Reverendísimo Cardenal López Rodríguez:

Muchos lo despedirán celebrando su legado a la Iglesia Católica Dominicana. La ha fortalecido con una riqueza inmobiliaria que se visibiliza en sus múltiples catedrales, universidades, seminarios, templos, y edificios administrativos entre otras propiedades inmobiliarias.

Ha logrado importar religiosos y religiosas de todo el planeta, con dinero del estado y en condiciones de exoneración generalizada. Su legado incluye además una multiplicidad de diócesis, nuevos obispos y parroquias, así como la formación de decenas de comisiones al interior del Episcopado Dominicano semejante al gabinete de gobierno de un Estado.  La concentración del poder unido a la adquisición de riquezas, el financiamiento estatal de sus actividades y su personal, y su incidencia en las organizaciones sociales, políticas y militares de la nación, la convierten en la organización más poderosa e influyente de la República Dominicana.

Su astucia es indudable y le será eternamente reconocida. Predijo a tiempo el éxodo de los estudiantes de colegios católicos hacia mejores escuelas estatales financiadas por el 4% para Educación.  Las dos tandas con doble alimentación, y docentes mejor pagados que los colegios privados y con mejores condiciones para retirarse provocaron el éxodo; algo que hubiese re-unificado a estudiantes pobres con los de clases medias. Este fenómeno hubiese dado fin a la discriminación clasista que impuso Trujillo construyendo colegios privados y marginando a los pobres. Algo que hubiese fortalecido las asociaciones de Padres, Madres, Tutores y amigos de la Escuela, para luchar por la calidad de la educación.

Pero Usted sorprendió a todo el mundo maquinando el asalto a la integración clasista en las escuelas públicas.  Aplicó la fórmula del Concordato para apropiarse del dinero del 4% y dejar intacta la estructura discriminatoria del sistema educativo dominicano. ¡Todos los colegios son escuelas públicas!  Lo que dijo es exactamente lo contrario de lo que hizo.  ¡Todas las escuelas publicas y sus recursos, se privatizaron. Y aún más, el Estado le cedió el derecho para apropiarse de los nuevos edificios y administrarlos a su gusto, pasándoles la cuenta a los contribuyentes.  Mantuvo así la conjugación perversa del sistema educativo: desigualdad y discriminación.

Ni el MINERD, ni las campañas políticas de los partidos, ni la Coalición Educación Digna, levantaron sus voces para evitar semejante injusticia y privatización del dinero para educación. ¿Acaso no es esta la mayor violación a la libertad de conciencia y culto? Todo el que no profesa la religión católica o ninguna religión está forzado a financiar su Iglesia. Los pobres y la clase media que no tiene recursos para enviar a sus hijos e hijas a los costosos colegios bilingües extranjeros, se quedaron sin opción de una educación liberadora crítica y científica, ordenada a enseñar al estudiantado a razonar, no a rezar—para eso deberían de bastarles sus iglesias.

Desde el 2009 logró chantajear a la mayoría de los congresistas para aprobar un artículo que la Iglesia interpreta como la dotación de personería jurídica al cigoto. Al fortalecer la Iglesia, logrando que el Concordato esté por encima de la Constitución, y la financie sin ninguna base legal para hacerlo, Usted ha logrado más que nadie debilitar las instituciones del Estado. Pero no solo las debilita, como trata de esconder el Concordato para evitar indignación en la población, impone un estado sin transparencia.  La Iglesia se ha convertido en corruptora, no solo de menores, sino de los funcionarios del Estado.

Si Usted no ha leído las consecuencias del adoctrinamiento ideológico en las escuelas, lea la Consulta Nacional a Niños y Niñas en el marco del Pacto Nacional para la Reforma Educativa en la RD (2014-2030). Este estudio explica la causa del fracaso del artículo 5 de la Ley 66-97. Este define el principal fin del curriculum escolar: “Formar personas, hombres y mujeres, libres, críticos y creativos, capaces de participar y constituir una sociedad libre, democrática y participativa, justa y solidaria; aptos para cuestionarla en forma permanente; que combinen el trabajo productivo, el servicio comunitario y la formación humanística, científica y tecnológica con el disfrute del acervo cultural de la humanidad, para contribuir al desarrollo nacional y a su propio desarrollo. 

En cambio, la Consulta Nacional muestra que todo lo contrario está sucediendo. El personal docente fomenta “consecuencias de índole religioso, el llamado ‘Temor a Dios’, es utilizado como un detonante o motivador, tanto para el ‘buen comportamiento’, practica de los valores, docilidad y la aceptación del mandato del o la docente, sin ‘cuestionamiento’, así como para justificar el abuso, expresado en maltrato físico, intelectual, emocional y psicológico”.

Usted está orgulloso de su don de mando, lo ha expresado advirtiendo que lleva pantalones debajo de la sotana. No lo pongo en duda. Pero piense, ¡cuánto bien pudo hacer por la población si hubiese pensado en mejorar las condiciones de vida de los pobres, en vez de competir por el dinero que a ellos les corresponde! ¡Si en vez de organizar marchas contra los derechos a la salud sexual y reproductiva de la mujer, hubiese promovido apoyar los proyectos de leyes congelados en el congreso que buscan evitar la violencia contra la mujer! ¡Si en vez de demandar el cumplimiento del Concordato hubiese demandado poner fin a la corrupción desde el Estado!

Usted en cambio, será recordado por liderar el repudio contra personas LGBT, citando el discurso homofóbico bíblico, y por imponer la maternidad forzada a niñas violadas, o a madres desesperadas porque pueden morir intentándolo; aun en el caso absurdo de un feto inviable. A niñas y adultas se les asigna una moral cargada de sufrimientos que les  niegan el libre albedrío, el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y la equidad de género.  A víctimas de abusos sexuales, se les impone la maternidad forzada. Cuando el depredador sexual es un sacerdote, sale libre de cargos, si es que llega a los tribunales. Las mujeres de hogares pobres son condenadas al servilismo en el seno familiar; la institución que Usted pone por encima de los derechos humanos de las víctimas de abusos de todo tipo.

Su cruzada por llevar el Concordato a su máxima expresión, crea disonancia cognitiva en el siglo XXI. No es casual que Wikipedia reconozca solamente tres países confesionales en el gran continente americano: Argentina, Costa Rica y la Republica Dominicana. A diferencia de los dos primeros, la Constitución Dominicana desde 1924 carece de artículos que determinen su confesionalidad. En otras palabras, somos el único estado confesional “de facto”, sin ninguna base legal para serlo ni para financiar a la Iglesia Católica como religión oficial.

Pero el derroche de dinero público para el financiamiento de su Iglesia no se comparece con los resultados logrados. En la práctica, la moral católica ha fracasado. En vez de disminuir, la corrupción administrativa es generalizada. Solamente es necesario observar la letanía de males sociales que aquejan a la sociedad dominicana; por generaciones sometida a la enseñanza de dogmas y preceptos religiosos en las escuelas públicas y privadas.

Es hora de cambios.  Es hora de arrepentimientos.  Es hora de asumir la moral laicista, fundamentada en los logros de la humanidad en defensa del derecho a una vida digna, a la igualdad y la libertad; independientemente del género o la inclinación  sexual, la religión o ausencia de creencias y prácticas religiosas. El momento es ahora para hacer cumplir la Constitución y sus Leyes. Es hora de construir un Estado de Derecho, separado de las religiones.

Se despide,

Argelia Tejada Yangüela

Co-fundadora del Foro por un Estado Laico Eugenio María de Hostos

Propulsora del Movimiento Campesino Independiente

Miami, junio 27 de 2016