“ESE COLEGIO SERVIA CUANDO ESTABAS PERO YA NO ES NI SOMBRA DE LO QUE ERA… Y MIJA LO QUE SEMBRASTE EN TUS HIJOS QUEDO EN TIERRA MUERTA TU NIETO ES GAY Y LA QUE ES DIRECTORA HOY TU NIETA LO APOYA EN LAS MARCHAS GAY QUE PENA”
-Michel Gaspar en Facebook – 14 de marzo 2019, 2:55 P.M.
A raíz de su insistencia en nuestras redes sociales, (pues al parecer el mensaje privado el pasado domingo no fue suficiente, sino que fue necesario también hacerlo público), le escribo esta carta abierta para responder las inquietudes que planteó, y quizá las inquietudes de cualquier otro Michel Gaspar que aparezca en el camino.
Me atrevo, Señor Gaspar, a llamarle señor, puesto que veo en su perfil de Facebook que utiliza el pronombre él. De lo contrario, no me atrevería, nunca, a asumir ni su sexo, ni su género, ni su identidad sexual o de género. Es más, señor Gaspar, permítame decirle que no saber quién es no me impide tratarlo con respeto. Ese es el tipo de persona que soy.
Sí, tiene usted razón: mi hermano Manuel José es gay. De hecho, es abiertamente gay desde hace ya varios años. Le informo también que ni ser gay ni las opiniones de personas como usted le han impedido ser un excelente amigo, hijo, hermano. Voy más allá, serlo tampoco le ha impedido ser un excelente profesional; prueba de eso su trayectoria y logros alcanzados. ¡Qué bendición ser su hermana! ¡Qué bendición que mis hijos cuenten con un tío como él! Manuel José es un ser humano solidario, respetuoso, responsable, honesto, íntegro, trabajador, leal, resiliente, perseverante… pero sé lo que debe estar pensando… soy su hermana y muchos pondrían en duda mi parcialidad. Puedo afirmar que todo el que lo conoce puede dar testimonio de esto.
Debo diferir de usted cuando menciona que lo sembrado por Doña Nilda en sus hijos, mi abuela, que en paz descanse, cayó en tierra muerta… Sus hijos (mi padre y mi tía), son los seres más bondadosos que conozco, con corazones nobles y dispuestos a dar una mano al que lo necesite. Pero más que nada, sus hijos son seres pacificadores, incapaces de dañar a otros, incapaces de manchar a otros únicamente porque tengan un parecer distinto a ellos. ¿Qué más puede una madre pedir? Eso, estoy segura, fue sembrado por ella. Todos los nietos de Doña Nilda crecimos oyendo a nuestros padres decirnos ese famoso dicho de que si nuestras palabras no superaban el silencio, era mejor permanecer callados.
Sí debo darle la razón en eso de que no puede el centro educativo ser el mismo que era antes, puesto que los tiempos cambian, y es nuestra responsabilidad como gestores educativos mantenernos al día y a la vanguardia, para poder cambiar con los tiempos. Pues, tal como decía Darwin (1859), quien no se adapta al cambio, perece. Creo que el legado de mi abuela es motor suficiente para continuar la labor que por más de medio siglo ejercemos en pro de la sociedad dominicana.
No sé si conocía bien a mi abuela. ¡Ojalá y sea el caso y haya podido usted disfrutar del amor y el respeto que la caracterizaban! ¡Ojalá todos habernos topado, en algún momento de nuestras vidas, con una maestra que se enfocara únicamente en cambiar vidas y transformar corazones! Pero le afirmo, que, si por algo era conocida, era por ese amor de madre que emanaba, con absolutamente todo el que se cruzó por su camino. A tan solo días de su muerte, teniendo su teléfono móvil en mis manos, me entró una llamada de un presidiario que hacía años la había llamado por error y se habían hecho amigos. No sabía que había muerto y la llamaba para darle la buena noticia de que iban a trasladarlo a Najayo y por fin podrían conocerse. ¿Y cómo puedo yo independizarme de ese legado de amor? ¿Cómo puedo ignorar ese llamado a hacer el bien sobre todas las cosas?
En cuanto a lo del apoyo a “las marchas gay,” aún no he tenido el privilegio de asistir a ninguna, ni en nuestro país ni fuera de él. Apoyo y siempre apoyaré las marchas dedicadas a crear conciencia sobre los derechos de una población que merece ser recibida, respetada y apoyada por el mero hecho de ser seres humanos y tener, por consiguiente, los mismos derechos que usted y que yo. En cambio, es una población muchas veces ignorada, rechazada, y a la que a nivel mundial se le vulneran sus derechos una y otra vez.
El Country Development Cooperation Strategy (2013) preparado por el U.S. Agency for International Development (USAID) en la República Dominicana (RD), considera a la población de lesbianas, gays, bisexuales, personas transgénero e intersexuales (LGBTI) en el país una población vulnerable y marginalizada, junto a los haitianos o los individuos de descendencia haitiana, las mujeres, las niñas, y los individuos con alguna discapacidad. La población LGBTI en la RD es sujeta a constante discriminación basada en su identidad sexual o de género dada la carencia de políticas públicas que la protejan. A pesar de los intentos de la comunidad LGBTI como sociedad civil de incluir los términos “orientación sexual” o “identidad de género” en la Constitución Dominicana del 2010, los legisladores hicieron caso omiso a esta solicitud con la intención de mantener esta población invisible ante los ojos de la ley (Marzán et al., 2014). Y aún siendo revisada la Constitución Dominicana en el año 2015, no se incluyeron estos términos ni se intentó proteger a dicha población.
No sé si sabe que las personas LGBTI en nuestro país son discriminadas en espacios públicos y privados, incluyendo en sus hogares, escuelas, lugares de trabajo y hospitales (Marzán et al., 2014). Además, estos autores expresan que muchos individuos experimentan violencia en su casa cuando se identifican como LGBTI y son forzados a salir y restringidos económicamente; resultando esto en algunas de estas personas atentando contra su vida. Además, Marzán et al. afirman que, en el mercado laboral, les niegan trabajo con la excusa de que su contratación puede afectar a los empleados de la empresa. En los hospitales dominicanos, se le niega atención o reciben atención médica insuficiente (Marzán et al., 2014).
Transportémonos al ambiente educativo. Lamentablemente, la realidad de los estudiantes LGBTI en general es que carecen de soporte directo de parte de docentes y personal del centro educativo así como de sus compañeros, y no se benefician de recursos en la escuela que trate o refleje su identidad LGBTI. Es por esto que la adolescencia es mucho más dura para ellos que para el resto de los estudiantes (Bailey, 2005). Y a pesar del surgimiento de nuevos movimientos sociales y activismo a nivel mundial en su defensa, una cultura represiva donde los estudiantes LGBTI se sienten inseguros es natural en las escuelas (Blackburn & McCready, 2009). Marzán et al. (2014) establecen que la homofobia en las escuelas dominicanas llevan a la población LGBTI a un desempeño académico bajo, lo que a veces resulta en deserción escolar, llevando a estos individuos a recurrir a trabajo sexual por dinero.
Creo importante puntualizar que, de no garantizar espacios educativos seguros para todos nuestros estudiantes, incluyendo para aquellos que se identifican como LGBTI, como instituciones estamos violentando los derechos humanos contenidos en nuestra Constitución Dominicana, que claramente articula el derecho a la igualdad otorgado a todo ciudadano dominicano en su artículo 39: “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las instituciones, autoridades y demás personas y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de género, color, edad, discapacidad, nacionalidad, vínculos familiares, lengua, religión, opinión política o filosófica, condición social o personal” (Constitución de la República Dominicana, 2015). El artículo 63 continúa diciendo que toda persona tiene derecho a un ambiente favorable de aprendizaje: “Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones” (Constitución de la República Dominicana, 2015). Finalmente, la Constitución Dominicana afirma el derecho al libre desarrollo de la personalidad en su artículo 43: “Toda persona tiene derecho al libre desarrollo de su personalidad, sin más limitaciones que las impuestas por el orden jurídico y los derechos de los demás” (Constitución de la República Dominicana, 2015).
Por ende, Sr. Gaspar, independientemente de las creencias suyas o las mías, de nuestras opiniones o puntos de vista, es obligación ética y legal de todo centro educativo, el proveer un ambiente libre de odio para todos sus estudiantes, incluyendo esos que se identifican como LGBTI (Bailey, 2005; Castro & Sujak, 2014; Porreca, 2010).
Así que, gracias, Sr. Gaspar, porque me empujó a “sacar del closet” mis ideas. A mí, que me identifico como heterosexual (no que entienda sea eso base para determinar el trato que deba darme la gente), y que me defino como activista y defensora de los derechos humanos. Que lucharé siempre por proteger la integridad, personalidad e identidad de la persona. A mí, que me hacía falta un impulso como el de su comentario para abierta y públicamente exponer mis ideas, mis creencias, mi filosofía…
Si la calidad de la educación, según usted, disminuye conforme al respeto a los derechos humanos y el trato digno a cada individuo que recibimos en nuestro recinto escolar, confieso entonces que sí, hemos decaído. Orgullosamente seguiremos decayendo. Me atrevo, gracias a su comentario, a hacer una invitación pública a otros centros educativos que aún no lo han hecho: decaigamos juntos. Proveamos un espacio seguro y libre para todos nuestros estudiantes. Construyamos juntos una sociedad justa y equitativa para todos los seres humanos.
Referencias
Bailey, C.A. (1996). A guide to field research. Thousand Oaks, CA: Pine Forge.
Blackburn, M. V., McCready, L. T. (2009). Voices of queer youth in urban schools: possibilities and limitations. Theory Into Practice, 48(3), 222-230. doi: 10.1080/00405840902997485
Castro, I. E. & Sujak, M. C. (2014). “Why can’t we learn about this?” Sexual minority students navigate the official and hidden curricular spaces of high school. Education and Urban Society, 2014(46), 450-473. doi: 10.1177/0013124512458117
Darwin, C. (1859). On the origin of species by means of natural selection, or preservation of favoured races in the struggle for life: By Charles Darwin. London: John Murray.
La Constitución de la República Dominicana (2015).
Marzan, R., Sánchez, L., Hernández, M., Jiménez, H., King, C., Mercedes, P. R., Maldonado, A., Jiménez, C. M., Ventura, D. (2014). Informe de la Coalición LGBTTI (CLGBTTI) de la República Dominicana [Report by the Dominican LGBTTI Coalition] [PDF file]. Retrieved from https://funceji.files.wordpress.com/2012/02/lgbt-final-con-logos-final.docx.
Porreca, K. A. (2010). The leadership role of the high school principal in providing a supportive environment for lesbian, gay, bisexual, and transgender students (Doctoral dissertation). Available from ProQuest Dissertation and Theses. (UMI No. 3411452)