No sé si la noticia caerá como una sorpresa, pero este escribidor la estaba esperando desde hace años cuando entendió en mi juventud, la historia de las misiones en China, en particular, y de Asia, en general, con el feudo apostólico entre jesuitas y  franciscanos como telón de fondo: China Popular y el Vaticano comenzaron a regularizar sus relaciones. Recordemos que en el continente asiático, Filipinas, por haber sido colonia española, es la única nación católica, y Corea del Sur, por la influencia estadounidense luego de la Guerra de Corea, la única nación de  mayoría evangélica.

Es más, esta expectativa se consolidó con la llegada del primer jesuita a la Diócesis de Roma para acelerar la cuestión china. La noticia llegó el 22 de octubre pasado con la firma del “acuerdo” reconociendo el nombramiento de los obispos “irregulares” chinos por parte del Vaticano.

La noticia la he tomado del diario Vatican Insider, servicio del diario italiano L’Stampa de Milán, disponible en el siguiente enlace:

http://www.lastampa.it/2018/09/22/vaticaninsider/la-santa-sede-y-china-firman-acuerdo-sobre-los-nombramientos-de-los-obispos-99Z3HKKEgd3IqXgqvK9U3H/pagina.html  y de El País, de Madrid, disponible en el siguiente enlace: https://elpais.com/internacional/2018/09/22/actualidad/1537609345_037943.html

Un reportaje específico sobre el perdón del Papa Bergoglio se encuentra en la misma edición de Vatican Insider, y disponible en el siguiente enlace: http://www.lastampa.it/2018/09/22/vaticaninsider/el-papa-perdona-a-los-obispos-chinos-ilegtimos-e-instituye-una-dicesis-en-china-dV1F0YTjUAz79pKNfmIsuM/pagina.html

Por último, en la misma edición se encuentra un reportaje sobre el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano, que indica cambios en el centralismo de la Iglesia Católica con respecto a las diócesis, relacionadas con las concesiones hechas a Beijing, disponible en el siguiente enlace:  http://www.lastampa.it/2018/09/22/vaticaninsider/china-acuerdo-para-ayudar-a-las-iglesias-locales-para-que-gocen-de-mayor-libertad-zCsyFuattdNIwk5A94WnaK/pagina.html

Aplicando la experiencia del vecino de China, la portentosa Rusia de Putin, que ha consolidado la gobernanza de la era post-comunista al retorno del predominio del cristianismo ortodoxo en la filosofía e ideología del régimen, si el catolicismo arraiga en China ¿estaría en capacidad de servir de pegamento de la sociedad y sustento de la identidad?

Según el reportaje de Rafael Verdú, en El País, China tiene 12 millones de católicos y cerca de 40 millones de cristianos, pero si las condiciones se normalizan, el país se podría convertir en el de mayor población cristiana del mundo con 247 millones para el 2030. Concluye Verdú: “La operación china es clave en el continente donde, después de África, más crecen los fieles y las vocaciones. Antiguos caladeros como América han retrocedido con el tiempo y el catolicismo (es junto el protestantismo, el islam, el budismo y el taoísmo, una de las religiones que China reconoce), pierde fuelle frente a corrientes como las evangélicas. Una oficina en Pekín es hoy indispensable para cualquier proyecto en expansión.”

¿Serán los sueños de un viejo jesuita hecho realidad o la acción del Espíritu Santo actuando entre las líneas torcidas de la historia humana?