Estando en China como estoy, confirmo que esta sociedad cambia a cada instante, que para conocerla, no basta con leer y escuchar lo que nos llega de los medios de comunicación occidentales, o quedarnos anclados en lo que se decía que era China antes, hay que venir aquí y ponerse en contacto con el pueblo, con la gente, con ese ir y venir permanente que se observa en las calles de las ciudades de este país. También es menester escuchar a los estudiosos de China, a los sinólogos actualizados y objetivos, así como a los intelectuales, los estudiosos chinos, hablar de lo que son ellos mismos. Y en eso es que estoy. Primero poniéndome en contacto con el pueblo, hablándole y observándolo, segundo, leyendo las nuevas ideas de intelectuales que aunque occidentales, no responden a ese paradigma y tercero dando una mirada desde dentro participando en un seminario que tiene como objetivo permitir que expertos chinos en negocios internacionales, nos presenten el interior de una China que se perfila como la primera potencia económica del planeta.
Lejos de lo que muchos piensan y creen, lo que estoy observando en la calles de Beijing, es un pueblo alegre, que disfruta visitando lo que antes era la “Ciudad Prohibida” y hoy le pertenece, lo que antes era el Palacio de Verano del Emperador y hoy es de todos, lo que antes era una “Gran Muralla” para evitar que entraran los extranjeros y ahora es lugar de encuentro con ellos. Lo que observo es una “Plaza de Tiananmen” abarrotada, con la foto de Sun Yat-sen en el centro, largas filas de chinos que llegan de todas partes del país para ver la tumba de Mao Zedong, el hombre que le devolvió la dignidad a su nación. Observo jóvenes a la vanguardia con las principales modas occidentales y con la tecnología de la comunicación, pero también observo jóvenes que expresan su desacuerdo con Japón por querer controlar unas islas que a su entender pertenecen a China. En fin, lo que observo es una ciudad que aunque tiene casi dos veces la población dominicana, es organizada, disciplinada y limpia.
Por otro lado, mientras volaba a Beijing, me reencontré con el economista y estudioso de China, Jacques Martin, autor del libro “Cuando China gobierne el mundo”, quien nos recuerda a los occidentales, que lo de China es una realidad y que si queremos entenderla no podemos seguir observándola desde la óptica occidental, sino desde una óptica mas integral y menos eurocentrista, que tome en cuenta que China es más que Estado Nación, un Estado Civilización, que China ve el Estado como un amigo y aliado, no como un impostor, que tiene un sentido de unidad en torno a la raza, a la historia y la cultura.
Finalmente, estoy compartiendo con los más reputados expertos chinos en cómo negociar con ellos, con los empresarios y el Gobierno, sector privado y sector publico. Crecimiento de la China moderna: comparación con las mayores economías del planeta; reformas del Sistema Financiero y Político de China; el futuro del “Made in China”; modelo de desarrollo de China hoy, empresas y escenarios futuros; y estrategias para entrar al mercado chino, son algunos de los temas que trataremos.
Con este aval, me preparo para transitar hacia “Nihao Business”, que será una “Oficina de Consultoría” desde donde estaremos para asesorar a todo el que desee hacer negocios de manera exitosa con China.