Santo Domingo, D.N.

Junio 19, 2018.

Excmo. señor Presidente de la República Dominicana

Lic. Danilo Medina Sánchez

Su despacho.-

Señor Presidente:

Cortésmente le dirijo esta carta, después de saludarle, para explicarle algo conmovedor. Debo aclararle, antes de todo, que aprovecho esta vía para escribirle, ya que resultaría muy difícil conseguir una entrevista  y exponerle personalmente tan triste realidad. No pierdo las esperanzas de que usted o alguna de las personas de su entorno, ya sea familiar o política, lea esta comunicación y pueda usted interceder.

Mi nombre es Luis Augusto Martínez Guzmán, miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional, desde el año 1999, pero fue en la década de los 80, siendo yo muy niño, que mi mamá me introdujo a este mundo de la música, llevándome a los conciertos de la Orquesta. Ahí crecí viendo y escuchando a los que serían mis maestros y luego compañeros de trabajo. Muchos de éstos personas ejemplares, tanto fuera, como dentro del escenario y grandes artistas. Personas que compartían sus labores de instrumentistas con la de formar  las futuras generaciones – en la que me encuentro- que hoy ocupan los puestos de la Orquesta Sinfónica Nacional, del Conservatorio Nacional de Música, de la Escuela Elemental de Música Elila Mena y otras instituciones musicales.

Es lamentable y muy triste la situación por la que pasan estos maestros a raíz de su retiro, al que se vieron forzados a aceptar ya que no le dieron más opciones. Maltratados, desconsiderados y olvidados están todos ellos por parte de todos nosotros, la Orquesta, el Ministerio y el Estado. Desde el año 2011 vengo tocando puertas, conociendo la situación y el deterioro de la calidad de vida de los maestros, para poder ayudar y remediar esto. He hablado con músicos, directores, directores nacionales, vice ministros, ministros y nadie ha hecho nada, sólo dicen: “Estamos trabajando en eso”. Es por esto que apelo a usted, como último recurso, para que se apiade y que se haga justicia con estas personas.

Hace una semana que falleció uno de los maestros retirados y es mejor ni contarle cómo fueron sus últimas horas, antes de ser enterrado, porque da pena y vergüenza decirlo, pero si su velatorio y entierro fueron vergonzosos y tristes, más lo fue su vida después de que se vio obligado a irse de la Orquesta. Todos los que aún viven, personas que se formaron para darse a su patria, grandes dominicanos, merecen el respeto, apoyo y gratitud por parte de todo el país. Es por esto que le solicito sean revisadas sus pensiones y llevadas a un monto que les permita tener vida, porque no la tienen.

Le dejo aquí los nombres de estos grandes músicos, para no correr el riesgo de que en su buena fe usted pregunte y esto sea aprovechado por los consultados e incluyan familiares –como ya ha sido confesado- o para personas que no cumplen con lo más mínimo de lo que he expuesto, como ha sucedido con las designaciones en algunas Direcciones de las compañías de Bellas Artes o poner personas que nunca han cumplido y se le otorgue premios ya que han sido y son protegidos por algunos de estos funcionarios. No es que no incluya a quienes usted considere, señor Presidente, pero que de ninguna manera se excluya a éstos como ha sucedido hasta ahora.

De una lista que elaboré y publiqué en el año 2011, en este mismo medio, ya cuatro de éstos han fallecido y murieron con la tristeza de verse desamparados.

Félix Castillo Lachapelle, Alfonso Caba (), José Lora (), Rafael González Saiz, Rafael Martínez Persia   (), Francisco González Brito, Herminio Helena Cruz, Ramón rodríguez (), Jacinto Roque, Ramón Rojas, Rafael Peña Castro, Luis Estévez Pacheco, Luis Elseviff Martínez y Francisco “Paco” Burgos.

Agradezco la atención y espero se conduela de la situación. Presidente, ayudar en esta causa, algo justo,  lo engrandecerá mucho, no como presidente, sino como ser humano, que al final es lo que importa.

Atemtamente,

Luis Augusto Martínez Guzmán