Los teléfonos móviles o celulares se han puesto de moda en las últimas décadas. Actualmente hay más de 5,000 millones en uso en todo el mundo. Han venido a representar un negocio extraordinario para las empresas que los comercializan.
Nuestro país no escapa a ese auge y varias compañías internacionales brindan servicios y compiten en ese ramo. Algunas, según entendidos, hasta han descuidado la telefonía fija para dedicarse con gran ahínco a esta nueva modalidad de comunicación.
Para ejemplo, observe cualquier lugar concurrido y mire con detenimiento a su alrededor. Verá, sin lugar a dudas, a la mayoría de personas conversando por sus aparatos o interactuando con ellos en lo que se conoce como el "chat", aún en detrimento de la socialización personalizada. El colmo es entrar a un restaurant y ver en una mesa a las parejas manipulando cada una sus teléfonos.
Las contravenciones por el uso indebido de los dispositivos mientras se conduce un vehículo (lo que está penado por ley), representan una forma de recaudación envidiable. Eso pasa en cualquier parte del mundo.
En las pasadas semanas la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó a la población sobre la posibilidad de que los teléfonos móviles o celulares sean causantes de cáncer, con predilección por tumores cerebrales (gliomas o meningiomas). También se menciona el neuroma acústico.
Fue en mayo de este año que se publicó un trabajo científico en Lyon, Francia, en una reunión de expertos, en el que se relacionaba los campos de frecuencia electromagnética (radiofrecuencia) que despiden los celulares, como carcinógeno para los humanos.
El Dr. Jonathan Samet de la Universidad del Sur de California en los Estados Unidos de América explica: "la evidencia acumulada es lo suficientemente fuerte como para apoyar una clasificación de estas ondas en el grupo de compuestos posiblemente carcinógenos". Concluyen que "convendría reducir la exposición a estos dispositivos" (en palabras del director de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la OMS).
Sin embargo, hace dos días aparece en la prensa internacional el reporte de otro estudio que asegura que la evidencia científica descarta cada vez más la posibilidad de una relación entre el uso de teléfonos celulares y el desarrollo de tumores cerebrales.
Aún dudando de los resultados de uno y otro de los estudios citados y pensando en los grandes capitales invertidos en tecnología de punta en esos dispositivos y los esfuerzos en demostrar la inocuidad de su uso, hay que esperar datos fidedignos basados en posteriores trabajos científicos, por eso de que en la ciencia la verdad de hoy, es la mentira de mañana.
Para reducir los riesgos se aconseja realizar las conversaciones prolongadas por un teléfono convencional o fijo, utilizar audífonos con los aparatos apartados del cuerpo con el fin de mantener las microondas lejos del cerebro y averiguar qué tanta energía emite su teléfono celular.
A pesar del auge de la telefonía móvil, se desaconseja su uso en los niños, cuestión muy difícil de llevar a cabo en un mundo moderno, en donde el que no tiene uno de esos dispositivos está "out".
Nosotros por suerte tenemos activo el nuestro desde hace muchísimos años y en estos momentos ha resultado un alivio, cuando nuestra oficina lleva casi un mes esperando por el arreglo de una avería en la línea fija, lo que confirma la sospecha de que lo móvil es lo "in".