La agresiva e iracunda estrategia de los impulsores de la candidatura de Leonel Fernández para optar a la presidencia de la República está tensando la convivencia social. La búsqueda del conflicto y el choque cívico como armas arrojadizas contra una posible reelección de Danilo Medina con tacticismos peligrosos no harán más que acrecentar la sensación de caos entre la población. ¿Vale todo entre los fanáticos de Fernández para conseguir sus objetivos?.
Quienes defienden la vía de la reelección de Danilo Medina optan en todo momento por la vía institucional. Un procedimiento legal y respetuoso con el marco constitucional a través de su reforma. Oponerse a ello con una estrategia mediática basada en atizar el desorden y buscar la confrontación entre dominicanos puede causar daños irreparables en nuestra convivencia. El debate político debe encauzarse siempre por la vía del diálogo, la discusión y la exposición de ideas, nunca en avivar el miedo y la tensión en la sociedad con proclamas incendiarias basadas en mensajes de laboratorio para arrinconar a quien no piensa como tú. La estrategia de alterar el orden público resulta suicida: sin orden público no hay democracia y sin democracia el orden público se vuelve autoritario.
Los shows mediáticos y apocalípticos de los partidarios de Leonel Fernández contrastan con el comportamiento cívico, prudente y precavido de quienes creen que Danilo Medina tiene el derecho legal, vía modificación constitucional, a ser validado de nuevo por el pueblo dominicano en las urnas. ¿Cuál de los dos grupos en más conveniente para el país?. ¿Cuál de los dos proyectan un mensaje alentador y de esperanza para los dominicanos?. Evidentemente el país necesita seguir en la senda de la convivencia y la tolerancia, como hasta ahora ha sido, y no a generadores de cismas y desacuerdos.
La oposición política, en especial el PRM, debería ser consciente de esta situación, no caer en provocaciones ajenas, alejarse de proclamas arbitrarias y encauzar el debate constitucional con propuestas rigurosas y civilizadas. Así lo ha apreciado el PRD que, a través de su presidente, Miguel Vargas, ha condicionado su apoyo al PLD únicamente si Danilo Medina es el candidato presidencial y, por tanto, respalda la reforma constitucional. Todavía hay tiempo para el entendimiento, siempre que todas las partes se acojan a las normas básicas de la democracia y la convivencia.