Señor

Ban Ki-moon

Secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

Estimado señor

Permítame darle un saludo personal de bienvenida a República Dominicana con ocasión de su visita oficial al país.

Le deseo muy sinceramente que tenga una feliz estada y que cumpla su agenda con puntualidad y éxito.

En el momento en que la ONU está empeñada en sacar adelante una agenda común para todas las naciones de respeto al ambiente y de emprender acciones comunes para enfrentar el cambio climático, en el país que usted visita hoy se están iniciando obras para construir un parque energético con carbón mineral en Punta Catalina, Baní, a orillas del mar Caribe, frente a la reserva científica de la loma La Barbacoa y en un entorno inmediato (menos de 10 kilómetros de distancia) de ciudades donde viven más de 135,000 personas.

Como usted puede advertir, se trata de un proyecto energético de alta peligrosidad para la salud humana y animal, la agropecuaria, el ambiente y un contribuidor neto de emisión de gases de efecto invernadero en momentos en que la ONU hace grandes esfuerzos por reducir la huella de carbono por la acción del hombre.

Usted ha declarado públicamente que en la reunión de la ONU sobre cambio climático en Nueva York, en septiembre próximo, no quiere retórica, sino compromisos y acciones concretas. Lo felicito porque el mundo no puede esperar más para detener el ritmo actual de las emisiones de carbono, sobre todo cuando existen tantas alternativas limpias para generar la necesaria energía que impulse el desarrollo económico y mejore las condiciones de vida de la gente.

En República Dominicana, asentada en una isla que comparte el territorio con Haití, la nación más pobre del hemisferio, construir plantas con carbón, constituye un daño irreversible para las fuentes de agua, la producción, el turismo y la salud de las personas.

Con más de una decena de represas hidroeléctricas que tienen más del cincuenta por ciento de sus lagos cubiertos de sedimentos, la capacidad de almacenamiento de agua para acueductos, irrigación en la agropecuaria y la generación eléctrica está seriamente limitada por falta de programas efectivos de limpieza. Esa situación no atrae el interés de las autoridades energéticas del país que en lugar de limpiar esos embalses y multiplicar la capacidad de almacenamiento de agua aprovechando tormentas y ciclones, lo que hacen es buscar préstamos para este tipo de plantas que por demás utilizan combustibles importados.

Con un sano sentido de aprovechamiento de los recursos naturales (agua, viento, sol, energía de las olas marinas) República Dominicana tendría capacidad más que suficiente para garantizar el suministro energético sin necesidad de recurrir a la importación de combustibles fósiles.

Para construir esas plantas que operarían con carbón, el gobierno ha pactado un contrato con un consorcio que ha salido los mercados a buscar un financiamiento por más de 2,000 millones de dólares, fardo pesado para las futuras generaciones porque como usted sabe ese tipo de obras no consiguen préstamos en el Banco Mundial, ni en el Banco Interamericano de Desarrollo, los organismos financieros vinculados con Estados Unidos y tampoco los de la Unión Europea. Si lo obtienen, naturalmente, será a altos intereses en un país cuya deuda ya ronda el 50% del Producto Interno Bruto.

Levanto mi humilde voz ante usted para que en nombre de la soberanía del planeta, donde todos estamos igualmente afectados por el cambio climático que se agrava por acciones como las de construir plantas que usan carbón, para pedirle que nos ayude a detener esa irracionalidad.

República Dominicana es signataria de todos los pactos mundiales tendentes a reducir la emisión de gases de efecto invernadero, de la sostenibilidad ambiental y del respeto al ambiente, por lo que puede usted pedirle al gobierno que considere opciones diferentes para suplir la falta de energía sin agredir tan violentamente el ambiente.

El presidente dominicano, licenciado Danilo Medina, goza de una gran aceptación como gobernante y eso se debe a su estilo directo, a su capacidad de escuchar y rectificar. La voz suya en defensa de la vida, la agropecuaria y el ambiente de los dominicanos y del mundo puede ser determinante para ayudar al mandatario a detener a tiempo ese proyecto tan dañino.

Sabe usted mejor que yo que existe multiplicidad de financiamiento para proyectos de energía amigables con el ambiente, pero mientras naciones como México que tienen gran cantidad de combustibles fósiles en su territorio y costas aprovechan esa disponibilidad financiera internacional para impulsar proyectos de energía limpia, en República Dominicana el gobierno va a construir plantas energéticas con combustibles sucios, tendrá que importar el carbón y además buscar préstamos a altos intereses para iniciar las obras. Es un verdadero contrasentido.

Podría seguir enumerando razones para pedirle su ayuda en este tema, pero no tengo derecho a abrumarlo con argumentos que usted conoce y con toda seguridad comparte.

Que tenga pleno éxito en su visita y un feliz retorno.

Muy atentamente,

Felipe Ciprián

Periodista