Aquí las cosas no andan bien. Siento que la Republica Dominicana se desmorona moralmente. Algunos piensan que la carrera política y la administración pública es una vía de enriquecimiento personal. Esto que acabo de señalar no es noticia ni nada nuevo, sin embargo un fenómeno que se enraíza en nuestra sociedad es la aceptación de tal conducta por gente con comportamiento socialmente aceptable quienes empiezan a no alarmarse por actos de corrupción por más atroces que parezcan.
El asesinato del abogado Yuniol Ramírez precedido de un entramado de corrupción administrativa en una empresa estatal y la insinuación de la fiscal que lleva el caso de que el occiso habría recibido cierta suma de dinero para descontinuar sus denuncias y acciones judiciales, ha generado los más diversos comentarios y opiniones entre la ciudadanía y entre comentaristas de medios de comunicación. La gente insiste en determinar si el Lic. Ramírez recibió o no el soborno. Pero cabe preguntarse qué efecto produce este hecho respecto al proceso que se les sigue a los acusados. Este detalle no hace excusable el crimen, al contrario el acto de sobornar al abogado, si realmente ocurrió, agrava la situación de los imputados.
Todos sabemos que la acción penal se extingue con la muerte del imputado. Si Yuniol Ramírez incurrió en alguna violación a la ley ya ese tema no cuenta para fines legales. Lo que debe preocupar a la sociedad es el grave hecho cometido por las personas implicadas en estos actos de sangre y de estafa contra el Estado dominicano. Tal como se ha dicho la corrupción llego a su máximo nivel, la vida es un bien más valioso que el patrimonio público o privado. En este caso hay un muerto y la magnitud del atentado contra el patrimonio público aún no se puede cuantificar. Tal vez sea necesario que surja otro gobierno para lleguemos a tener una idea cierta del límite de lo acontecido. La conducta de Yuniol es un tema que concierne a su familia y a sus amigos quienes deben defender su nombre y su memoria lo otro nos concierne y nos afecta a todos.