El pasado jueves 14 de mayo, a solicitud de 3º Movimiento y motivados por éstos, el Conservatorio Nacional de Música invitó al Mtro. Caonex Peguero-Camilo a impartir unas clases magistrales de violín. Peguero-Camilo, quien a la hora de que se le expuso la propuesta, dijo que la haría tal como la hacía su profesora, Dorothy Delay, en la Escuela de Julliard en Nueva York, de ahí, inmediatamente bauticé las clases con el nombre de “Recordando a Dorothy Delay”.
No hace falta hablar del maestro Caonex Peguero. Su calidad profesional, en el violín, en el podio, en la composición o arreglo y en la educación musical está más que probada y respetada tanto a nivel nacional, como internacional. Pero hablar de lo que sucedió esa tarde, bajo la conducción del maestro, sí que vale la pena hablar, escribir o recordar de por vida.
Tres estudiantes del Conservatorio Nacional de Música y uno de una universidad de los Estados Unidos, fueron los que tuvieron la tarea de presentarse ante el afamado violinista y la audiencia. El maestro Peguero los escuchó con paciencia. Les dijo de sus puntos fuertes y de cómo explotarlos, también les comentó qué y cómo debían trabajar en cuanto a lo técnico y lo interpretativo.
Decir que fueron unas simples clases magistrales de violín, sería la mentira más grande, porque Peguero no se limitó al violín, habló de la música, de la vida musical, de la vida laboral musical, de las competencias que existen en un instrumentista, de la diferencia entre tocar y practicar un instrumento, de relaciones públicas musicales, de cuándo parar de practicar y tocar, de tocar más y en público, de los diferentes lugares en donde se puede tocar y lo más importante, formularse uno mismo la pregunta: ¿Qué quiero yo y hasta dónde pienso llegar con y en la música?
Todo esto en medio de anécdotas, historias y vivencias de su época de estudiante en Nueva York y en Aspen. Nos recreó todo a tal punto, que por arte de magia y con su discurso, como si contara con una máquina del tiempo, sentimos que se presenciaba una clase a cargo de la gran maestra Delay.
Al final del evento, todos quedamos más que conformes y agradecidos de las clases impartidas por Caonex Peguero. Sin duda alguna, Delay en cualquier lugar que se encuentre, debe sentirse orgullosa de su discípulo, ya no sólo por su carrera como violinista, sino como propagador de su filosofía y método que llevó a la historia a escribir su nombre en letras de oro.