Damos inicio a este bosquejo histórico sobre el Casino del Yuna Inc., asumiendo en primer lugar unas pinceladas sobre los clubes sociales que les antecedieron por ser estos la cimiente del espíritu de aglutinamiento social de Bonao. Y como plataforma conceptual del significado de ese tejido societario, en razón que su enfoque nos exige ambientarlo, a modo de introducción, por tanto, asumimos el criterio de que los pueblos tienen su propio lenguaje, que se traduce en el medio o canal por el cual expresan su historia que se recoge, entre otros; en sus monumentos arquitectónicos, sus costumbres, tradiciones, los cuales, tipos códigos sociales conforman su riqueza antropológicas que conforman sus símbolos identitarios.
En este aspecto, Bonao dispone de una amplia gama de elementos que les sirven de rasgos como signos comunicacionales de su riqueza artística-cultural y que constituyen la memoria intrínseca de su identidad como pueblo. En el caso concreto que nos atañe, de forma puntual, dentro de todas estas riquezas que les sirven de sello propio, tenemos el Casino del Yuna, Inc., que aunque fuera establecido en 1926, tiene como antecedentes, otros centros recreativos y culturales que formaron la cimiente de socialización de la villa del Bonao.
I: Antecedentes clubísticos:
A decir del profesor Francisco A. Batista García, (Historia de Bonao, 1961, pag. 192), los primeros centros recreativos nacieron en 1910. El primer esfuerzo en este particular lo constituye el ¨Club de la Juventud¨ el cual estuvo instalado durante algún tiempo en la casa llamada la colorada-nombre que le vino de que siempre estaba de rojo, apostada en la calle el Comercio, que luego se llamó José Trujillo Valdez, y hoy se denomina, calle Padre Billini. Su primera directiva estuvo compuesta por; Eliseo Rosario (Cheo), presidente, Antonio Rosario, Martin y Ramón del Villar, José Antonio del Villar, Benjamín Rosario, José María Deschamps, Cristóbal Deschamps Regino Batista, Arismendi Henríquez, Juan A. Morfa (Juan Chucho), Octavio Rosario, Ángel Ma. Deschamps, (Ñingo), Secundino del Villar, entre otros (Ob.Cit.)
La propia dinámica de la sociedad y sus contradicciones produjo un disgusto entre sus socios, lo que más luego genera la formación del ¨Club del Comercio¨-su nombre se debió a que todos sus socios eran comerciantes-, mismo que se instaló en la casa situada en la esquina sureste de las calles San Antonio, esquina Mella, llamada la casa de Canga, apodo de doña Jacinta Hernández de Velásquez.– Y acotamos nosotros, se estaría hablando de la casa materna del Viejo Jillo, de la cual aún quedan algunos vestigios- En este trajinar, por las mismas razones, pero ya con carácter de celos sociales, nació el Club La Esperanza, presidido por José Avaloch, hijo, Ángel Ma. Deschamps, el secretario, así también; Aurelio Reynoso, Tomas Reinoso, Bienvenido Santana y otros.
Cabe finalmente destacar en este prolegómeno que apunta ambientar bajo el esquema social en que se fundó el Casino del Yuna, que en estas tres sociedades se hicieron constantes unas relaciones de rivalidades, prácticamente antagónicas. Es entonces, cuando preocupado por los vientos de las desavenencias y fricciones sociales, el gobernador de la Vega, Fermín Rodríguez, propició la formación con ese conglomerado, y fundara el ¨Club La Unión¨, el cual sirvió de escenario para el primer reinado en las navidades del 1911, así como escenario de la fiestas patronales, incluso, ya para el 1918 se escenificó el Reinado de la Paz, a fin de celebrar la primera guerra mundial. Este club, se extinguió bordeando el año 1922.
II: El Casino del Yuna, Inc.
Aunque Bonao seguía activo socialmente, parece ser que hubo un vacío de espacio de centros recreativos, ya que como dijimos anteriormente, el Club la Unión solo duró activo hasta el año 1922, razón por la cual, que aún vivo la mayoría de gestores de los clubes primarios, lógico es pensar que se animaron cuatro años después a levantar un nuevo espacio social, el cual resultó ser el Casino del Yuna, Inc., quien adoptara como marco jurídico los mismos estatutos del Club la Unión.
Oficialmente se fundó el 12 de enero del 1926 por bonaeros que no solo sirven de ejemplo, sino de orgullo porque integran parte de nuestro mejor abolengo familiar;- de ahí es que se colige que desde su inicio fue clasista-, David de Vargas, Secundino del Villar, Arismendi Henríquez, el Padre Andrickson, Rafael Ceara, Ángel María Deschamps, Francisco Antonio Abad, José Guzmán, José Antonio García Jiménez, Eduardo Gómez, Luis Calzada, Dr. José Regús, Luis Manuel Velazco, Elpidio Reynoso, Domingo Russo, Adolfo Herrera, Antonio Velásquez, Domingo Rosario y Alfredo Liranzo. (Ob. Cit. P.218)
No fue, sino hasta el 9 de Julio de 1926 que el socio José Antonio García Jiménez (Toñito) donó el solar donde se erigió la obra, construido bajo el estilo victoriano, y que según la fuente estuvo a cargo del maestro inglés, Don Antonio Varderpool, que más luego formó y estableció su familia en la ciudad de Bonao. Respecto a su estatus jurídico, fue amparado por el Decreto 730 del 10 de septiembre del 1927 (Ob. Cit. P. 230), emitido por el presidente del momento, Horario Vásquez quien estuvo presente en la fiesta de inauguración realizada el 27 de febrero del 1926-oportunidad que los fundadores, habrían utilizado para convencer al presidente Vásquez para que lo beneficiara con el Decreto de Incorporación de acuerdo a la antigua ley 520 del 1920.
Según la fuente referida, el primer presidente del Casino del Yuna fue el padre Andrickson y, muy a pesar que era sacerdote, no pudo liberar, principalmente en sus inicios, la etiqueta elitista ni tampoco flexibilizar las existencias de castas sociales que primaron para ser socios. Esto trajo como consecuencia que los jerarcas sociales, que tenían sus amantes, y que no las podían llevar a dicho Casino, luego de la llegada de Petán, incluyéndolo a él mismo, se inventaron, a decir del Dr. Ramiro Mercedes Margarín, quien nos sirvió de fuente, y nos contó que esa fue la causa principal, para que se construyera el Bonao Country Club- como Club del Pueblo, incluso en la orilla del centro de la ciudad- a fin de que pudieran compartir, funcionarios, empresarios y gente de alta clase, con las damitas de baja clase social, -incluso queridas-, ya que no lo podían hacer en el Casino debido a que este era reservado exclusivamente para las esposas y sus familiares, y así se funda el Bonao Country Club el 1ro. de mayo de 1943.
Ahora bien, lo que no se le puede es regatear a dicho centro-Casino del Yuna-, es que hoy por hoy, además de ser el edificio de madera más antiguo que aún queda de pie en el país de esa naturaleza, constituye todo un baúl de recuerdos de las más emblemáticas fiestas tradicionales de Bonao. En este sentido, cabe recordar que sirvió de escenario para que doña Encarnación Molina de Domenech (doña cachón), fomentara la flor de la hortensia en Bonao, ya que el día 12 de enero de 1926, fecha en que tomo cuerpo la instalación del Casino del Yuna, unas amigas de Santo Domingo le trajeron como regalo ramilletes de hortensias y ella conjuntamente con un equipo de damas entre las cuales se citan; Nicolasina Vargas de Velazco (Nicó) inició el cultivo de tan hermosa planta, fue tanto el crecimiento y el embellecimiento de la ciudad que posteriormente Bonao fue llamado Villa de Las hortensias.
Así también, este emblemático lugar, que yergue portentoso, en la intersección de las calles 16 de agosto, esquina Independencia, -a pesar de la gran indiferencia de casi todos los gobiernos- ha conservado a lo largo de su 95 años todo un conjunto de memoria histórica de la sociedad de Bonao, ya que otrora fue la platea donde se celebraron; entre otras, las fiestas de San Andrés, la de San Antonio, el llamado Carnaval de Salón y el mayor escenario para celebrar bodas, cumpleaños de los socios y sus familiares, y que más luego, se fue abriendo al público-ciertas restricciones han aplicado-, en general para celebrar sus grandes fiestas familiares y populares. Y como colofón de cierre, en este casino quedan los recuerdos de todas las fiestas tradicionales, incluso, Carnaval de Salón, el nacimiento del Macarao de la media noche y otras tradiciones que formaron el ritual folklórico de Bonao y sus grandes manifestaciones culturales. Y como cierre, nos permitimos gritar con voz alta y estridente, que ojalá, no permitamos que este monumento caiga el desamparo del pasado, a fin de preservarlo como un imagen marca Bonao, y que lo catapulta de ser, sino el único pueblo, que tiene el lujo-por iniciativa mayormente, de la sociedad civil-, de haberlo preservado como parte de su patrimonio y como memoria histórica de sus raíces, sus tradiciones y su imponente sello arquitectónico que nos conecta con nuestros antepasados.