CHAPA

“. . .figuritas de mujeres curvilíneas con canastas de frutas en la cabeza y una CHAPA para automóvil con la frase. . .”

El español nacional sale a relucir con facilidad en las conversaciones espontáneas. Con menor frecuencia eso sucede en las redacciones que se hacen de modo profesional; mas eso es inevitable en algunos casos cuando la celeridad de las publicaciones periódicas apremian.

El vocablo que aparece señalado en la oración de la cita es parte de lo que se ha dejado entrever mediante el párrafo anterior a este. Esta “chapa” tiene una connotación específica en algunos países. La pista con respecto del significado particular en este caso la ofrece el vocablo “automóvil” que la acompaña. En esta sección se examinarán las voces hispanoamericanas que poseen el significado de esta chapa en otros países. Se evaluará, además, la pertinencia de estas denominaciones.

Hay que comenzar por la chapa del epígrafe. Según el Diccionario del español de Cuba (2000), es una ‘placa de metal que llevan los vehículos en la parte delantera y trasera, con una combinación de números y letras que sirve para identificarlos’. Esta es una descripción muy detallada que se acomoda muy bien a la realidad de Cuba.

Una persona que no pudo entender algo, cuando pregunta por el sentido de lo que no acertó a comprender, se le dice “cógele la placa”

La tablilla es el nombre que recibe este identificador de vehículos en Puerto Rico y define la placa, exhibe la matrícula y la chapa que tiene los números de identificación. Estas características se tomaron del Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico (2005). De acuerdo con el Diccionario de americanismos (2010), se usa esta palabra también en República Dominicana y, la define como la ‘chapa de metal que muestra la matrícula del vehículo’.

La placa es la ‘plancha de metal en que aparece la numeración que identifica a un vehículo’. De esta forma lo recoge el Diccionario del español dominicano (2013).

En español general (¿?) al objeto de esta sección se le denomina matrícula, con una acepción muy parecida a las ya copiadas. En República Dominicana el término matrícula se reserva en cuanto a los automóviles exclusivamente para el documento que contiene las informaciones del vehículo, y, sirve además para identificar al propietario de este.

Es muy posible que en otros países este documento reciba otros nombres. Cada país está en su derecho de nombrar este documento o la chapa. En general, quienes le ponen el nombre al objeto que identifica el vehículo es el hablante común.

En República Dominicana existen varias locuciones que se apoyan en la placa. Algunas de ellas son jocosas y se refieren a la imposibilidad de averiguar lo que ocurrió. Una persona que no pudo entender algo, cuando pregunta por el sentido de lo que no acertó a comprender, se le dice “cógele la placa”. Esto así porque ya pasó y, lo único que queda es anotar los números de identificación (detalles) para averiguar más tarde.

AUTOMOTRIZ – AUTOMOTOR

“El viernes, D. entró a un taller eléctrico AUTOMOTRIZ y dijo que quería entregarse”.

Esta palabra del título parece que ejerce algún tipo de fascinación sobre algunos redactores. Esto así porque se ha observado que cada cierto tiempo se la encuentra usada en situaciones que no son convenientes para su género.

La inconveniencia viene de que automotriz no es masculino; es el femenino de automotor. En la oración citada debió corresponder el adjetivo masculino para el género masculino del sustantivo taller.

La terminación –triz ayuda a formar el femenino de algunos vocablos del español que terminan en -tor o -dor

Los esposos Carr Parúas y del Valle Fonseca reconocen el problema que representa lo del “taller automotriz” y en su obra Diccionario de términos de escritura dudosa (2014) escriben: ‘Es frecuente, aunque incorrecto, emplear el adjetivo femenino automotriz para calificar sustantivos masculinos. . .’

La terminación –triz ayuda a formar el femenino de algunos vocablos del español que terminan en -tor o -dor. De esta suerte actriz es el femenino de actor. No son pocas las palabras del español cuyo femenino termina en –triz, ejemplos de ellas son, emperatriz, institutriz. Con menos elegancia constan en la lista la fregatriz, la meretriz y la “encueratriz” del striptease.

TABACALERA – TABAQUERÍA

“Y una pequeña TABACALERA y tienda de habanos, parada popular. . .”

El tabaco es americano. Por más vueltas que le den al asunto, los nombres derivados, aunque sean en español, se los confieren los americanos. En Europa pueden llamarles estanco, por regulación del Estado a las tiendas de ventas de productos elaborados con tabaco. En América los creadores del tabaco pueden permitirse ciertas libertades. Se comentarán las dos voces del título, a la vez que se señalarán las evoluciones con respecto de estos vocablos.

Antes de entrar en la idea central de esta sección debe puntualizarse que los habanos son los cigarros elaborados en La Habana. El cigarro es un rollo de tabaco que se fuma. En España pueden llamarlo de “puro” para destacar con ello que no se envuelve en papel. En algunos países hispanohablantes llaman también cigarro -de modo genérico- al cigarrillo.

Tabacalero, ra es un adjetivo, que indica ‘perteneciente o relativo al cultivo, fabricación o venta del tabaco’. Cuando se aplica a una persona significa ‘que cultiva el tabaco’

Ya en el año 1875, D. Esteban Pichardo en su Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas define la tabaquería así: ‘La tienda o lugar donde se tuerce y vende Tabaco’. (Se ha consultado la reimpresión de 1976).

En Cuba la tabaquería ‘no es el lugar donde se vende tabaco sino donde se hace o se tuerce. Y los cubanos debemos de tener voz y hasta voto, en esta materia’. Eso copiado se tomó del Nuevo catauro de cubanismos de 1923 (reimpresión de 1974) de Fernando Ortiz.

Tabacalero-a es lo ‘perteneciente o relativo al cultivo, fabricación o venta del tabaco. Dícese de la persona que cultiva el tabaco’. De este modo lo expone la obra Léxico tabacalero cubano (1940), edición de 1998 de José E. Perdomo. Más adelante en esa misma obra se lee: ‘Tabaquería. – Puesto o tienda donde se vende el tabaco. Generalmente se conoce por tabaquería a la pequeña fábrica que detalla su producción’.

La voz tabaco en Cuba es el ‘rollo de hojas de tabaco elaborado para ser fumado’. Esto sin menoscabo de las otras significaciones que posee la voz. La tabaquería es la ‘fábrica pequeña en la que se elaboran y venden tabacos’. El tabaquero, -a es la ‘persona que hace tabacos’. Esas son las versiones del Diccionario del español de Cuba (2000).

Tabacalero, ra es un adjetivo, que indica ‘perteneciente o relativo al cultivo, fabricación o venta del tabaco’. Cuando se aplica a una persona significa ‘que cultiva el tabaco’. En tanto sustantivo es la ‘empresa o fábrica dedicada a la elaboración o comercialización de tabaco’. Esas son las expresiones de la Real Academia en el Diccionario de la lengua española (2014).

Se aprovechó de la ocasión para introducir las diferencias entre los vocablos tratados en esta sección. Al final con respecto de la cita, lo que hubo fue una confusión con respecto a la palabra “tabacalera”. Se la usó en funciones de sustantivo cuando debió usársela en tanto adjetivo después de la introducción de un nombre. Ejemplo: “. . . en una pequeña tienda tabacalera”.

El Diccionario del español actual (2005) solo consigna tabacalero(a) en tanto adjetivo. De la misma manera lo hace el Diccionario de uso del español actual de Clave (2011). Para el Diccionario integral del español de Argentina (2008) es solo adjetivo.

Con la palabra tabaco los dominicanos han formado la locución adjetiva de tabaco en la vejiga que referido a una persona es ‘valiente y con coraje’. De ese modo aparece en el Diccionario del español dominicano (2013). Los campesinos dominicanos elabora(ba)n un cigarro rudimentario que se conoce con el nombre de túbano, palabra reconocida en Puerto Rico con el mismo significado, aunque no lo asiente así el Diccionario de americanismos de la Asale (2010).