En la historia de la humanidad ha habido un dominio secular de los hombres sobre las mujeres, con sociedades patriarcales y de cultura machista. Por lo tanto, es lógico que también haya ocurrido un sinnúmero de iniciativas, individuales y colectivas, de reivindicación la mujer en los distintos ámbitos de la vida. A partir del siglo XIX se aceleró dicho proceso, con su pico más alto en la segunda mitad del siglo XX.
Esta dinámica de corrientes de pensamiento y movimientos sociales de reclamo de libertad e igualdad de derechos se ha expresado a través de múltiples manifestaciones artísticas, en especial el canto. En este sentido, vale desatacar ese canto que simboliza resistencia, ruptura y apunta hacia la trascendencia cultural del rol de la mujer en la vida personal, social y política. Son incontables las mujeres destacadas al escribir y cantar sobre situaciones que les afectan, sus angustias, derechos conculcados, anhelos y sobre los problemas sociales y políticos de su contexto histórico que han bloqueado su desarrollo. De ahí que resulte alentador escuchar las voces de mujeres elevarse desde distintas vertientes ideológicas, religiosas y culturales para enfrentar situaciones de discriminación, exclusión y opresión o sencillamente establecer una presencia por esfuerzo propio.
Por ejemplo, en el Cántico de Débora (Jueces 5, 1-31) se muestra el protagonismo de las mujeres en la victoria de las tribus de Israel sobre los cananeos. En este relato destacan dos mujeres: Débora, la profetisa, quien recibe mensaje del Señor y anuncia el triunfo, además de que estuvo dispuesta a entregarlo todo por la causa:
¡Yo doy mi corazón
por los altos jefes de Israel,
por la gente de mi pueblo
que respondió al llamado de la guerra!
¡Alaben todos al Señor!
Mientras que Jael es otra mujer valiente que mata a Sísara, jefe del ejército invasor, clavándole una estaca en la cabeza. Se estima que esta historia incluida en el Antiguo Testamento, se ubica en el siglo XII a. C.
Asimismo, el Cántico de Ana, (1 Sam 2,1-10) es de alabanza, porque reconoce, como en los cánticos de Moisés, que su Dios ha obrado para transformar totalmente la situación de vida de las personas que sufren: Se rompen los arcos de los valientes mientras los cobardes se ciñen de valor, los hartos son contratados por pan, mientras los hambrientos engordan, la madre de muchos queda baldía, mientras la estéril da a luz siete hijos.
El Señor da la muerte y la vida
hunde en el abismo y levanta
da la pobreza y la riqueza
humilla y enaltece […]
Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes.
Estos cantos, además de su carácter de alabanza y gratitud por la intervención divina en los destinos de Israel, dan testimonio de un rol proactivo de la mujer en la antigüedad. No se trata de mujeres recluidas a tareas domésticas, sino vinculadas a la vida pública, la lucha de los pueblos.
Desde luego, ha habido períodos en la historia, como el de la Edad Media en Europa, en el que se prohibió a las mujeres cantar en las iglesias, se dice que sustentado en las palabras de San Pablo, Primera de Corintios, capítulo XIV, versículos 34 y 35: “Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley dice”. Esto provocó la aparición de cantantes sometidos de niño a la castración para mantener la voz aguda (castrati).
Sin embargo, durante todo el siglo XX hallamos mujeres con un canto de liberación ante el trato de los hombres, tanto en el ámbito privado como en la conformación de los sistemas sociales y políticos predominantes. Esta relación desigual ha constituido uno de los principales desafíos de convivencia, hasta el día de hoy. Como se trata de condición humana y cosmovisión cultural, ella permea los más variados estratos sociales y colectividades humanas. Por ello, en la actualidad los problemas que afectan a la mujer son cantados desde Beyoncé y Jennifer López a María Bethania y Ana Belén; desde las Spice Girl y Paulina Rubio a Andrea Echeverri y Lila Downs. En fin, el abanico es muy amplio, cada artista lo manifiesta desde su realidad personal y contexto sociocultural. Una muestra la tenemos en África, donde la malinesa Oumou Sangaré canta y mantiene activismo contra el matrimonio concertado por la familia, la poligamia, la ablación, además de tener canciones cargada de erotismo, todo lo cual constituye un atrevimiento en una sociedad donde el 90% de la población es musulmana y conservadora. Como ella hay muchas en África y el Medio Oriente.
Lo cierto es que artistas de ambos géneros han escrito y cantado con una perspectiva dignificante sobre la mujer. A continuación, una muestra de canciones emblemáticas:
- Rebel girl (Chica rebelde), Joe Hill, 1911. Dedicada a la mujer que se organiza y lucha por la justicia junto al hombre. Hill, cantautor y sindicalista, la compuso mientras se encontraba en la cárcel. Esta canción marcó un precedente en el siglo XX.
- Chraga gatâa, Cheikha Rimitti, 1954. Esta canción contribuyó a revolucionar la vida sexual de la juventud en Argelia, pues en ella se ridiculiza la virginidad, por lo que se le atribuyó que alentaba a perderla. Luego de la independencia de este país en 1962, las canciones de Cheikha fueron prohibidas en la radio y la televisión al considerarlas pervertidas, en un país donde el 99% de la población es musulmana.
- You Don’t Own Me (Usted no es dueño de mí), Lesley Gore, 1963. Es un canto de rebeldía ante la actitud de posesión y control de los hombres. Expresa un reclamo de libertad e igualdad en la relación de pareja. Definitivamente, un canto pionero en una década de despertar hacia grandes transformaciones culturales.
- Moi je joue (Yo juego), Brigitte Bardot, 1964. Es una canción en la que se plantea invertir el rol de dominación en la relación. Es un canto de empoderamiento femenino, aunque se plantea desde las mismas armas tradicionales del hombre.
- Four Women (Cuatro Mujeres), Nina Simone, 1966. Es un relato sobre cuatro mujeres de ascendencia afroamericana, cuyas historias de vida encuentran puntos coincidentes respecto a opresión, exclusión, sufrimiento y rebeldía.
- Respect (Respeto), Aretha Franklin, 1967. En el contexto de lucha por los derechos civiles y libertad en las relaciones sexuales, a finales de los años 60, Aretha graba esta canción en la que pide a su pareja respeto, con todo lo que eso significa, o un día no la encontrarán en la casa.
- Women is losers (Las mujeres son perdedoras), Janis Joplin,1967. Aborda el problema de los abusos y manipulación de los hombres sobre las mujeres. Se trata de una especie de denuncia de la situación que, a su vez, anuncia o más bien desea que: “Ahora, algún día/ por supuesto ellos pagarán/ Entonces ellos darán la vuelta y huirán”.
- Yo no soy esa, Mari Trini, 1971. Esta canción plantea el rol de una mujer que no es sumisa, que lucha por su libertad en la relación de pareja y rompe con esa imagen idílica de mujer frágil y dependiente común en las novelas rosa. Fue muy popular en España y América Latina.
- Mujer, Gloria Martín, 1974. En ella se cuestiona la falta de igualdad de la mujer respecto al hombre en la sociedad. Destaca la importancia de pensar y de tomar iniciativa ante los patrones culturales que la reducen al hogar. El tema ha sido grabado por diferentes cantantes entre ellas, Amparo Ochoa.
- La tierra escrita, Sonia Silvestre, 1978. Se trata de la musicalización de un poema de Aída Cartagena Portalatín que relata el asesinato de las hermanas Mirabal ocurrido el 25 de noviembre de 1960, al final de la dictadura de Trujillo en la República Dominicana. Esta fecha fue escogida por las Naciones Unidas como el Día Internacional de la No Violencia contra Mujer.
- Mujer Florero, Ella Baila Sola, 1996. En la canción se aprecia una inteligente ironía sobre el predominio del machismo en el hogar. Una de sus estrofas dice: Y por la noche te haré la cenita/ Mientras ves el partido o alguna revista/ Y hablaré sin parar de mi día casero/ No me miras no me escuchas ¡ay! cuánto te quiero.
- Lilith, Pedro Guerra, 2002. Sobre este tema incluido en el álbum Hijas de Eva, ha dicho su autor: ’Me inspiró mucho la historia de Lilith, una leyenda que desconocía y que cuenta que hubo una mujer en el paraíso antes que Eva, creada de polvo y barro, como Adán, pero que no quiso someterse y se marchó. Entonces Dios creó a Eva de la costilla de Adán, como sentido de mujer sometida”. Interesante recuperación de una mujer con espíritu libertario.
- Dignificada, Lila Downs, 2004. Inspirada en el asesinato que quedó impune en México, de la defensora de los desechos humanos Digna Ochoa. “Está dedicada a aquellas mujeres que están peleando por condiciones más humanas para individuos que no tienen, para gente marginada”, plantea su autora. Un fragmento de la canción dice: “Allá en la noche un grito/ Y se escucha lejano/ Cuentan al sur/ Es la voz del silencio/ En este armario hay un gato encerrado/ Porque una mujer/ Porque una mujer/ Defendió su derecho”.
- Mételo, Andrea Echeverri, 2012. En esta canción se critica la carga machista presente en el reguetón, por lo que su autora se rebela y enarbola un canto de valorización de la mujer ante los estereotipos y visión cosificadora presentes en esa variante de los llamados géneros urbanos. En su primera estrofa dice: “No soy 90-60-90/ Mi cuerpo es mío, no está a la venta/ Pienso que el sexo es sagrado/ y es en la intimidad con el enamorado”.
- Rosa y azul, Xiomara Fortuna, 2018. En esta canción se plantea quebrar la construcción de estereotipos de hombre y mujer en la tradición de la sociedad dominicana. Toma el más cercano y visceral, ese que desde el hogar y el entorno inmediato empieza a marcar la masculinidad y la femineidad desde el mismo nacimiento: niño azul, niña rosa. Disfrútenla: