No me sorprendió la notica de que recibiste el galardón más importante otorgado a una intelectual de tu categoría, comenzando este 2016. Leí tus palabras publicadas por Acento, en las que expresa con humildad, tu asombro ante la importante noticia que de seguro impactara tu vida de poeta, novelista, ensayista y de mujer: “Si algo tengo claro ahora, es que aún no salgo del asombro. No me siento aun “Premio Nacional de Literatura”.
Ahora debes de prepararte y aceptar que lo eres, para disfrutar lo merecido y también para recibir los disparos de los mercenarios de la literatura, los flechazos de los sicarios que se mueven con cautela y te juran amistad sincera, a la espera de clavarte el dardo envenenado de su envidia. Además para recibir el cariño de todos los que te conocemos y admiramos.
Algunos enfermos de la envidia dirán que no te merecía la premiación, que ellos poseen una obra literaria que trasciende la tuya y la de todos los escritores dominicanos juntos. Comentarán de todo, del merecido premio y de tu persona. Ya conocemos el medio en que ha trascendido tu producción, aportes a la enseñanza, tus libros de poemas escritos a manos, los cuentos, tus ensayos sobre la mujer dominicana, “emergiendo del silencio”, tus novelas, tus palabras…..
No me sorprendería que algunos quisieran descalificarte, solo porque ellos no han sido los seleccionados. Por eso te digo, que debes prepararte para todo eso y más. También para recibir el apoyo, la solidaridad, la valoración positiva de tus libros, el reconocimiento de que eres una batalladora incansable.
El mejor juicio lo aportara tu producción literaria, que ha estado ahí en los últimos treinta años: “Las mariposas no temen a los cactus” (1985), “La emergencia del silencio” (1986), “¿Por qué luchan las mujeres?”, “De crítica y creadores” (1988), “Alótropos”, cuentos (1989), “Masticar una rosa” (1993), “Arca espejada” (1994), “Desafío” (1998), “Telar de rebeldía” (1998), “Piedra de sacrificios” (2000), “Mudanza de los sentidos” (2001), “La escritura como opción” (2002), “Metáfora del cuerpo en fuga” (2006), “Leona o la fiera vida” (2013), entre otros.
Esa es tu trayectoria literaria fruto del trabajo tesonero y constante. La calidad indiscutible de tus obras sustenta la premiación y te hace merecedora del Premio Nacional de Literatura.
Sé, porque lo imagino y porque así lo has expresado en Acento, que sigues en “shock, Un estadio de estupor emocional positivo” que te “lleva a entender que se trata de un hecho trascendente” que marcará tu vida. Por esa razón, soy de los que piensan que esta es una hora para disfrutar de lo que Dios, el trabajo y la vida te ha dado. Adelante, y que la felicidad que hoy te llena te dure para toda la vida. De todo corazón, felicidades. Tu amigo,