La democracia es un proceso dinámico, social y colectivo en permanente construcción, del cual van surgiendo las instituciones y los mecanismos u órganos que la sustentan.
Sin instituciones democráticas no puede haber gobernanza democrática. Las instituciones democráticas permiten y posibilitan organizar a la sociedad en base a reglas y normas de aplicación y cumplimientos obligatorios, con cierta horizontalidad, para hacer posible la convivencia civilizada en una sociedad. A través de estas instituciones es posible dirimir conflictos, armonizar los complejos y múltiples intereses que se presentan en las interacciones sociales; además aseguran la participación y el ejercicio político de la ciudadanía.
Estas reglas y normas, cuya base fundamental se encuentran en la constitución y las leyes, organizan también la conformación del Estado y crea las distintas estructuras o agencias, que permiten a los gobiernos la ejecución de las políticas públicas y canalizar y proveer los bienes públicos que demanda la sociedad.
Las instituciones como base fundamental por donde camina la democracia, tienen carácter histórico, no son estáticas, son construcciones dinámicas, más bien disruptivas. Se desarrollan y se fortalecen con las prácticas políticas democráticas. No son el fruto de ningún líder o ser iluminado.
Las vivencias cotidianas, su conflictividad, y el quehacer rutinario del colectivo en base a las observancias de principios democráticos, (respeto a las reglas pactadas, reconocimiento y aceptación de las diferencias y la diversidad, prácticas y conductas transparentes en los ámbitos públicos y privados entre otros) va creando en las sociedades y en cada uno de sus componentes, elementos identitarios, y reproduce patrones de conducta que van pasando de generación en generación. Cuando esto sucede se crea una sólida cultura democrática y las conductas y actuaciones democráticasse asumen de manera automática.
Si bien es cierto que los mecanismos, órganos, reglas y normativas son importantes e imprescindibles, crear a través del tiempo una sólida cultura democrática es una garantía para que una sociedad pueda tener un desarrollo integral. Como construcción social la democracia y sus instituciones deben ser inclusivas y horizontales. Deben darle respuestas al conjunto de aspiraciones, necesidades y anhelos del colectivo. Deben garantizar el ejercicio pleno de los derechos humanos (sociales, económicos, culturales y políticos).
La democracia y sus instituciones deben garantizar la plena participación política, que incluye mecanismos de control sobre el poder delegado. No es posible la gobernanza democrática sin que haya una participación activa de una ciudadanía consciente de que es depositaria del poder y por lo tanto, el poder debe representarla y rendirle cuentas.
Los principios de participación, representación, delegación y control del poder son claves para el funcionamiento de la democracia. Estos mecanismos deben ser transparentes y previsibles.
La gobernanza democrática debe estar provista de legitimidad desde su origen y ejercicio. Para que pueda haber legitimidad de origen, los mecanismos de selección y elección deben ser transparentes, justos y equitativos, sin ningún tipo de mediatización que pueda hacer variar la voluntad ciudadana de seleccionar "lo mejor" para que lo represente. Prácticas como el clientelismo, la compra de votos, el uso ilegal de los recursos del Estado, las distintas modalidades de fraude electoral, entre otras prácticas restan legitimidad a los gobiernos surgidos de procesos con estas características.
Para que pueda haber legitimidad en el ejercicio se debe actuar desde el gobierno, con apego y respeto a las normativas legales y los principios constitutivos. Esto significa respetar la independencia de los distintos poderes del Estado, y aceptar y respetar los diversos mecanismos que la democracia y sus instituciones prevén para el control del poder.
Un gobierno pierde legitimidad en su ejercicio cuando utiliza mecanismos del poder para aplastar a las minorías y cuando es capaz de cambiar las reglas para su propio provecho, es decir cuando es capaz de comprar el congreso para viabilizar su permanencia en el poder.
Por último,un gobierno pierde legitimidad en su ejercicio cuando se divorcia del mandato que le es conferido por quienes lo seleccionaron para que lo represente y cuando se muestra incapaz de proveer bienes y servicios públicos básicos (seguridad ciudadana, educación de calidad, salud, transporte, energía, agua, vivienda, etc.) demandados por la ciudadanía.
Los dominicanos no hemos podido construir democracias e instituciones sólidas, transparentes, previsibles e inclusivas, pues nos ha resultado muy difícil romper con el pesadofardo del pasado autoritario. Nuestra historia ha sido, en ese sentido de algunos éxitos pero de grandes fracasos.
Treinta años de férreas dictaduras, más doce años de continuidad de ésta bajo otro formato, así como el fracaso de los que tuvieron en sus manos la responsabilidad y la oportunidad de profundizar el ciclo democrático iniciado en el año 1978, ha dado como resultado grandes déficits y rezagos en nuestra construcción democrática e institucional y en afianzar y enraizar una cultura democrática en nuestra sociedad.
Los actores “demócratas y liberales” que llegaron al poder en el año 1978 ni siquiera fueron capaces de cambiar la Constitución de1966, que le daba continuidad al pensamiento político autoritario y que diseñó una arquitectura institucional anti democrática y corrupta, que denegaba derechos políticos fundamentales y que finalmente era considerada como un simple pedazo de papel.
Luego, vinieron "los puros" y en alianza con actores vivos del pasado autoritario y sus ideas terminaron siendo absorbidos en cuerpo y alma y "adiós, muchachos". La traición se impuso.
La sociedad de hoy necesita con urgencia repensar su democracia y rediseñar sus instituciones; retomar y terminar el ciclo democrático tantas veces interrumpido.
Si hoy nuestra sociedad es una de las más desiguales de la región es porque no se ha construido democracia, pues la democracia es distributiva.
Si hoy no tenemos instituciones sólidas, previsibles, confiables, con reglas y normas que nos rijan y se apliquen a todos por igual, es porque no hemos construido democracia.
Si hoy la corrupción y la impunidad son sistémicas, es porque no hemos construido los mecanismos de fiscalización, rendición de cuentas y control del poder imprescindibles en una democracia.
Si hoy los mecanismos de legitimación de origen y de ejercicio son cuestionados, es porque no hemos construido democracia.
Si hoy tenemos una ciudadanía adormecida, inmovilizada, que no reclama ni ejerce derechos,que no es consciente del "drama" en que vive, es porque no hemos construido cultura democrática.
El país y la sociedad necesita crear un nuevo sujeto social,que se convierta en un sujeto político, capaz de transformar el modelo de desarrollo productivo actual que le segrega, y construir las instituciones democráticas que necesitamos para avanzar y hacerle frente a los enormes desafíos que nos plantea el mundo actual.
Construyamos ese nuevo sujeto político para poder avanzar!!!