He observado con mucha atención su gran preocupación por preservar el medio ambiente en el país y todo el esfuerzo que ha puesto la Diócesis de La Vega para que se declare a la loma Miranda parque nacional y por consiguiente que no se permita que se toque su capa vegetal para extraer minerales.

Para esta lucha usted ha desplegado un esfuerzo sostenido durante años y probablemente su última acción fue la visita de este miércoles 2 de abril de 2014 al Congreso Nacional junto a 57 sacerdotes para empujar el objetivo de que loma Miranda sea declarado parque nacional.

Usted es sin duda uno de los obispos de mayor preparación intelectual y sensibilidad social del país (que en paz descanse el padre José Luis Alemán) y lo digo porque lo conozco desde que a mí y a otros jóvenes nos impartió enseñanza en Manresa en momentos en que la Patria necesitaba, a comienzos de los años setenta del siglo pasado, gente conciente para luchar por la justicia.

Pero padre Camilo no se si usted cree que en República Dominicana declarar una loma parque nacional es una garantía de que allí no se harán obras de infraestructura que pongan en peligro el ambiente, con su flora y fauna. Si lo cree usted, tenga la bondad de examinar los siguientes hechos:

 

1.- La Ley Número 4389 del 19 de febrero de 1956 –aun yo no había nacido y usted sería un niño entonces- creó el Parque Nacional Armando Bermúdez, en la vertiente norte y central de la cordillera Central de la isla, con una extensión de 780 kilómetros cuadrados. En su seno están verdaderas maravillas de la naturaleza como su variedad de bosques húmedos, la manacla y helechos arborescentes. En este parque nacen más de diez ríos importantes del país y en particular están las cuencas altas de los ríos Yaque del Norte, Guayubín, Bao y Ámina. No tengo que recordarle que en este parque se registran precipitaciones anuales muy altas para el promedio del país.

 

2. La Ley 5066 del 24 de diciembre de 1958 creó el Parque Nacional José del Carmen Ramírez, colocado frente al Armando Bermúdez, pero en la vertiente sur de la cordillera Central, con una extensión de 764 kilómetros cuadrados. En este parque, padre Camilo, que es fronterizo con La Vega, está la más alta elevación de las Antillas, el Pico Duarte, y nacen ríos tan importantes como el Yaque del Sur, Mijo, San Juan, Las Cuevas y numerosos afluentes que dan vida a todo el valle de San Juan, de Barahona y de Azua (Las Cuevas).

La acumulación de precipitaciones es superior a los 2,500 milímetros anuales. Es decir que estamos hablando de una zona de alto interés para la preservación de uno de los recursos fundamentales para la vida de las personas, animales y plantas.

 

3. El 31 de diciembre de 1995 fue creado por el decreto número 221-95 el Parque Nacional Nalga de Maco, confirmado el 22 de julio de 1997 por el decreto  número 319 – 97, con una extensión de 278 kilómetros cuadrados enclavado también en la cordillera Central. Este importante parque se localiza al sur de la provincia Santiago Rodríguez y es el lugar donde nacen importantes ríos y arroyos que a su vez entran en las zonas bajas de la región sur, la Línea Noroeste de República Dominicana y al territorio de Haití. Tiene la particularidad de que acoge el único bosque enano de la Isla de Santo Domingo por la característica de los vientos en esa montaña cercana a los 2,000 metros sobre el nivel del mar.

 

4. La reserva científica “Erick Leonard Ekman”, que tiene su centro en la loma La Barbacoa, Baní, fue creada junto a otras áreas protegidas por el Decreto 233-96 que vino a completar y organizar el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de la República Dominicana que con los decretos 221-95 y 309-95 ya venía tomando características acordes con la clasificación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y que luego incorporó la Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales 64-00.  Hoy La Barbacoa forma parte del parque nacional Padre Luis Quinn, zona donde nacen y se surten importantes afluentes del río Nizao que dispone de tres hidroeléctricas y un contraembalse de donde llega la mayor cantidad de agua potable a Santo Domingo.

 

Padre Camilo tenga la bondad de tomar nota y hacerle saber a los otros 57 sacerdotes que defienden a loma Miranda y la quieren parque nacional, que todos esos parques nacionales que les he mencionado están –a pesar de su incuestionable base legal- seriamente amenazados por las acciones del mismo gobierno que está en la obligación de defenderlos.

No ignora usted padre Camilo que el gobierno del presidente Danilo Medina tiene el propósito de construir a partir de junio una carretera para tratar de enlazar la ciudad de San Juan con la de Santiago y que esa obra se proyecta pasar por la cordillera Central, afectando directamente áreas protegidas de los parques Armando Bermúdez, José del Carmen Ramírez y Nalga de Maco, cuya importancia ambiental le he descrito muy someramente.

Esta obra de indudable peligro para la sostenibilidad ambiental de la isla cuenta con el apoyo decidido de los obispos de San Juan, Barahona, el arzobispo de Santiago y sectores comerciales con iguales ambiciones que las que podría tener Falcondo en Miranda.

Igualmente es de su conocimiento que el gobierno de Medina inició el 15 de diciembre pasado las obras civiles para la construcción de un parque energético a carbón mineral en Punta Catalina, Baní, a orillas del mar, al lado de una planta de almacenamiento del acueducto múltiple de Peravia, frente a la reserva científica de La Barbacoa, pero lo más importante: en medio de ciudades relativamente grandes que según el último Censo Nacional de Población acogen a más de 135,000 habitantes.

Sabe usted mejor que yo que la Ley General de Medio Ambiente –que es de obligatorio cumplimiento- establece (Artículo 41) que este tipo de obras requiere  previamente un Estudio de Impacto Ambiental y que si es el Estado el que las impulsa, esa investigación tiene que encargarla a consultores privados. Sin embargo, la obra fue iniciada sin ese estudio y el Ministerio de Medio Ambiente –que no puede hacerlo- se despacha diciendo que van a plantar 300,000 árboles para mitigar el desastre que van a provocar las emanaciones de la quema de carbón mineral en la salud humana, animal y vegetal.

Los legisladores a quienes pide usted que declaren a loma Miranda parque nacional son los mismos que aprueban el Presupuesto para construir la carretera San Juan-Santiago a pesar de que saben  que la vía cruzará por esos tres parques nacionales. En República Dominicana estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo parque nacional que será respetado, exactamente en el mismo momento que los dos que son más viejos y vitales para el equilibrio de toda la isla van a ser agredidos a la vista de todos.

Esos mismos legisladores ecologistas son los que sin duda van a aprobar el endeudamiento externo para construir las plantas a carbón en un paso absurdo e irracional desde todo punto de vista. Supongo que ha visto usted por todos los medios la campaña publicitaria pagada que tiene la CDEEE tratando de convencer a incautos de que las plantas a carbón son energía limpia y barata cuando deben saber que es la más sucia y la que cuesta más caro remediar los daños a las personas, los animales, la producción y el ambiente.

Padre Camilo, como usted sirvió por tantos años como sacerdote en Baní y es el mejor conocedor de su historia, no me cabe la menor duda de que lo ama y lo defenderá con igual fervor que a Miranda en La Vega.

La lucha para que se declare a loma Miranda  parque nacional parece estar a punto de ser ganada. Con la experiencia acumulada en la defensa de ese punto geográfico localizado a menos de tres kilómetros de la Autopista Duarte, al pie del Valle de La Vega con una elevación de 710 metros sobre el nivel del mar, creo que todos podemos salir a defender los parques nacionales de la cordillera Central que están en las elevaciones más altas de las Antillas y donde nacen los ríos más importantes para todo el país.

Por igual, creo que  la vida de los banilejos que ahora se exponen a respirar aire contaminado con partículas metálicas pesadas que se ha comprobado que provocan cáncer, enfermedades respiratorias y arruinan la vida en todas sus manifestaciones, también merece ser defendida.

Como esta carta no tiene un carácter confidencial y dado que se trata de temas de interés colectivo, se la hago llegar por aquí para que puedan verla y entenderla mucho más personas que nos llevan en sus oraciones.

Con la mayor admiración, queda de usted, muy atentamente, Felipe Ciprián.