Hace varios días que parecería acusar una suerte de esterilidad creativa, aunque realmente no ha sido así, humildemente, permítanme compartir otra entrega de “Entre Molinos y Gigantes”.

El tema chino, el cual concita mucho interés tanto en el ámbito nacional como internacional, nos hace compartir algunas reflexiones sobre como emerge ese gran país, lo que dos expertos entienden como su visión y realidad, así como la cautela con la que se debe asumir sus “ventajosas ofertas”.

Los excedentes generados por la economía China han impulsado a ese país a planificar un proyecto, a mediano y largo plazo, de inversiones en países que nunca alcanzaron.

Mao Zedong, en tres décadas sentó los fundamentos políticos e ideológicos. Luego, Deng Xiaoping estableció las bases de la economía socialista “con características chinas”. En la China posmoderna esos modelos carecen de validez, en estos tiempos Xi pretende confeccionar, con parte del brillo de sus antecesores, el nuevo closet que ese país necesita.

Para Jiang Wei, investigador de la Escuela del Partido del Comité Municipal del PCCh de Beijing y del Centro de Estudios Teóricos e Innovación del Socialismo con Peculiaridades Chinas de las Universidades de Beijing, en los 69 años de la República Popular China ha llevado a cabo la construcción y práctica de varias reformas. “Durante todo este proceso ha logrado crear un sistema político diferente al de otros países, el cual consiste en: una dirección por parte del Partido Comunista de China (PCCh), una cooperación multipartidista, un gobierno por parte del Partido Comunista y la participación de otros partidos en los asuntos políticos. Este sistema supone claras características chinas: la premisa de un nuevo tipo de sistema político es la dirección del PCCh, cuyas metas son la unidad y la cooperación, así como la ganancia compartida. Los partidos democráticos son partidos afines o partidos de consultas. Este sistema ha absorbido los frutos de la civilización mundial y posee una connotación democrática. Este sistema respeta la voluntad del pueblo y ejecuta el proceso de toma de decisiones democráticas. La directriz de China no se rige bajo la decisión de cierto partido, sino que se realizan consultas y deliberaciones bajo el marco de la Constitución. Este sistema evita el caos político causado por la alternancia en el poder de los partidos y la competencia viciosa, así como los males producidos por una dictadura de partido único y la ausencia de democracia.”

Adicionalmente, indica varios criterios para medir los méritos del sistema político de chino: “El primero es la concordancia entre la teoría y la práctica. La teoría del sistema de cooperación multipartidista y consulta política bajo la dirección del PCCh ha sido una elección del pueblo chino y el resultado de la combinación entre la teoría partidista del marxismo y la realidad de China. Han realizado una gran creación política en la práctica y una gran prueba de este sistema de consulta política. La historia y los logros del desarrollo de la República Popular China demuestran que la combinación de la teoría y la práctica de este sistema político puede representar y cumplir efectivamente con los intereses fundamentales de las masas populares más amplias y de todos los grupos étnicos en China.

En segundo lugar, el sistema de cooperación multipartidista y de consulta política bajo la dirección del PCCh es, a la vez, democrático y republicano. Todos los partidos celebran consultas para hacer poderoso al país y enriquecer al pueblo. Con los mismos objetivos, los partidos se entienden, se comunican entre sí, alcanzan el consenso y evitan efectivamente las disputas partidistas.

Finalmente, China eligió un mecanismo científico de toma de decisiones: la democracia consultiva. China tiene una gran población y la toma de decisiones debe ser eficiente y científica. La consulta política venera las instituciones, respeta los procedimientos y evita la crisis social causada por los desacuerdos entre diferentes partidos. La consulta política considera al mundo entero como una comunidad, es incluyente y busca espacios comunes, haciendo a un lado las diferencias. Es una contribución importante para la civilización política de la humanidad.

El sistema de cooperación multipartidista y la consulta política bajo la dirección del PCCh son creaciones originales del PCCh. Tienen sus raíces en la tierra china, se benefician de los logros del progreso político humano, superan el estereotipo de rotación de partidos políticos y demuestran al mundo los últimos logros de China en la política del partido. Junto con el nuevo sistema partidista se ha añadido el plan chino para la construcción de una vida política y social democrática y armoniosa”.

Esta es la percepción de una situación interesante, aunque de una persona comprometida. Particularmente, entendemos que existen dos males que son realidades del país y amenazan el futuro del PCCh: la corrupción y la contaminación medioambiental, nada diferente a otros países, pero en versión china. Ambos males se derivan de un modelo económico que quedó obsoleto, generando malestares crecientes en una sociedad, donde una parte de la misma, es cada día más exigente. El PCCh percibió esta realidad y consciente de la misma determinó que sólo la puesta en marcha de un nuevo patrón económico que se adecue a las aspiraciones de esa sociedad pujante puede facilitar su permanencia en el poder durante este conflictivo ciclo que debe concluir en 2049, al celebrar el centenario de la fundación de la República Popular China. Para ese momento, ya asumen que serán la primera potencia mundial. Percibo que lo chinos asumen una suerte de “Ceteris Paribus” de las otras potencias. 

El plan de expansión, quizás, se manifestó públicamente en 2013, cuando el Secretario General del PCCh, Xi Jinping dio a conocer su plan conocido como “Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda” o “Belt and Road Initiative”, en inglés. El proyecto pretende conectar Europa, Asia del Sur-Oriental, Asia Central y el Oriente Medio, reconstruyendo la antigua ruta de la seda, con unas vías férreas modernas y la creación de una ruta marítima paralela. Es por esto lo del nombre de "Cinturón y Ruta". Se estima que la inversión sea de aproximadamente 1.4 miles de millones de dólares. Según los chinos, involucraría cerca de 60 países, cuyas reservas energéticas implican el 75%, en relación con el mundo, con el 70% de la población mundial, que generarán el 55% del PIB mundial. Todo, claro está, bajo las condiciones del modelo económico que China desea implementar.

El tiempo ha mostrado que el Plan no se limita a la “Ruta de la Seda”, pura y simplemente. Los excedentes chinos son tan altos que tienen capacidad de involucrarse en inversiones financieras, industriales y comerciales en todas partes del mundo, dando prioridad a países y economías estratégicas, por su tamaño o capacidad, sus reservas y ubicación geográfica.

China cuenta con varios programas de financiamiento para países amigos, a muy buen costo (Interés). Esto hace atractivos a los capitales chinos. La trascendencia de esta situación es tal, que China está compitiendo con los Organismos Internacionales Multilaterales.