La grandeza de Hugo Chávez trasciende el hecho mismo de  la solidaridad, la solidaridad una de las virtudes más valiosa del ser  humano,  en la figura de Chávez, es una simple nota del armonioso y  verdadero pentagrama que constituyen su existencia.  Chávez más que solidaridad, es compromiso. Un compromiso que se arraiga en el manifiesto de Cartagena de Indias de 1812  y,  la carta de Jamaica de 1815, esta carta prefigura el proyecto  del Libertador Simón Bolívar en la que trazó el mapa soberano de América Latina y la necesidad de su unidad para alcanzar la emancipación.

La gran Colombia o la Patria Grande, fue el gran sueño de Bolívar, un sueño que sólo era posible con la unidad y emancipación de Hispanoamérica. El fracaso que supuso el intento de Bolívar en 1815 de refundar  a Venezuela le granjeó la incomprensión  de sus partidarios y el autoexilio en Kingston Jamaica, donde escribe esta carta a su amigo Henri Cullen, que se constituye  en  el documento sustantivo del proyecto Bolivariano,  para convencerle de la necesidad de que la  Inglaterra liberal de aquella época  coopere con los procesos de independencia de los países americanos. Profetiza y argumenta Bolívar: “sobre el destino de México, Centroamérica, la Nueva Granada, Venezuela, Buenos Aires, Chile y Perú. Finalmente, culmina Bolívar su reflexión con una imprecación que repetirá hasta su muerte: la necesidad de la unión entre los países americanos “.

La Unidad  de Latinoamérica y la visión anti imperialista no es un una creación del chavismo, y mucho menos  odio de Chávez hacia estos; es la esencia de la filosofía y pensamiento bolivariano, lo cual se establece de forma clara y distinta cuando en la carta de Jamaica Bolívar argumenta y da como razón el Libertador: “Todo intento de libertad  y emancipación de los pueblos Americanos, será ahogado con su propia sangre por el hermano mayor, los Estados Unidos de América”. Las tesis  del proyecto Bolivariano soñado  y profetizado  en la carta Jamaica, y a su vez,  empujado y realizado por Chávez,  es el paralelismo perfecto de lealtad , fidelidad y correspondencia entre las dos figuras más relevantes de la historia y pensamiento   Latinoamericano  de los últimos tres siglos.

Chávez no solo transforma la visión latinoamericana sobre la soberanía y  autodeterminación de los pueblos de América,  promueve, a su vez, el eje fundamental del pensamiento Bolivariano: la unidad como fundamento de la emancipación; sino,  que construye la identidad solidaria entre los mismos. No es Chávez  quien es influido por la Revolución Cubana, es el Chavismo Bolivariano el que impacta la revolución cubana al trasferir sus convencimientos de que la democracia  y sus instituciones no son un patrimonio del capitalismo imperialista  salvaje; sino, un legado ancestral de convivencia social y justicia razonable. La contingencia fatídica de la salud de Chávez no solo genera incertidumbre; sino, también,   apura la convicción y necesidad de apertura de la  revolución  cubana,  democratizando sus procesos y estableciendo límites al relevo generacional como forma de consolidación del Estado y la función pública en la revolución cubana.

Es de ahí,  que Chávez con su ejemplo  participa, organiza y gana cuantos procesos les son propios al juego democrático para acceder al poder y gobernar con legitimidad y democracia.  Chávez hace entrar en crisis el foquismo revolucionario militarista del Che Guevara en América  como forma única de hacer la revolución, la revolución Bolivariana alimentada por el boschismo construyen en la sociedad venezolana una revolución democrática, con una constitución revolucionaria que hacen viable el socialismo humanista del siglo 21. El chavismo Bolivariano hace reflexionar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias- FARC- de Colombia  y,  su opción armada como única vía  para hacer la revolución,  a partir de sus propias prácticas y éxitos conquistados en el corazón del  pueblo.

El Chavismo Bolivariano o socialismo humanista  del siglo 21, ha probado que la naturaleza, sus recursos y el capital como forma de bienestar están llamados a garantizar progreso y desarrollo en  dignidad, justicia y libertad.  El Chavismo Bolivariano, es cultura, es compromiso, es sistema, es pensamiento. Chávez dota de un nuevo sentido y forma de ser el  poder,  al desmitificarlo y humanizarlo.  El Chavismo es humanismo socialista que trascenderá la existencia física y temporal de Hugo Chávez. Tanto Chávez como Bolívar, “mueren convencidos y convenciendo de  la necesidad de la unión entre los países americanos”.