Santo Domingo.- Entre  los grandes éxitos del  fallecido presidente Joaquín Balaguer  se pueden citar dos de gran trascendencia nacional: la prohibición de los aserraderos que sangraban nuestra floresta y el gran impulso que dio a las construcciones de viviendas, puentes, carreteras,  hidroeléctricas, escuelas, canales de riego, hospitales y oficinas de servicio público.

El plan de austeridad puesto en marcha en 1966, al inicio de su gobierno, fue fundamental para reducir los gastos de la  administración, aunque a medida que pasó el tiempo el dispendio por el clientelismo y la corrupción se hicieron insoportables, a tal punto que en una ocasión Balaguer no  vaciló en decir que la corrupción se detenía ante la puerta de su Despacho, tras admitir que en su gobierno habían surgido más de 300 millonarios.  Pero, como si fuera hoy, nunca se sancionó a los culpables de disponer a su favor los recursos del Estado.

El plan de construcciones de Balaguer generó cientos de miles de empleos, bajo la premisa de que cuando trabaja el albañil la economía se mueve. Ese “boom” de varilla y cemento dio lugar a que el sector privado se entusiasmara e imitara el ejemplo, tras de lo cual surgieron numerosas urbanizaciones.  Los más viejos recordarán que la ciudad apenas llegaba a la avenida Máximo Gómez,  hacia el Oeste, pero  cuando Balaguer inició el llamado “barrio de los maestros”, aquel pedregal, entonces considerado “lejísimo”,  en poco tiempo se convirtió en un sitio urbanizado de gran potencial, pues surgieron múltiples negocios que crearon empleos no necesariamente para obreros. Esto es aparte de que a partir de ahí surgieron la prolongación de la avenida Bolívar y la avenida Luperón, junto a la creación de las del Mirador del Sur y la Gregorio Luperón, donde también emergieron  nuevas urbanizaciones.

Surgió así una clase media fuerte, emprendedora,  motor de la economía; y también nuevos centros académicos con categoría de Universidades. Pero ahora la clase media, que tiene que pagar una educación deficiente y cara, está amenazada con nuevos impuestos, lo que significa una afectación de los salarios. Naturalmente, a los nuevos ricos que surgieron como resultado de la corruptela no les afectará en absoluto. Los comerciantes, como es lógico, traspasarán al pueblo esos impuestos a los bienes que ofertan y a los servicios que brindan. Los chiriperos sufrirán, pues si ahora apenas consiguen algo de dinero para mal comer, su incapacidad profesional les impedirá cobrar más por su trabajo, para compensar sus pírricos ingresos.

Los gobiernos no se dan cuenta de que corren enorme riesgo con tanta presión a la clase media, lo que lesiona a los pobres y que siempre ha sido el jamón del emparedado, que si lo dejan mucho tiempo en la tostadora se quema. Es insensato utilizar un encendedor en una estación de gas o de gasolina, porque las consecuencias podrían ser muy peligrosas.

Es una lástima que en el país no exista una oposición democrática fuerte, situación que permite el protagonismo de “grupos populares” y “empresarios del transporte” que se erigen como líderes por  ese vacío. Somos muchos los que  no nos sentimos representados por ese “liderazgo”, aunque admitimos que tienen razón en casi la mayoría de sus quejas.

Como me decía recientemente un amigo, que me inspiró para un artículo, “nos quieren desplumar, pues todo se nos irá en pagar impuestos, sin que mejore la situación de los pobres. Cómo tú sabes, soy más rico que un pobre pero más pobre que cualquiera que tenga siquiera un millón de pesos. Pero, precavido al fin, voy a sacar del banco lo poco que tengo en un pequeño certificado de ahorros, porque no es verdad que voy a pagar un diez por ciento sobre los exiguos beneficios que recibo. Pensaba casarme (mi amigo es soltero) pero en vista de que cualquier casa o apartamento más o menos decente vale más de cinco millones de pesos, no voy a comprar ninguna casa porque tampoco estoy dispuesto a que me la tasen como “vivienda de lujo” y me le apliquen un impuesto, categoría en la que caería porque tengo menos de 65 años. Prefiero mejor construir un rancho en el campo”.

Pero sucede que si se produce un período inflacionario, con motivo de los nuevos impuestos, la tierra también subirá de precio y cada día será más difícil adquirir un solar para que un pobre fabrique una casita, pues la tendencia ha sido, en violación a la Constitución, construir viviendas de lujo para funcionarios de los distintos gobiernos y sus allegados. Cuando generalizo es porque no olvido, como hacen muchos haciéndose los suecos.

En cuanto a los reclamos de que “se identifique a los culpables del déficit y los lleven a la Justicia”, todos saben quienes son, de manera que no hay que identificarlos. Un simple Decreto del Poder Ejecutivo podría ordenar a ese excelente Procurador General de la República, que se llama Francisco Domínguez Brito, que realice una investigación sobre las fortunas de que disfrutan muchos funcionarios y ex funcionarios que hace poco tiempo andaban a pie y casi en chancletas, a ver si es verdad que la pintura es dura. Pero que se diga también en el Decreto que se investigue a los ex funcionarios de otros gobiernos, que precisamente no fueron del PLD, algunos de los cuales—transcurrido el tiempo—como sabichosos al fin,   fue que sacaron la cabeza para hacer inversiones en diversos tipos de negocios.

Igualdad para todos, según la Ley. Los corruptos deben ser investigados, como también otros corruptos que ahora se pintan como angelitos al servicio del Señor.