Es incuestionable el progreso alcanzado por la industria cinematográfica en los últimos años, luego de la promulgación de la ley 108-10 que contempla una serie de incentivos y beneficios a los generadores, auspiciadores y promotores de esta importante actividad económica. Son múltiples los sectores dinamizados por el aprovechamiento de las ventajas que emanan de esa ley.
Muchas personas se asombran todavía ante la proliferación de las innumerables salas de cine abiertas en los principales centros comerciales de la ciudad capital, de Santiago y otras provincias donde existen polos turísticos.
La sorpresa es producto del desconocimiento acerca de los incentivos del 50 por ciento de exoneración del impuesto sobre la renta a las instaladas en Santo Domingo y Santiago y del 100 por ciento a las del interior, durante un periodo de 15 años.
Este impulso a la gestión del desarrollo del cine ha generado que nuestro país cuente en la actualidad con 35,774 butacas con 180 pantallas distribuidas en 31 salas, 52% pertenecientes al grupo Caribbean Cinemas, 29% a Palacio del Cine y un 19% a Cines Galaxia.
Del mismo modo, mientras en el 2007 las películas de procedencia norteamericana estrenadas en nuestros cines fueron 98 y apenas 4 de factura local, en el 2012 se exhibieron 120 de USA y 9 dominicanas.
El reporte de las empresas distribuidoras y exhibidoras de los diez largometrajes de factura local, que van desde Perico Ripiao con una asistencia record de 775 mil espectadores, hasta Megadiva con 220 mil suman cerca de 4 millones y medio de asistentes a las mismas.
Esto sumado al notable incremento en el precio de las boletas las cuales se encontraban en niveles de apenas 20 pesos en el 1992 hasta alcanzar los 250 en promedio actual, denota el impulso logrado en este sector en los últimos anos.
Es indudable que la industria de producción y distribución de películas es uno de los motores más dinámicos para el impulso de las economías en muchos países del mundo. Así lo testifica la Motion Picture Association of América quien asegura que esta industria es una de las más competitivas en el mundo. Una de las pocas que consistentemente generan un positivo balance comercial, en prácticamente todos los países en que opera este tipo de negocios.
Las cifras aportadas por esta organización indican unas exportaciones de 13.5 mil millones de dólares en servicios de film y televisión en el 2010, 2% menos que en el 2009, pero 6% por encima del año 2006.
Continuar con el fomento de la actividad cinematográfica en nuestro país es evidentemente una loable decisión, que deberá crear las condiciones para una mayor diversificación e impulso al desarrollo de la economía dominicana en la próxima década.