El caso de corrupción en la compra de los aviones Tucanos, comprobado en el exterior pero no castigado completamente en sus ramificaciones, se parece a la anécdota del señor ciego que jugaba gallos. Conforme a esa anécdota, el ciego cuando su gallo ganaba una pelea, el juez de valla proclamaba “ganó el gallo del ciego”, entonces el público aclamaba “ganó el gallo del ciego” lo dijo el juez de valla! luego el ciego reclamaba “con que lo diga el juez de valla basta”. Luego, las peleas de gallos continuaron y el juez de valla proclama: ”perdió el gallo del ciego”, entonces el ciego reclama “que lo diga el público también”.

Si hacemos un paralelismo con dicha anecdota, aquí en el país, esa adquisición concitó el interés público, ya que no se comprendía que si Los Estados Unidos de Norteamérica, ofertaron 10 aviones Tucanos por 25 millones de dólares, el gobierno compró 8 aviones similares por 93 millones de dólares? Eso implica un sobreprecio de más de 8 millones de dólares/unidad, algo atroz y una negociacion carente de inteligencia ética y experiencia administrativa. Pero, dice un adagio que por la plata baila el mono y por mas plata, baila el dueño del mono también! Caso real, porque el dueño del mono, hasta se montó en un aparato, como símbolo de su política antidrogas, que fueron los justificativos para semejante y desmedida ambición del dinero que le hace falta a la salud, entre otras carencias del país. Con esos 93 millones de dólares pudieron adquirir 37 naves Tucanos y hasta una nueva Base Aérea, hubiese sido necesaria para su alojamiento, resguardo y protección.

En este caso, por suerte disponemos de un juez de valla que proclama, el ciego que reclama y un público que aclama justicia, si los actores no se conducen conforme a los hechos. En el país, nuestro Ministerio Publico, se estaba haciendo el juez ciego y aunque el público le reclamaba, no actuaba hasta que los interesados económicos -Brasil y Los Estados Unidos- han presionado para hacer valer la verdad. Está claro, que si la presión internacional, este caso, se hubiese quedado como muchos otros casos aún más escandalosos.

Esperamos, que los que aún se mantienen burlando la justicia en casos de corrupción y que han intervenido con su poder económico robado a los pobres, en otras naciones como Haití, Panamá, Perú, Guatemala y talves en lugares aún desconocidos, se encuentren a la mira de los poderes que no podrán evadir y que esas fortunas, sean reintegradas a sus orígenes.