El idealismo es quizás mi mayor defecto, o virtud según se vea. Esto, según muchos, es inherente a mi condición de joven. El pragmatismo y la resignación, dicen, ya llegarán con el tiempo. La verdad es que, aun nivel mas consciente que visceral, acepto por recomendación de la historia que muchas de mis expectativas sobre la vida, sobre mi entorno, sobre el mundo en el que vivimos, no se materializarán, por lo menos no en mi tiempo de vida. Todo llega, a su tiempo. Al único ideal al que me rehuso a abandonar es a la aspiración de vivir en una sociedad representada por gente decente. Me rehuso a que las figuras públicas de nuestro país, salvo contadísimas excepciones, sean una muestra de lo peor de nuestra sociedad. Hoy nos rodean vergüenzas nacionales con altavoces, que con plataformas muchas veces financiadas de dinero público a cambio de lisonjear y prodigar maravillas del gobierno de turno, llenan de auténtica basura nuestros medios y espacios públicos.
Ningún país en el mundo está exento de la basura mediática, en occidente nadie ha sido capaz de escapar de la tentación de la información falsa y complaciente esparcida por esbirros de ciertos grupos de poder. Aquí, además de esto, ya es generalizada la glorificación de la estupidez a través del mundo artístico con el único fin de entretener vanamente y llenar de metas equivocadas a una juventud robada de sus oportunidades por quienes patrocinan esta desvergüenza. En nuestro país, desgraciadamente, el circo se nos ha ido de las manos y hemos encumbrado a figuras que se doblan como cañas al poder establecido y esto sumado a su falta de educación y moralidad crean un coctel muy peligroso que dan de beber por galones al público general.
El candidato a la presidencia por el PLD, Gonzalo Castillo, concedió recientemente una entrevista al conocido influenciador, youtuber y productor musical Santiago Matías, Alofoke. El entrevistador, que ha vivido un vertiginoso ascenso en la farándula dominicana gracias a, entre otras cosas, producir y representar a diversos cantantes urbanos. En el último año también ha sido notorio por su salto a la política, su llamativa entrada, renuncia y posterior reintegración al partido oficialista, según el por petición expresa del excelentísimo jefe del Estado, durante la precampaña y su malograda aspiración a una curul en la cámara de diputados. Es también el mismo que ha sido objeto del escarnio en ciertos sectores al destaparse la información de partidas millonarias asignadas desde la presidencia a sus compañías por conceptos vagos y poco transparentes, cosa que debería escandalizar, pero no es nada nuevo en este país.
Dicha entrevista, como no podía ser de otra forma con un interlocutor tan afín fue una oda a las bondades del candidato en la que se habló muy pero que muy poco de su programa de gobierno y se dedicó mas tiempo a las veleidades de su vida. Perfecto, no es eso lo indignante. Indignante es que se discuta en ese o cualquier otro espacio si los dueños de floristerías son “hombres, hombres” o no, que se hable de la candidata a la vicepresidencia como si esta viera en Gonzalo mas que un buen candidato, un hombre atractivo; e incluso que se hable de las mujeres a nivel general como un colectivo que azotado por el sex symbol / candidato oficialista le han “caído encima” a Gonzalo. Indigna mucho que se diga que el candidato oficialista salió, casi cual superhéroe, a salvarnos de la pandemia de Covid-19 sin pensar en los riesgos personales en los que incurría porque en sus palabras, no podía irse a su casa y dejar al pueblo desprotegido. Esa declaración ruega por la pregunta ¿Y el gobierno, no hacía nada? Todos sabemos la respuesta. Si, todo eso se dijo en la entrevista, si no me cree, búsquelo usted mismo. Parecen intrascendencias hasta que uno se para a pensar: ¿Hasta cuándo toleraremos estos discursos simple y llanamente ignorantes? ¿Hasta cuándo seremos cómplices de la degradación de la mujer y la propagación de tópicos degradantes en el espacio público? ¿Hasta cuándo seguiremos financiando de nuestros impuestos la mera existencia de este funesto tipo de irresponsables?
Los dominicanos tenemos que entender que se puede ser diferente. Se puede pensar de otra forma. El mundo occidental aceptó hace décadas que los hombres y las mujeres, son iguales a nivel intelectual. Entendemos como humanidad que las mujeres no son objetos sexuales, que pueden y saben mandar y gobernar. Aceptamos también que la orientación sexual es privada, que no es motivo de vergüenza sea la que sea y, aunque suene obvio, no esta determinada por el negocio que lleva el pan a tu mesa, sea una floristería o cualquier otro. Mas aún, exigimos como personas pensantes que se nos trate como tal, que no se intente engañar al pueblo con una entrevista edulcorada y viciada en su contenido para intentar colar una narrativa. La narrativa del Penco “hombre, hombre” arropado por las mujeres, que lo encuentran irresistible, incluso su compañera de boleta; del Penco excelente gestor que sólo y sin ayuda nos ha librado de los peores efectos de una pandemia global y al que tenemos que elegir para, de nuevo en sus palabras, “reflotar el país en 100 días” después del 16 de agosto; del Penco benevolente y dadivoso, que se entrega en cuerpo y alma al pueblo al que tantos beneficios le sacó durante su tiempo como ministro de obras públicas en forma de contratos públicos de dudosa legalidad. Claro, esto último no viene en la narrativa oficial, es parte de eso que se sabe, pero no se dice, para no perder los beneficios de estar pegao. ¿O no, señor Matías?
Pan y circo es el arte del gobierno manipulador. El pan se encarece y el circo es cada vez de peor calidad. ¿Hasta dónde vamos a llegar?