .es imprescindible que el liderazgo republicano cambie el rumbo, HAGA AL LADO a los extremistas y regrese al camino de la negociación. . .”
Las expresiones y locuciones no expresan derecho lo que se pretende comunicar a menos que estén completas. Cada vez que se mutile una parte o se olvide algo que forma parte de ellas se deja incompleto el mensaje que transmiten.
Lo que ocupa el lugar del título en esta sección no sirve el propósito que pretendió el articulista. Solo adquiere sentido en el modo imperativo cuando una persona ordena a otra: “Hágase al lado”. Con eso le pide quien habla a quien oye que despeje el sitio que ocupa moviéndose hacia un costado sin especificar cuál de ellos. A menudo este tipo de conminación viene acompañada con un gesto que obvia las dudas.
Para que todo el malentendido, o lo mal expresado, quede claro, se examinarán más abajo las expresiones o locuciones verbales que se forman con ayuda del sustantivo lado que son pertinentes para este fin, que se consideran atinentes al objeto de esta sección.
El lexicón mayor de la lengua española lo que recoge en línea para la edición vigésima tercera enmendada para “lado” es “hacer, o hacerse algo o alguien a un lado. Eso está explicado por el colegio de Madrid por: “echar a un lado”. Esa locución verbal significa “apartar, quitar de en medio”. Eso que en el español dominicano se dice: “quitar del medio”.
Una vez alcanzado este punto en el desarrollo de este tema hay que preguntarse si, echando mano de los dones adivinatorios con que se está dotado, lo que este señor intentó fue expresar eso. Vale decir, “apartar a los extremistas” y regresar al camino de la negociación. Más abajo se repasarán las locuciones que parecen más apropiadas.
Hacerse a un lado es igual que echarse a un lado y, ambas expresiones comunican el mensaje de “apartarse a un lado para dejar paso o sitio libre o para eludir una cosa”, esa es la noción que aporta el DUE, Diccionario de uso del español, 2012.
“Dejar a un lado, dejar de lado” es prescindir de la cosa que se menciona. Volviendo al centro del asunto: dejar o echar a un lado es “dejar de tener [algo] en consideración”. La última explicación es la que trae el Diccionario del español actual, 2005. El Diccionario Clave del español actual, 2012, de forma escueta emite un juicio muy certero cuando asevera que “dejar a un lado” corresponde a “prescindir o no tomar en cuenta” que resume la intención de la acción de la locución de modo certero.
En el uso de Hispanoamérica se prefiere emplear el verbo “echar” a un lado porque con ese verbo se indica una acción que se ejerce con una intención. En los casos en que se acude al verbo “dejar” para esta locución no se piensa que haya una acción directa, sino una omisión de acción.
Por razones de economía de espacio y para que quede esclarecido todo lo referente al sujeto de esta sección se limitará el contenido de esta a lo ya expuesto. La lección que hay que sacar de esta sección es que se debe verificar la exactitud de la versión de la locución que se utiliza para evitar dejar trunco el mensaje.
FOLCLÓRICO
“Detalle FOLCÓRICO sobre su honestidad, entre millones de cuentos eróticos de presos fue el único que me confesó avergonzado que nunca había visto a una mujer desnuda”.
No hay secreto en cuanto al origen de la voz del título, así como en lo que se refiere al significado de esta. Si se recuerda aquí lo concerniente al significado se hace solo con la intención de resaltar el tipo de uso -no ortodoxo- que se hace de la palabra en el texto reproducido.
Antes de entrar de lleno en la materia y argumentaciones de esta sección ha de confesarse que el autor de estas apostillas simpatiza con el uso que se hace del adjetivo y admite que lo ha utilizado de ese modo en innumerables ocasiones.
El folclore en sí es el “conjunto de costumbres, tradiciones y manifestaciones artísticas de un pueblo”. Lo que es folclórico es lo “relativo al folclore [y es lo que tiene que ver con las] costumbres, canciones, bailes, etc., y de sus intérpretes: De carácter tradicional y popular”.
Ahora bien, si se piensa en el significado recién citado y el contexto del pasaje, hay que convenir en que no se aparean, no congenian. Con lo que se piensa en que sí cuadra este uso es con lo que quien escribe estos comentarios conoce de primera boca, que no mano, y que no tiene rubor en decir que ha usado muchas veces.
Cuando una persona en sí misma reúne algunas características que lo hacen descollar en su entorno; o actúa de una manera diferente a la de los demás, tiene algunas peculiaridades que lo diferencian de sus congéneres, a esa persona se le puede aplicar el adjetivo folklórico.
Sin titubeos se comprueba que las características del individuo que se tilda de folclórico son las ajenas a los demás de su colectividad. Resalta de entre ellos por esas cualidades.
Podría decirse que aquí se produce con este uso del vocablo salido del inglés (folklor) el fenómeno que se conoce con el nombre de enantiosemia que es cuando una palabra en su polisemia posee dos significados opuestos. Aquí puede pretenderse que se llega a ese extremo en el uso por antonimia de reversión.
La redacción de esta sección ha traído recuerdos de usos no tan rectos de parte de quien esto escribe. La preferencia y el conocimiento directo que posee del uso este analista hacen que esta sección esté viciada por un prejuicio de simpatía.
ADECUAR
“Esas tierras bajas que circundan la bahía se llaman polders y posee una arquitectura que se ADECÚA a las condiciones climáticas del sitio. . .”
Como se percibe a través de la lectura de la cita que ilustra esta sección, el objeto que esta tiene es poner los puntos sobre las íes (tildes sobre /u/) en el caso de la conjugación de este verbo. Durante largo tiempo una de las maneras de poner en dificultad a los hablantes del español era pedirle que conjugara el verbo adecuar en el presente del indicativo y esperar para sonreír cuando el incauto incurriera en error.
Ya en el año 1998, el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española de Manuel Seco, a pesar de que escribía que ese verbo se conjugaba de la forma como se hace con el verbo averiguar, mostraba las tendencias que despuntaban con respecto a lo que se adoptó más tarde.
Ese recién mencionado diccionario en ese año anunciaba: “Sin embargo, está bastante extendida la acentuación como actuar”. El DRAE en el apartado en que consigna lo referente al verbo del título trae en lo concerniente a la morfología “conjugado como actuar y como averiguar”.
La conclusión es que en cuanto al verbo adecuar en la actualidad se acepta que la letra /u/ lleve la tilde en los presentes, excepto en las personas nosotros y vosotros.
-ININGO
Cabe aquí que los lectores se hagan la pregunta: ¿Qué cosa es esta? Los que tienen más pistas con respecto a las transcripciones podrán deducir que es una terminación.
Sí, se trata de una terminación que existe en el español dominicano. Los dominicanos identificarán la terminación como una que se utiliza para marcar un diminutivo que se usa para cantidad, talla y tamaño. También para aumentar el estado de algo.
Con la ayuda de este sufijo los dominicanos se expresan con esa característica propia de su idioma. Entre las palabras que pueden recordarse enseguida con esta terminación están: chininingo, jovenciningo, chiquiningo y otros más que los buenos oficios de los lectores se ocuparán de suplir.
El primero de los dos ejemplos mencionados más arriba con la terminación del título es un adjetivo que referido a persona o cosa indica que es muy pequeña. En algunos casos, como en el segundo ejemplo, este diminutivo puede desempeñar un papel jocoso. No es raro oír de labios de una persona entrada en años que se siente “jovencininga”.