Hace unos días este periódico tuvo la gentileza de publicarme un artículo sobre las inversiones que hará China en Haití ascendentes a 30,000 millones de dólares y lo que impulsará su economía, sin embargo estas inversiones no se quedan ahí, China seguirá invirtiendo en América Latina, va a la conquista de nuestro continente.

China Continental es la segunda economía más poderosa del mundo, camino a ser la primera. Aunque su territorio es un poco más pequeño que el de Estados Unidos, tiene una población 4 veces mayor, lo que lo convierte en un país que tiene la necesidad de buscar alimento para subsistir, ya que sólo el 13% de su territorio es apto para el cultivo.

La población de China cruzó ya la cifra de Mil 380 millones de habitantes, es decir, más del doble de la población sumada de toda América Latina y como dijimos, más de cuatro veces la población de Estados Unidos. Este dato es imprescindible para entender que esa economía tiene altísimos niveles de demanda de materias primas, diferentes tipos de minerales y también de alimentos. Por lo tanto, China es un nato importador de alimentos, lo cual lo convierte en un cliente de peso entre los países que producen productos agropecuarios y alimentos envasados. En América Latina China ha encontrado un flujo seguro de materias primas, fundamentales para su expansión y a precios por debajo del promedio mundial. Lo que a su vez lo ha convertido en una potencia económica con disponibilidad de grandes recursos.

Los grandes recursos que posee  los podemos clasificar de la manera siguiente: gran capacidad de compra, de venta y de financiamiento.  Por lo que  se ha convertido, de forma sistemática y paulatina, en una considerable referencia en América Latina.

Las autoridades de ese gran país asiático contemplaron en sus planes de expansión 2015-2019, que su crecimiento en América Latina alcanzaría los 500 millardos de dólares en intercambio comercial, por lo que podrían disponer de unos 250 millardos de dólares en inversión extranjera directa. Esto se ha cumplido con creces y China gana más influencia económica en la región que los EEUU. Esto ha quedado demostrado en los informes de CEPAL del año 2015 por el nivel de sus exportaciones e importaciones, es decir su intercambio comercial con la región. Además de estas cifras, observamos que entre 2010 y 2016, este país ha invertido en nuestros países unos 90,000 millones de dólares, esencialmente en Venezuela, Brasil, México, Argentina, Chile, Perú y Cuba.

A principios del presente año, su presidente Xi Jinping declaró que China se preparaba para invertir en la región latinoamericana 250.000 millones de dólares en los próximos 10 años. Pero a principios de septiembre de 2015, el Banco Central de China había anunciado el establecimiento de un fondo de inversión de 10.000 millones de dólares para la cooperación bilateral con la región latinoamericana en ámbitos de alta tecnología, energía, minería y proyectos de infraestructura. Lo que obviamente pone en evidencia que está desplazando a Estados Unidos en Latinoamérica.

Los principales atractivos que encuentra China en la región no son solo su riqueza natural y humana, sino también el crecimiento y potencial de desarrollo.

En tal sentido, y viendo también el potencial de crecimiento y desarrollo de nuestro país en áreas como productos agropecuarios industrializables, turismo, energía eléctrica renovable, infraestructura, etc., podemos ser de interés para atraer un porcentaje importante de esas inversiones. Además de que somos miembros del CARICOM que podrían aprovechar en el corto plazo para ampliar sus exportaciones a Estados Unidos.

En adición a las inversiones en la industria manufacturera, agricultura, metalúrgica, tecnología y otros más,  que podría hacer este país en el nuestro, desde mi punto de vista debemos hacer un esfuerzo por captar un porcentaje importante de estas inversiones para que otros sectores se vean beneficiados. Me refiero a infraestructura, principalmente la ferroviaria que mejoraría y abarataría nuestro transporte inter-urbano tanto de pasajeros como de mercancías, la producción de energía eléctrica renovable que ayudaría grandemente a disminuir su costo y que se traduciría en una mejoría de nuestra productividad, en turismo en sentido amplio, turismo tradicional de sol y playa, el eco-turismo en áreas protegidas y de negocios.

Con estas inversiones atraeríamos al turismo de ese país que se ha convertido en el primer país emisor del mundo, por encima de Estados Unidos, Francia e Inglaterra, y con un gasto elevado destinado a sus vacaciones, alcanzando una cifra record de unos 261,000 millones de dólares gastados el año pasado.

Es importante hacer los esfuerzos necesarios para captar estas inversiones, no sólo lo que pueda derivarse de las que harán en Haití. Debemos preparar y presentar proyectos viables y hacer los cambios requeridos para que sus ciudadanos puedan visitarnos sin visa, con la tarjeta de turismo, eliminando trabas y burocracias innecesarias para viabilizar estas inversiones. Aprovechemos estas oportunidades.