“Para pasar la  página,

hay que haberla leído antes”

Louis Joinet

Estoy absolutamente convencido de que la partida de nacimiento no le otorga a nadie ventajas ni autoridad para opinar sobre los procesos políticos del lugar donde ese documento se expidió.  Hecha la aclaración, reconozco que la tentación de hablar sobre la Concertación se hizo irresistible cuando escuché y vi en televisión a una opinóloga cerrar esos pontificales comentarios a los que estamos expuestos con la sentencia “aprendan de Chile”, luego de acabar con los candidatos que no apoyan al que ella prefiere. Por supuesto sin nombrarlos, para cuidar su objetividad e imparcialidad. Nadie crea que le supongo mala intención, la ignorancia es mucho menos peligrosa.

Es inocultable la intención propagandística detrás de la repentina atracción por la transición chilena que están sufriendo quienes se están quedando sin el candidato único opositor. En su propósito falsean, mienten y confunden.

Por si interesa “aprender de Chile” es importante recordar que los candidatos presidenciales en 1989 fueron tres, en 1993 siete, en el 2000 seis, en 2005  y en 2009 fueron cuatro, y en el 2013 fueron nueve.

Viene a cuento recordar las elecciones del 2009 que han sido citadas por insignes defensores del candidato único opositor a pesar de la visita reciente del ex senador y ex ministro de Aylwin, Carlos Ominami, que renunció en ese año al Partido Socialista y a la Concertación para apoyar a su hijo adoptivo Marco Antonio Enríquez Ominami. Los habitantes del reino de la estupidez creen que la candidatura de Enríquez fue la que provocó la derrota del candidato de la Concertación y el triunfo de Piñera, pues en su infinita simpleza suman los votos de Frei y Enríquez en la primera vuelta queriendo hacer creer a otros simples que si Marco Enríquez Ominami hubiese renunciado a ser candidato, el 20% de los electores que lo marcaron habrían votado por Frei. Si trasladan ese razonamiento al ámbito local, el error y la intención son obvios.

La Concertación y Frei perdieron porque en primer lugar Frei no era un buen candidato y porque para instalarlo como el “único” se llegó a excesos que llevaron a la realización de unas primarias llamadas “truchas”, donde se cambiaron las reglas de juego y que culminaron con insultos y empellones entre dirigentes de partidos de la Concertación por la televisión. A esa vergüenza de primarias se llegó luego de negarle a Marco Enríquez Ominami el derecho a participar lo que motivó su renuncia y la de su padre.

A diferencia de la República Dominicana, el “método de las encuestas” no ha sido descubierto en la patria de Neruda.  Además, el principal defensor del atraco a la democracia que llevó en 2009 a la debacle electoral de la Concertación se negó unos años después a someterse a primarias y perdió no sólo su asiento en el Senado sino también la presidencia del Partido Socialista, no sin antes haber imposibilitado un acuerdo con Marco Enríquez Ominami para segunda vuelta luego de haber gozado durante la campaña llamándolo despectivamente “Marquito”.  Esa experiencia también debe servir mucho a quienes quieren “aprender de Chile”.

Lamentablemente la visita de Carlos Ominami parece no haber servido mucho, pues respecto al abandono de la Concertación se habló poco y sobre la Concertación creada en 1989 no dijo cosas muy distintas a lo que escribimos en Acento hace unos meses (http://acento.com.do/2015/opinion/8256676-los-pactos-y-la-historia-reciente/).  Su salida del Partido Socialista y de la Concertación fue una decisión a la que tenía derecho y que le ha permitido modelar un espacio político nuevo, el Partido Progresista (PRO) y Marco Enríquez Ominami está entre los tres políticos mejor evaluados del Chile actual.

Pero hay aún más: la Concertación fue el instrumento político para salir de Pinochet así que los habitantes del reino de la estupidez no pretenderán hacer creer a nadie que el Presidente Medina es igual a Pinochet y no sólo porque a Pinochet no se le hayan evaluado las visitas sorpresa.

La confusión viene porque el PRD, en cualquiera de sus versiones, vivió de satanizar al PLD y viceversa y les llegó la hora de buscar modelos y satanes nuevos. Como siempre equivocan el camino, Chile y sus fantasmas están demasiado lejos para servir a manipuladores de ocasión.