CAUSA RAÍZ
“. . .pero hay que averiguar la CAUSA RAÍZ del porqué la persona siente esas emociones. . .”
Cada lengua tiene un ritmo, una melodía a la que responde. Ese acorde de palabras y enlaces forma parte de la sinfonía propia del idioma que le confiere su identidad. En cada momento en que aparece un desaprensivo que desentona, eso causa un trastorno que rompe el acorde de la comunicación. Si por fortuna no se rompe el enlace de la comunicación, por lo menos se distorsiona la apacible melodía que trae la unidad del tono.
La introducción anterior puede sonar musical a los oídos de algunos, mas no es menos cierto que es algo que responde a la realidad. La elección de las palabras en la expresión escrita es un asunto muy importante. Más importante aun porque en la expresión escrita el interlocutor está ausente y no puede acompañar con expresiones faciales o gestos corporales lo que se expresa.
La ausencia de interacción entre la persona que emite el mensaje y quien lo recibe hace que la comunicación sea más difícil. Además, hay que tener en cuenta que enviar un mensaje a un lector desconocido es en sí mismo un reto. En este campo no puede improvisarse, hay que seguir las pautas trazadas por la sociedad a través del tiempo. La percepción del mensaje no depende solo de quien lo recibe, sino que en gran medida depende de quién emite el mensaje. Un mensaje claro es una delicia; uno oscuro es una desgracia.
Luego de una introducción de estas dimensiones se hace imperativo entrar en contacto directo con el meollo del asunto con respecto de la redacción de la periodista.
Causa es una palabra que relaciona las cosas materiales con los conceptos abstractos. En esa condición, en los casos en que se utiliza esa palabra hay que relacionarla con conceptos del mismo régimen. Sobre todo en una lengua adulta como es el español que no carece de nociones para expresar concepciones para externar los pensamientos.
Causa, se espera haber demostrado ya, es un concepto que representa una idea. Raíz, por su parte, es una parte de la realidad que se ha convertido en un concepto también. Las dos nociones, causa y raíz, no congenian una junto a la otra. Para demostrar eso se recurrirá a las acepciones que sustentan el carácter de causa.
Una causa es el fundamento u origen de algo. Es el motivo o razón de obrar. La raíz es, primero una cosa: es una parte de las plantas. En su quinta acepción es la causa u origen de algo. Esto es, utilizar causa y raíz, es por lo menos una tautología insensata de palabras.
Es más, es una repetición incongruente porque se mezcla lo abstracto con lo material. La causa con la raíz. La causa es un concepto que hasta cierto punto puede considerarse filosófico, si se desea. La raíz es un objeto que alcanza a denominar lo que se mencionó antes, fundamento u origen, por una abstracción del significado material.
En lugar de lo que escribió la persona que redactó, debió entonar una de las melodías que acarician el oído del hispanohablante: “causa principal, determinante, esencial; originaria, desencadenante, detonante, profunda, honda, verdadera, auténtica, real, poderosa, apremiante”. Si hubiese empleado una de estas palabras habría permanecido en el mismo nivel de redacción. Es lamentable que en ocasiones olvidemos la música del idioma que endulza la comprensión del mensaje.
AL TIEMPO QUE
“. . .como un medio de disminuir los recelos en su contra AL TIEMPO QUE aumentar las posibilidades de una genuina y completa integración”.
El autor de estas apostillas acerca de la lengua se las arregla apoyándose en las reacciones que le producen las combinaciones de palabras que usan por escrito otras personas. Cuando una forma de escribir desencadena una interrogante acerca de su legitimidad, lo que hace este estudioso es que sigue el movimiento del cerebro que le dice que algo anda mal. Hay que aclarar que este mecanismo no es certero en un ciento por ciento.
La combinación que se destaca en esta sección llama la atención por la forma en que está redactada. Aquí vale la pena que se inviertan unos momentos de reflexión para desentrañar lo que no anda bien.
Lo que procede que se haga primero es examinar lo que “tiempo” en sí significa, para más adelante determinar si está en buena compañía, precedido de “al” (preposición y artículo contractos) y seguido de “que” (conjunción); esto sobre todo si el complemento (proposición subsiguiente) lo encabeza un verbo en infinitivo.
En otras oportunidades se ha recurrido a la comprobación de sustituir vocablos evaluados por sus sinónimos para demostrar la imposibilidad de que lo que se examina como frase sea capaz de efectuar una transmisión de pensamiento mediante un escrito. Este tipo de recurso se empleará aquí de nuevo, pero solo como secundario después de analizar otras vertientes.
Tiempo indica la magnitud física que permite ordenar la secuencia entre pasado, presente y futuro. Por lo tanto, tiempo también es una parte de esta secuencia. Es pues la época en que algo sucede. Es la oportunidad, ocasión o coyuntura de hacer algo. Es cada uno de los actos sucesivos en que se divide la ejecución de algo.
En este “momento” es cuando es adecuado que se comience a evaluar la oportunidad de utilizar el vocablo tiempo en una coyuntura como la que se presenta en la cita.
“Al tiempo”, así solo, sin compañía se refiere a las bebidas que se ingieren a la temperatura ambiente. “Al tiempo que” se ha oído en las conversaciones para expresar que algo sucedía o sucede en el mismo período en que ocurre otra acción. Es decir, durante el mismo período que, pero no puede hacerse seguir por un infinitivo de verbo.
Pudo haber sido y no fue: “. . .disminuir los recelos en su contra al mismo tiempo que aumentaba las posibilidades de una. . .” O más simple: “. . .al tiempo que aumentaba. . .” Esto se reduce a expresar que lo que está fuera de lugar es el infinitivo del verbo. El verbo debe figurar conjugado: modo, tiempo y persona.
No hay lugar a que se piense que se exagera en cuanto a los deslices en los textos periodísticos. Lo que no debe olvidarse es como de una manera parecida a esta lo expresó un experimentado periodista dominicano, Miguel Guerrero: “el periodismo es una fuente de información y orientación” y, por ende (se añade) de educación. Los deslices que se inmiscuyen en los escritos son una mala forma de instruir.
FELONÍA
“. . .se declare culpable de solicitar boletas ausentes en nombre de otros votantes, lo que constituye una FELONÍA”.
Hace largo tiempo ya que periodistas y malos traductores (improvisados), se dan a la tarea de traducir una voz del inglés por un vocablo del español que le es parecido y que no significa lo mismo en la lengua española. Como sucede casi siempre en estos casos, los desenfadados no reparan en que muchas veces (las más) los parecidos son engañosos y el mensaje que se trata de enviar se recibe distorsionado.
En el centro del asunto en esta sección se encuentra la palabra destacada, felonía, cuyo significado se va a confirmar con todo detalle. Más adelante se estudiará la significación que posee en inglés la voz felony. Antes de terminar se revisarán las significaciones de los respectivos términos utilizados en lenguas extranjeras: francés, portugués e italiano.
El asunto es muy sencillo para un hispanohablante que conoce su lengua; sobre todo si no habla inglés, o si no piensa que es bilingüe o traductor. Una felonía es una deslealtad, es la acción propia de un traidor. Esa acción es una acción fea, que así la llama la RAE. Es una mala acción. Es la acción propia de un felón, que a su vez es un traidor, capaz de cometer actos viles entre los que se encuentra el engaño, la traición o la cobardía.
Hay que destacar de inmediato que felonía es una palabra que se usa en un ambiente alejado de los tribunales, es parte del español de todos los días.
En inglés, la voz felony se emplea especialmente en los tribunales y significa crimen, delito grave o mayor. No hay que olvidar que una simple felonía puede resultar en un delito grave, si reúne las condiciones para que así sea calificada.
En francés félonie es una traición, una perfidia, una acción desleal. Es el acto que ejecuta una persona cuando es desleal con relación a un amigo o un superior jerárquico. El origen de la palabra en francés se remonta a la época de los vasallos y las leyes feudales.
Como es natural, el problema que se presenta en español por la similitud entre los dos vocablos, felonía y felony también se reproduce entre el francés y el inglés: félonie y felony: son una fuente de equívocos e inducen a errores.
En portugués la felonia en su primera acepción conserva el sentido original de la palabra: es la rebelión del vasallo contra su señor. En su segunda acepción es una traición, deslealtad, perfidia, insidia. La tercera y última acepción es: crueldad, fiereza. De estas significaciones puede deducirse que las malas interpretaciones entre inglés y portugués también pueden ocurrir.
Los italianos con esa facilidad que les caracteriza para trazar el pasado o etimología de las voces de su lengua aseguran que la voz fèllo o fellóne llegó al italiano proveniente del provenzal y, que en esa lengua era contumaz, rebelde con su señor; con otra significación afín: mala acción, perfidia. Para las personas que se interesen en las etimologías esta es una voz cuyos orígenes y trayectoria histórica es muy interesante de leer.
Una vez más se demuestra que en asuntos de traducciones e interpretaciones entre lenguas, mientras más parecidas sean las palabras, mayores serán los riesgos de incurrir en falsas traducciones. La lección que debe sacarse de ejemplos como este es que no debe cederse al primer impulso llevado solamente por la semejanza entre los términos. En el texto comentado la traducción debió ser: “. . .lo que constituye un delito grave”.