El Club Esperanza, que se encuentra ubicado entre las calles Restauración y San Francisco. Es de las pocas edificaciones que quedan de esa naturaleza, precisamente frente al parque Duarte, la principal plaza pública de San Francisco.
El club Esperanza surge en el año 1884 fundado por la sociedad Esperanza Francomacorisana, cuyo objetivo original estuvo motivado a la donación de libros para una escuela nocturna y otras actividades de caridad y posteriormente por la inquietud de una clase media naciente en San Francisco de Macorís, de tener un lugar donde realizar sus actividades sociales, desde coronar una reyna de Santa Ana en un certamen paralelo a los que organizaban las instituciones públicas y culturales. Sus salones también se convirtieron en los escenarios para fiesta y celebración de los quince años de las hijas de los socios.
Desde el ámbito de los clubes deportivos y culturales que proliferaron en los barrios y comunidades rurales en las décadas de los años 1960, 1970 y 1980 en el municipio cabecera de la provincia Duarte y capital del Nordeste, se consideraba al club Esperanza como el espacio para que la “aristocracia” francomacorisana celebrara sus actividades sociales. Pero al pasar del tiempo los directivos de este club social envejecieron y no fueron relevados por nuevos socios, sobre todo sus hijos y nietos.
A través del tiempo eran escasas las actividades sociales que se realizaban en ese importante espacio, que es la única edificación que se conserva en du diseño origianal de las que se construyeron entre el siglo XVIII y XIX, alrededor el parque Duarte. En la actualidad apenas es usado para conferencias, conciertos, puesta en circulación de libros y a veces fiestas organizadas por instituciones sociales, comunitarias y políticas.
Debemos destacar la importancia que tiene esta edificación desde el punto de vista de la identificación del casco urbano de la ciudad y el valor histórico y arquitectónico de la misma. De ahí el empeño de que se preserve esta edificación centenaria, pues está ligada a la identidad del francomacorisano.
Se debe reconocer los esfuerzos que se realizaron en los últimos años, para el remozamiento y puertas abiertas en las gestiones como presidentes de esta entidad social del Dr. Luis Báez del Rosario (fallecido), quien fuera un destacado locutor, maestro de ceremonia y abogado. Asimismo, se debe reconocer la preocupación del periodista Adriano Cruz, director del periódico El Jaya, entre otros. Con estos munícipes al frente de este espacio social y cultural, se dio apertura a la realización de actividades culturales como teatro, exposición de pintura, puesta en circulación de libros, conciertos de artistas francomacorisanos y nacionales, conferencias, ferias entre otras actividades.
Actualmente un grupo de francomacorisanos están planteando el rescate y fortalecimiento del club Esperanza para convertirlo en el principal centro cultural de San Francisco de Macorís, ciudad que tiene una ausencia marcada de espacios donde los ciudadanos tengan la oportunidad de disfrutar de actividades culturales con cierta regularidad, como forma de entretenimiento y de consolidación de los valores autóctonos del pueblo.
El distinguido abogado y amigo Héctor Almánzar, quien ha sido socio del Club Esperanza durante muchos años ha planteado que ya la personería jurídica perimió y por tanto el inmueble pertenece al Estado. Propone, incluso, que el Ayuntamiento de San Francisco de Macorís asuma el mantenimiento de este espacio.
Por otro lado, abogados miembros de la Directiva del Club e hijos de prominentes socios, plantean que esta entidad social puede seguir funcionando con la directiva que tiene actualmente de forma independiente, como ha sucedido hasta ahora. Consideramos ante estos planteamientos que se debe rescatar la entidad y constituirla en una ONG con el nombre que le origen: Sociedad Esperanza Francomacorisana. Así se podría integrar a ciudadanos que se sienten preocupados por el mantenimiento y desarrollo del Club Esperanza.