El caso de Claudio Caamaño, prohombre y héroe nacional, ha sido muy bien documentado y difundido: después de un accidente y en estado grave es llevado a tres centros de salud y en ninguno fue admitido; cuando finalmente logró ser ingresado, ya era tarde y muere este 22 de marzo.
¿Está en crisis el sistema de salud en la República Dominicana? ¿Es un hecho aislado lo que sucedió con Claudio Caamaño? ¿Es un hecho aislado el abandono total del Plan Decenal de Salud? ¿Es un hecho aislado que una renombrada maternidad privada no disponga de un ventilador para atender a un niño que nace con problemas respiratorios manejables, pero que al no disponer de ese equipo elemental deviene en un caso grave y tiene que ser trasladado a otra clínica para salvarle la vida?
¿Es un hecho aislado la sorpresa del Presidente de la República al visitar el hospital Darío Contreras el 2 de mayo de 2013 y en la que quedó tan impactado por las escenas dantescas que vio allí y que expresó su ya histórica gran alarma? ¿Es un hecho aislado la muerte de 11 niñas y niños por fallas elementales y por tanto prevenibles en el hospital Robert Read Cabral los días 6 y 7 de octubre de 2014?
¿Es un hecho aislado la muerte del Profesor y ejemplar ciudadano José Soler Leyba el 7 de abril de 2014 quien es “despachado” pues “no era nada grave”, luego de un accidente automovilístico para morir al otro día, como igual aconteció con el brillante Ingeniero Daniel Comarazamy, quien se cae en su casa y tampoco es atendido adecuadamente y muere el 30 de septiembre de 2014? ¿Cuántas personas mueren a diario ante situaciones de salud prevenibles que no son noticias?
La crisis del sistema de salud de la República Dominicana es real y profunda; pero dada la sutileza, la discrecionalidad de los actos médicos y las miles de maneras de justificar la irresponsabilidad ante una muerte evitable, aún no termina de entenderse que ese es hoy el más importante problema del Estado y de toda la sociedad dominicana.
Hay respuestas que están ahí y no se toman las decisiones: Primer Nivel de Atención, libertad de elección e igualación del per cápita entre regímenes Contributivo y Subsidiado, financiamiento directo a los hospitales y por actos; riguroso sistema de habilitación y acreditación de los centros de salud. Son sólo algunas importantes decisiones que podrían indicar el inicio del fin de la crisis.
¿Se necesitan más tan lamentables evidencias? ¿Qué se espera?