Un ciudadano camina por las tierras comunes, viendo todos los problemas que tiene el maíz nacional, sembrao con tanta lucha, atacao por gusanos, sequía, tal vez un ciclón, de vez en cuando aparece una mazorca casi sana, y así. De repente se detiene, mira en el cielo azul una nubecilla moviéndose rapidísimo y a voluntad en dirección al maíz pacífico, Dios nos ampare, exclama, al darse cuenta que son un millar de ciguas palmeras o, como se conoce en Latín, DDD, Dulus dominicus dulidae (ya sabe, no le ponga a su niña Cigua Pamela, si es absolutamente necesario que su cría sea asociada a esta avecilla mejor póngale Dulidae Pamela o Vice Versa).

Esa aprehensión, ese desasosiego nunca bueno de cosecha arruinada, siento yo cuando en las redes aparecen esos avatares con banderitas. El ciudadano sabe que las ciguas, animalillos de Dios, picarán ese maíz sin pedir permiso, pero, a diferencia de los banderitas con la paz común y los haitianos, lo pican por hambre y mientras lo pican no maldicen ni le desean mal a la Madam Sagá, o como se conoce en Latín, Ploceous cucullatus (si le quiere poner Wilkins a una cría mejor póngale Ploceous). 

Fotografía de Amín Pérez

’chi chi chi chichi chi chi' gorjean las ciguas; los banderitas anuncian cataclismos ’AHHHH UN MAREMOTO HAITIANO AHHHHH' y, sin embargo, RD salió en educación la 145 de 140 países, sacó un 9 de 100, se achicharró, pero a los banderitas eso no les importa. Parafraseando a Louis CK, 'La mierda en su vida no está en la migración haitiana, está en los apagones, en una policía delincuente, en políticos repartidores de provincias, en no ir más a menudo a la playa'.

El nacionalismo es una abstracción, es decir, no se puede oler, no se puede comer, uno no puede agarrarlo en la mano y decir, 'Miren qué nacionalismo tan lindo, tan solidario y tan justo el mío'; sonaría muy mal en un merengue:

’Un nacionalismo yo tengo
que tiene ya do podere
para negar nacionalidad
para golpear al más débil'.

Las abstracciones provocan tragedias y perdedera de tiempo, la religión es otra, la homofobia es otra, esos argumentos basados en sentimientos, visiones, pesadillas y percepciones individuales y pocos resultados científicos. El tema migratorio es preocupante, ¿es necesaria esa tirria hacia los haitianos? No es una invasión armada, cuando le dan ese epíteto alarmista a la migración pobre usualmente lo atenúan con Invasión Pacífica, considerada como la menos sangrienta de todas las invasiones porque los supuestos invasores no vienen con tanques ni granadas ni ametralladoras, vienen con sed, con hambre, con niños en los brazos, y no es de gente buena golpear al que ya está en el suelo.

Ahora voy, con su amable anuencia, amable lector, y como quería el filósofo unamunesco Fulgencio Entreambosmares, de lo abstracto a lo concreto. El nacionalismo nos lleva al camino de la nación que se bifurca:

Nacionalismo benigno. Considerado el más agradable de los nacionalismos. El ciudadano muestra, según De Quincey, "esa conciencia de profunda fidelidad incorruptible hacia su madre tierra". Aquí la palabra importante es Incorruptible, nuestro nacionalista benigno no apoya traqueadores por ser primos, no tira basura a la calle, no acepta botella en el gobierno, no sube la música a toloquedá un martes de madrugada voceando 'QUE SE JODAN LOS JULIÁN CHIVÍSSSS', se va de una fiesta de una vez si se entera que hay pistolas, se alegra inmensamente cuando ve su bandera ondear en cualquier deporte o actividad mundial, se entristece intensamente cuando ve su bandera ondear en eventos racistas, se pone la bandera de capa para sentirse un superhéroe, no cree que el selenodonte es un saltacocote y usualmente le gusta mucho el moro de guandules con coco.

Fotografía de Amín Pérez

Nacionalismo Ambiguo. Considerado como el más incierto de los nacionalismos. Un nacionalista ambiguo ultraja la solemnidad de la bandera poniendo una banderita de avatar, no tiene escrúpulos para recibir dinero del gobierno o partido político, tira tiros al aire para celebrar el trabucazo aunque sea octubre, advierte que defenderá al país contra los haitianos con sangre si es necesario (deseando que sea necesario y en posición de ventaja en cuanto a cantidad de armas y hombres), insulta a cualquier dominicano que admita haber comío Legume y haber bebío Clerén, si se le pregunta en persona fácilmente no se sabe la segunda estrofa del Himno Nacional, Twitter monotemático (contra los haitianos, ya se sabe, que hasta hitler si tuviera Twitter en algún momento floja a los judíos y pone un video youtube de Wagner), da rt a los tweets de algún vincho, aunque el haitiano mida 7 pies le dice haitianito, piensa que rayguevara y robertorosario son patriotas dignos, mete chivos jugando dómino, admira a los generales, no se le pasa el pique contra Almagro porque este metió la lengua (a pesar de que se supo y requetesupo que fueron titulares alterados y falsos para enchinchar), usa de manera vil la meritoria frase de Benito Juárez y usualmente co me de to do.

A propósito de Almagro. Tengo un pana que trabaja en el departamento de Contabilidad de la OEA, me dijo que después de que a Almagro le armaron el reperpero en RD (que dijo una sola isla, que no dijo generalmente, que olvidó a Borneo y en geografía merece una F, maldiciones, cortá de ojo, amenazas, fusión, etc) ya ha botado a dos asistentes. He aquí la transcripción literatim del audio de uno de esos despidos:

Asistonto: Don Almagro mire, aquí le llegó un mail con el informe RDHAITÍ…
Almagro: Ayayayayayayay, no no no no no, yo hasta migraña tengo, pasáselo a Pazmino, o a cualquier otro que te llegue a la cabeza.
15 minutos después…
Asistonto: Don Almagro mire, ahí lo llama un periodista dominicano por Skype…
Almagro: ¡PERO CARAJO! ¡TA CANCELAO COMPAÑERO!

La profusión sin ton ni son de cualquier cosa es dañina para esa cosa. Los modernos llaman a esto Sobrexposición, estar demasiado en el medio. Pero ya Lope de Vega había advertido sobre la ruinosa Superfluidad, algo preciado que de tanto ser repetido se vuelve superfluo, nimio, no causa ninguna emoción genuina. Nacionalista, la bandera es vida, no la desperdicie.