“La densidad de la historia no determina ninguno de mis actos. Yo soy mi propio fundamento. Yo introduzco el ciclo de mi libertad superando el dato histórico, instrumental”. (Frantz Fanon)
Desde hace tiempo doy seguimiento a la ASWAD, que no es un grupo de Reggae, de los años 70, sino una Asociación para el Estudio de la Diáspora Mundial Africana (ASWAD), cuyo acrónimo vendría a significar "negro" en árabe.
El año pasado en Pensilvania, la universidad de Pittsburgh acogió a esta organización, para que hiciera su 6to congreso Bienal, dícese cada dos años, bajo el siguiente tema: African Liberation and Black Power: The Challenges of Diasporic Encounters Across Time, Space and Imagination (Liberacion Africana y Poder Negro: Los desafíos de los Encuentros de Diásporas entre el tiempo el espacio y la inmigración)…
Creo que tienes claro que, personalmente ni intelectualmente, no tengo nada contra la organización que nacida en su contexto y con un propósito (léase la nota más abajo), me parece legítima, válida y necesaria: derivas fanáticas aparte.
El año pasado en Pensilvania, la universidad de Pittsburgh acogió a esta organización, para que hiciera su 6to congreso Bienal, dícese cada dos años, bajo el siguiente tema: African Liberation and Black Power: The Challenges of Diasporic Encounters Across Time, Space and Imagination (Liberacion Africana y Poder Negro: Los desafíos de los Encuentros de Diásporas entre el tiempo el espacio y la inmigración)…
Desde hace mucho tiempo, estudioso como tú del tema al que dediqué muchos artículos en los años 70 y al que he recurrido cuando es necesario, porque forma parte de mi formación como intelectual que ejerce el oficio de escribir.
En otras palabras, estoy fuera de toda sospecha en materia de negar mis orígenes, los cuales he llevado con orgullo en este país, como un gladiador en arena movediza.
Te preciso también que he tenido un práctica cultural acorde con lo que entiendo es un legado de descendencia y raíz, al contrario de lo que se podido pensar, la he enarbolado en mi melomanía y he difundido con pasión y ahínco toda manifestación auténtica de la cultura negra: Jazz, Reggae, en su momento y el jazz, cuando la seudo izquierda ignorante hablaba de "penetración ", incluso en el viejo PCD, que conociste muy bien…
Debes recordar mi aspecto de negro cimarrón en los años 70, presencia que me costó no pocos epítetos de inadaptado, acomplejado etc…
Nunca he cedido al chantaje moral ni racial de este país, al que quiero por encima de todo vejamen o discrimen, porque siempre he pensado que puede ser un país mejor.
A lo largo de este tiempo las cosas han evolucionado bastante. Por ejemplo, en mi caso: nunca he creído que el África, como es vista en las Antillas Menores francófonas, por ejemplo es una e indivisible, el África es amplia y plural, es un continente que se pierde en sí mismo en su bella vastedad de gran cultura, tradición y desolada pobreza marginal.
De igual manera, no creo en la solidaridad racial acrítica, sin matices de discusión y debate, no creo que porque yo sea negro, conozca y glorifique cada día con alegría y jubilo mis orígenes, me haré ciego ante realidades que no necesitan mucho análisis para entenderlas.
Apreciado Rubén, a lo largo de la década de los 90 viajé por todo el Caribe francófono y anglófono, llegué hasta Paramaribo, conocí en la frontera de la Guayana francesa, que se acerca a Brasil, la lengua taki, taki, que tantos dolores de cabeza le produjeron a los pedagogos franceses, vi cosas Rubén, como lo habrás hecho tú, vi contextos, vi formas culturales diversas.
En aquellas riveras del Maroní, afluente del Amazonas, donde aún hay descendientes Amerindios, viví experiencias que recuerdo como interesantes: los ex súbditos de Holanda, llegando a tierras de posesión francesa cambiando esquemas junto a los descendientes de los negros pigmeos, experiencia cultural múltiple de gran importancia: mezcla diasporera de hondo valor cultural.
Aquí en el país en más de una ocasión, he leído textos aberrantes sobre la Negritud, basados en una irracional ortodoxia racial, que en muchas circunstancias el tiempo dejó atrás, Frantz Fanon, el pensador de Martinica, desde su poderosa formación hizo reparos en su tiempo a ese movimiento, ´que tienen hoy una vigencia extraordinaria.
Lo que quiero decirte, luego de este largo preámbulo necesario, para que no haya confusiones, porque luego de esta carta abierta, seremos amigos como siempre, en la medida que nuestras tolerancias mutuas coincidan, aunque no coincidamos en ideas o planteamientos.
Conozco personalmente tu entusiasmo como embajador en el país vecino, tu entrega y dedicación a raíz del terremoto de Enero del 2010, tus mejores oficios, brillantes, desde antes del terremoto, incluso. Lástima que la corruptela binacional empañara esa labor que debió ser el mejor puente para el entendimiento entre República Dominicana y Haití, era el momento más emotivo para hacer ese puente y construir algo nuevo.
A raíz de leer la reseña publicada por acento.com, el pasado 20 de noviembre, 2013, sobre tu ponencia en el VII Congreso Bienal de la ASWAD, me he hecho una serie de preguntas y una que otra reflexión que quiero hacerte llegar por esta vía:
¿El día que tengas que retirarte de Haití como embajador que ha cumplido su misión y seas condecorado como se estila en el protocolo diplomático desde antaño, aceptaría el gobierno haitiano de turno el plácet de otro embajador cuya apertura a sus competencias sea más reservada o diferente a las tuyas?…
La reciente crisis de relación entre Haití y República Dominicana, es muy probable que la gente aquí no la entienda muy bien, porque nuestros medios se han olvidado de la importancia de los análisis internacionales a fondo, eso es penoso.
Hay un detalle que se pasa por alto, por ejemplo Haití es del ALBA (Alianza Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América,) La República Dominicana no lo es, tendrá sus razones para no serlo, ha existido toda una ofensiva diplomática para frenar el libre curso de los esfuerzos del país en algunos campos, tenemos 40 años como observadores del CARICOM y no pasa nada.
¿Cómo diplomático que eres te parece justo ese trato, tú que fuiste no sé si me equivoco el primer presidente de la Asociación de los Estados del Caribe?…
Que te quede claro, no soy ultranacionalista ni fascista, mucho menos y creo en la solidaridad activa con Haití, pero no con el neoduvalierismo instalado que tiene sus conexiones en República Dominicana, en el vaivén de las olas pútridas de hacer dinero ante la miseria galopante de ambos pueblos.
Creo que el ultranacionalismo dominicano, se ha valido de la famosa sentencia del Tribunal Constitucional, para pescar en su favor y crear un ambiente de xenofobia que no está esta antropológicamente en la tradición del pueblo Dominicano, que más bien es xenófilo, admiración por lo extranjero.
Puedo entender que en el país ha existido desde Peña Batlle, pasando por Balaguer y llegando a las ideas más reciente de Manuel Núñez, un culto a lo hispánico desmedido que nunca debió traducirse al desconocimiento de la parte de la raíces negras de nuestro país, pero te hago contar que al margen del movimiento que hace de Lepenismo (viene de Jean Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional en Francia) en República Dominicana hay, con respecto a Haití y algunas demandas o exigencias, que no hay que ser ultranacionalista para rechazarlas. Por ejemplo, conozco bien a los intelectuales haitianos y sus posiciones sobre el país, el trato que dan en sus textos al país, ignorando que aquí hay un estado, moribundo o no, según Wilfredo Lozano en su libro La Razón Democracita, 2013.
En tu ponencia hablas de un racismo endógeno y te quejas de que aquí no se le dé importancia a la celebración con temáticas anti esclavas, tienes razón, pero al mismo tiempo te observo: no creo que eso no suceda por tu tesis del racismo endógeno, hay un tema de tipo colonial en el problema. Los pueblos colonizados por Francia aún, ven en esas conmemoraciones, la necesidad de reafirmar la necesidad de su independencia del tutelaje colonial, hasta ahí todo bien. Pero al mismo tiempo he notado que la concepción de esas celebraciones, que tienen razón y legitimidad de fuerza de memoria histórica, mal entendidas, son un elemento de paralización en el pasado de modo eterno cayendo en una espiral de lamento que no vislumbran con claridad el futuro y generan, lo he visto, el racismo inverso: del negro contra el blanco, con el que tampoco estoy de acuerdo ni comparto, por más afro descendiente que yo pueda ser: porque es odio igual, justificado por un pasado histórico hoy esgrimido por algunos con un maldito fanatismo irrefrenable.
Este puede ser un tema de debate:
¿Dominicanas y Dominicanos, en contexto insular diferente en lengua también diferente no quiere tener memoria histórica de la esclavitud porque se siente español o porque siente desprecio por su origen negro?…
Por otro lado, observo también que el tema Dominico-Haitiano es un elemento tradicional e histórico para ese auto reconocimiento del que hablas del racismo, la visión que planteas es casi la misma mirada que tienen los haitianos más cultos sobre nosotros los dominicanos.
Tengo la certeza, por investigación, que las nuevas generaciones haitianas miran a la República Dominicana, como "su Palestina”.
Me pregunto: ¿Dónde está nuestro embajador y dónde está el cientista social?…
Nadie te puede impedir tu libre pensamiento, que eso quede claro, como intelectual nadie puede recriminarte que pienses lo que quieras pensar, pero de todos modos, Rubén reflexiono también sobre los intereses nacionales que allí representas, eso pienso con toda sinceridad, ejerciendo el mismo derecho que entiendo arriba te señalo.
Sabiendo yo que entre esos intereses hay también los de aquellos que hicieron su plusvalía con esa mano de obra clandestina haitiana, muchas veces en complicidad con los gobiernos de turno.
La pregunta no es mal intencionada, supongo que en algún momento determinado te la habrás hecho también, porque de tonto no tienes un pelo.
En este momento en que se firman acuerdos con Haití para buscar una armonía creo que debes entender que existen otras visiones del problema y que la inteligencia haitiana, (Comunidad de intelectuales) debe hacer lo que le corresponde para restaurar su país, como un deber, porque demonizando como lo hacen a la República Dominicana, me consta, no logrará tener la fuerza necesaria para organizar el suyo y mucho menos hacer un puente de entendimiento que consiga, sino la paz, al menos bajar las tensiones que últimamente observamos.
La sentencia del Tribunal Constitucional, con la que no estoy de acuerdo en su totalidad, ha permitido de lado y lado de la isla lo siguiente:
República Dominicana: A) Incremento de la Xenofobia en un país que no tuvo esa vocación de raíz.
B) Instrumentación de los grupos ultra para someter a Juan Bolívar y Luis Eduardo Lora, quienes como ciudadanos dominicanos tienen derecho a expresar opiniones fundamentadas sobre lo que creen. Y pienso que no es casual que detrás de esas acusaciones estén agazapados los que viven para hacer ajustes de cuentas viejas a personas en los medios, exhibiendo una curiosa dicotomía entre ataque a personas civiles que no son de gusto y al mismo tiempo esgrimiendo el miedo desde el poder gubernamental.
República de Haití: C) En Haití: ayuda al gobierno neoduvalierista de Michel Martelly a paliar la crisis interna de gobernabilidad que tiene, olla social que busca por dónde estallar. D) El sentimiento antidominicanista, desbordado en Haití, es un excelente tapón a la crisis social interna de aquel país, digno de mejor suerte, como el nuestro también.
En otras palabras Rubén, nuestra amistad de años, no sucumbirá por el hecho de hacer de esto un debate franco, libertario y de alto respeto a tus conocimientos y a tu trayectoria intelectual, a la que tuve ligado por circunstancias que no vienen al caso referir. Debes tener siempre, la seguridad de mi estima, la más alta. (Cfe)
Texto que acompañaba el cartel de invitación a la conferencia de la ASWAD en Santo Domingo:
“Al llevarse a cabo en la República Dominicana, la conferencia de la ASWAD de 2013 subrayará la historia y la naturaleza visionaria del pensamiento negro y antirracista tal como ha emergido en el Caribe. Honraremos a aquellos intelectuales, activistas y artistas dominicanos que trabajan para transformar, junto con sus contrapartes en Haití, las fricciones históricas con su nación vecina y la negación de la ascendencia negra entre su población negra y mulata. La lucha contra el racismo según se ha articulado por toda la diáspora africana será un punto clave desde el cual explorar las visiones transformadoras. Se estructurarán las sesiones y actividades para sacar el máximo provecho del intercambio entre los participantes dominicanos y los visitantes. La conferencia tendrá lugar en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), una universidad dominicana dedicada a apoyar los estudios de la diáspora africana y a tender puentes entre las comunidades intelectuales y activistas de la República Dominicana y Haití, y estará copatrocinada por Rutgers University. Iniciativa de colaboración especial: En un esfuerzo para promover el intercambio de ideas y el diálogo, la ASWAD podrá exhortar a que se incluya a académicos dominicanos en los paneles donde se considere apropiado.”