Si  tú me amas –decía el joven con insistencia- demuéstramelo!  Porque tú sólo dices que si, pero cuando te pido que te acuestes conmigo, me lo niegas y eso no es amor.  Lo calculado de su argumento respondía a un insaciable deseo de obtener lo que se le hacía difícil, más que el mero hecho de “volverse uno” con la mozuela.  Aquí él apelaba a una prueba de amor, cuando lo que en verdad buscaba era un trofeo.

Se había apostado a sí mismo que tanto de ella, como de cualquier otra chica, él se daría el lujo de tenerla y mejor aún de desvirgarla.  En nada le importaba la terrible batalla emocional que ocurría dentro de la muchacha, pidiéndole que le diera por cobre, lo que valía en oro.  Poco importaban los riesgos.  Embarazo, enfermedades venéreas,  consecuencias familiares, y la subsecuente desvalorización que ella arrastraría para toda la vida, desde que evidenciara, que una vez hecho, el tipo la desecharía, pues ya habría conseguido de ella lo que buscaba.

Falta saber si las expectativas de sus padres, la educación sembrad por años, el empuje de valor inculcado en la autoestima y los muchos sermones escuchados en la iglesia sobre la pureza y el decoro quedarían tirados en el suelo, junto con sus ropas interior, ante la embobada frade “demuéstrame que me amas” del lamoso pichón de conquistador.

Éste, sabiendo que goza del privilegio de provocar las primeras ilusiones de enamoramiento en la inexperta, presiona para saborear su carne.  Un simple “si tú me amaras no me presionarías de esa manera” bastaría para pisarle el freno y contender, dando tiempo a que, como es de esperarse, las efervescencias se consuman, la razón venza a la emoción y finalmente, los lentes de colores con los que antes se le veían, sean quitados, develando al burdo ensayista Don Juanero – Rubirosa, resultando en descartarlo con la satisfacción de no haber perdido ante él.

Pero sabemos que, no todos los casos terminan así.  La sociedad ya ve como normal y aceptable, el que los jóvenes “se expresen” y “exploren” y ya en las familias, se goza de la presencia de los nuevos miembros resultados de “exploraciones prematuras”.  El apoyo sin consecuencias, incluso han dado parte a que la  incesante “exploradora” traiga al hogar paterno tres o más “exploradorcitos” de tres o más candidatos diferentes con los cuales “se expresó”.

Esto claro, si no es que recurren a los abortos.  Pero más que el cegar la vida en gestación, es menester gestar valores que garanticen una mejor orientada vida.  Igual pasa con el abusivo jefe que, para no escuchar tu opinión te aplasta con argumentos, negándote el reconocimiento o pago justo.  Pero, de darse el caso, usará esos mismos argumentos en tu contra, para obligarte a ejercer una tarea aunque no obtengas los beneficios.

Entonces, ¿qué hacer?  ¿Cómo se combaten las presiones?  Dice Dios que sabiendo quién eres, cuánto vales y qué es lo correcto.  Con esta combinación de valores, no sólo dejarás a un lado el temor a las consecuencias, sino que desarrollaras, no importa lo que pase, un nivel de respeto por ti mismo, el cual proyectarás en todo lo que haces.  En un mundo donde abundan los complejos, es fácil dejarse dominar por el que grite más fuerte y logre con esto intimidarnos.

Resulta curioso que en la Palabra de Dios 365 veces esté la frase “No temas”.  Muchas veces he escuchado prédicas invitando a usar una para cada día del año.  Así entonces, ante cada reto que nos amanezca, usemos el “No Temas” para ese día.  No es sorpresa que, cuando recibimos una palabra de exhortación, de alguien que inspira en nosotros confianza, voluntad y admiración, eso detona una fuerza interior que antes creíamos no poseer.  El autor de esa fortaleza es Dios mismo.

Jesús lo de muestra en sus hechos con los apóstoles.  Ante el deseo de Pedro de caminar por las aguas, no le dijo, Pedro, yo soy Hijos de Dios, Dios mismo, tú eres solo un hombre, un simple pescador.  No, por el contrario, le dio un comando, le dijo “Ven” una acción que atraía al entusiasmado hombre hacia sí, la fuente del poder que lo mantendría firme.  Por eso es que cobra tanta significancia, el hecho de que se hundiera al quitarle los ojos y mirar la tormenta.  Similar a esto es el niño que está aprendiendo a caminar.  Mientras ve a sus padres llamarles con brazos extendidos, mueve sus piernitas para estrenar y ejecutar un movimiento, una proeza nueva.

Por eso, ante las muchas presiones que te amanecieron hoy, y las que ya arrastras en tu vida (económicas, familiares, de salud, sociales, intelectuales, etc.) sirvan los brazos extendidos de tu Padre Celestial y el poder transformador de Su Palabra para inyectarte valor y la certeza de que cuentas con todo lo que se requiere para salir adelante…

Isaías 41:10-13 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He aquí, todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y humillados; los que contienden contigo serán como nada y perecerán. Buscarás a los que riñen contigo, pero no los hallarás; serán como nada, como si no existieran, los que te hacen guerra. Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, que sostiene tu diestra, que te dice: "No temas, yo te ayudaré."

…y que la paz abunde en ti para que pongas por obra la Voluntad de Dios en tu vida.  Bendiciones!!!