La gran mayoría ve el cine como una entidad de diversión y entretenimiento, en tanto que para la minoría es objeto y sujeto para la reflexión y experiencia empírica.
Jean-Pierre Gorin expone la existencia de dos cines paradigmáticos: uno del idioma y el otro de la gramática. "El cine del idioma tiende a funcionar en la estabilidad de las convenciones, mientras que lo de la gramática es un cine que interroga esas convenciones. El primero es ciertamente más atractivo, recoge la identificación y la culpa del espectador. Él presenta una imagen integral, sin fisuras, heroica y hasta sufridora en su seducción masoquista. El segundo es más intrigante, lleno de trampas y cautiva el espectador en su división subjetiva, pues lo obliga al desplazamiento continuo de lugar, de dentro para fuera y de fuera para dentro. No sólo el hombre de este cine es fraccionado, pero también la propia película es fragmentada."
El carácter explícitamente político del cine depende más de la sensibilidad social del artista que de la mirada de la audiencia. Al primero se debe que el filme con carácter político llegue al espectador sin maniqueísmos, sin exhibir soluciones y sin ser ambiguo, en el retrato de la realidad o del motivo que hace posible una buena historia.
Por supuesto, el cine político solo presenta una opción de reconocimiento de motivaciones que inducen a crisis. No es todo el mundo que puede crear una obra maestra del cine, transmitir en un filmes elementos vivenciales sempiternos en el subconsciente del individuo. Hay filmes que logran transmutar sensibilidades y conciencias siempre que ese filme sea como la simiente que se reproduce en cualquier área que caiga.
Se dice de un filme que solo cuenta situaciones de crisis que envuelven a una sola persona que es un filme que tiene que ver apenas con ética, y que es político cuando envuelve más gente. Asimismo, se agrega a esto el principio básico de que la persona entra en una fase política cuando es sujeto de su acción en vez de ser marioneta de las circunstancias.
L’attentat es un filme francés que retrata lo dicho en el último párrafo.