CHAPEO

“. . . había ordenado el desalojo de los haitianos (. . .) CHAPEO le llamaron los lugareños a esta operación . . .”

El chapeo que se conoce en el español internacional es el sombrero. No hay que sorprenderse por esto si se piensa que tiene relación con el mismo origen de cabeza, capitán y muchas otras palabras del español. En portugués se ha conservado la voz chapeu para el sombrero. En francés es chapeau.

El verbo chapear llegó al español peninsular desde Cuba pasando por Canarias. Claro, aquí se trata del verbo chapear americano de “limpiar la tierra de yerbas y malezas con el machete”. En el Diccionario de provincialismos de la isla de Cuba, de 1831, publicado en 2021, chapear aparece así, “Cortar los arbustos y malezas que perjudican a las sementeras, cercas y prados”.

Como era de esperarse cuando se hacía muy riguroso, entonces era un “chapeo bajito”

La primera mención del verbo chapear y del sustantivo chapeo en algún repertorio de voces de uso en República Dominicana lo trae Rafael Brito en la obra Criollismos en 1930. La definición que asienta es “cortar las malezas”. En esa obra aparece también el chapeo en tanto, “acción y efecto de chapear”.

D. Pedro Henríquez Ureña hace mención del verbo chapear en El español en Santo Domingo, obra publicada en 1940, p. 198. La definición que asienta es “cortar malezas”, que es la que había retenido Brito antes.

Cuando Manuel Patín Maceo se ocupa de elaborar sus obras acerca de las voces vigentes en el habla de los dominicanos entre los años 1940 y 1946, incluye a chapear y chapeo entre las voces que constan en su obra Americanismos y adopta una definición para el verbo modificada en el orden, “limpiar de hierbas y malezas la tierra con el machete”. El chapeo siguió como “la acción y el efecto de chapear”.

Algunos especialistas en voces propias de América han ofrecido “desyerbar” como sinónimo de chapear. Podría argüirse que el chapeo tiene varios grados y en el campo se pagan de manera diferente. Existe un “chapeo bajito” que corta las hierbas y la maleza a poca distancia del suelo. En la acción de desyerbar casi siempre se insiste en arrancar, sacar de raíz, las hierbas.

La historia del verbo y la acción no termina ahí, porque al ser una palabra de uso tan común en el habla de los dominicanos, adquirió usos metafóricos. El verbo pasó a designar un tipo de represión que se ejerció en la penitenciaría nacional de La Victoria durante el régimen de Joaquín Balaguer.

El chapeo se convirtió en una represión que consistía en un registro e imposición de disciplinas severas contra los presos políticos en esa cárcel. Como era de esperarse cuando se hacía muy riguroso, entonces era un “chapeo bajito”.

En la frase de la cita se utiliza la voz chapeo para una acción específica en la historia dominicana; se refiere a la acción emprendida por el gobierno de Rafael L. Trujillo contra ciudadanos haitianos en territorio dominicano. Para nombrar este triste episodio se ha oído también usar “el corte”.

VOLADORA

“. . . aquello de VOLADORA era una guagua destartalada . . .”

Los dominicanos capitaleños saben muy bien lo que es una voladora. Quizás por experiencia vivida saben a qué se debe el nombre que le han puesto a estos minibuses.

Algo que llama la atención, a pesar de ser un minibús, que es masculino, los hablantes de español dominicano igual lo llaman voladora en tanto nombre. Esto quizás porque al hablar de ese medio de transporte público piensan que es una guagüita y no un minibús.

El nombre lo que hace es resaltar la forma de manejar, conducir, que es temeraria.

Aunque en las acepciones que se han elaborado para la voladora solo se destaca que es un minibús del transporte púbico. El nombre nació en Santo Domingo, la capital, porque esos minibuses andaban volando en medio del caótico tránsito urbano de la ciudad capital.

El nombre lo que hace es resaltar la forma de manejar, conducir, que es temeraria. Si los choferes son temerarios, los pasajeros son valientes que arrostran el peligro de viajar en esas voladoras.

DESTUTANAR

“Lo que me recuerda al Emperador Constantino que DESTUTANÓ a dioses de sus altares . . .”

Destutanar es un verbo conocido en el habla popular. A veces este verbo sufre una metátesis y algunas personas dicen “destatunar”.

En una intervención anterior sobre este tema se escribió que los dominicanos pueden fácilmente entender que se use para significar matar porque para muchos de esos hablantes el tutú es la cabeza y este destutanar viene a ser decapitar.

El verbo cuenta con larga historia en el español en las islas antillanas y, a través de esa historia no siempre ha mantenido uniforme el mensaje que transmite. El viaje emprendido por la voz ha llevado a que el uso en una isla u otra haya cambiado el significado.

Es notoria la diferencia entre lo que expresa el verbo y sus derivados en Cuba y República Dominicana.

La primera mención del verbo destutanarse aparece en el Diccionario de provincialismos de la isla de Cuba, (1831) que es el fruto de trabajo de un grupo de intelectuales cubanos. La primera publicación de ese diccionario se hizo recientemente en 2021. La primera acepción en ese diccionario es, “Aniquilarse tanto por el trabajo, así físico como intelectual que le reduce a piel y huesos”. Ese mismo diccionario en la segunda acepción en sentido figurado asienta, “se dice del que se afana mucho por alguna cosa”.

No hay lugar a sorprenderse ante el tipo de redacción de las acepciones si se tiene en cuenta que fue redactado antes del año 1831. Todo lo relativo a este diccionario está muy bien documentado en el estudio que realizó Armando Chávez Rivera que es la persona que rescató el original.

La primera mención retenida hasta ahora acerca de una voz relacionada con el verbo del título es “destutanao” que aparece en el la obra de Brito, Criollismos, de 1930, con la acepción de “Sin aliento, débil” que tiene algún vínculo con lo copiado del diccionario antes mencionado.

Después de esta referencia de Brito, D. Pedro Henríquez Ureña en 1940 trae la palabra destutanado, que es un versión maquillada del popular destutanao de Brito con el valor de “débil (sin tuétano)”. El tuétano ha de tomarse aquí con el significado de profunda o intensamente. Aquí débil hasta ese punto o grado.

En las obras dedicadas al léxico dominicano destutanar no aparece de nuevo hasta el año 1983 en Del vocabulario dominicano (1983:88), solo para “quitarle el empleo”. Otros estudiosos del lenguaje dominicano copiaron destutanarse con las acepciones de otros países, atribuidos al habla dominicana. El verbo destutanar reaparece en el Diccionario dominicano de cultura y folklore (2005:137) tomado como sinónimo de “cancelar a una persona de su empleo o quitarle poder”.

La evolución, en cuanto a las acepciones del verbo reflejan un cambio en cuanto a su significación, sobre todo después del año 1980, hasta llegar a lo que consigna el Diccionario del español dominicano (2013:258) en que en el habla llega a expresar, “Destituir a alguien del puesto que ocupaba”. Además de esa acepción ese lexicón asienta, “matar a alguien”: “herirse alguien al darse un golpe fuerte”. Para no faltar a la tradición ese diccionario trae, “extenuarse alguien por un esfuerzo”.

En República Dominicana la acción recibe el nombre de “destutane”. En Cuba es “destutanada” el nombre, para los objetos rotos o desvencijados y destutanamiento corresponde para las personas cansadas. En ese país, Cuba, el campo semántico se ensanchó, pues en el año 2016 el Diccionario ejemplificado del español de Cuba (2016:438-9) reconoce que el verbo destutanar se aplica a objetos rotos o desvencijados y golpes severos propinados a una persona. Continúa aplicándose a la persona cansada, lesionada.

Es notoria la diferencia entre lo que expresa el verbo y sus derivados en Cuba y República Dominicana.