“Si me matan, sacaré mis brazos
de la tumba y seré más fuerte”
Minerva Mirabal
Era víspera del 25 de noviembre y cuando ellas, en medio de la actividad se pusieron de pies el salón se llenó del espíritu de Las Hermanas.
Con gracia, con garbo, la frente en alto, disciplinadas, enfocadas, entusiastas iniciaron su canto. Un canto vinculado a ellas y a todas, a las presentes y a las ausentes, a todas las dominicanas.
Primero, a son de Diego Torres dijeron que sí se puede, que las ventanas se abren, que la tristeza se va y los miedos se sacan. Y quién mejor que ellas para decirlo, las valientes que se atrevieron a romper el silencio, a decir !basta ya! e iniciar el camino de la recuperacion. Las que han hecho un doctorado en valentía pues salieron de la muerte y siguen vivas.
Y por si alguna lo duda lo repetían una y otra vez "Saber que se puede, creer que se pueda". Por supuesto en soledad es difícil, pero ahí estaba el grupo coral para decir, en una significativa metáfora, que juntas, en grupo, apiñadas, coordinadas, en solidaridad, en respeto, en armonía como sonaron sus voces, se puede.
Y las demás, las del público, asintieron, sus ojos, su rostro, todo su cuerpo habló, el silente eco interior resonó en el salón y la esperanza se adueñó del alma.
Después vino el compromiso, en letras de Antonio Flores prometieron nunca más usar la violencia.
Ellas que la han sentido en su propia piel, que la sufrieron en sus historias, que fueron marcadas por la gente más querida, prometen no traspasarlo a sus hijos e hijas. Les prometen una nueva vida desde la conciencia de su propio dolor y el aprendizaje de nuevas formas de amar que no impliquen sufrimiento. Prometen amor con límites, con autoestima, prometen alegría, siembra positiva, prometen paz, nunca violencia.
Al final, vino el decreto a ritmo de tambora, no podía ser de otra manera. La musa de Bienvenida Feliciano, puso a todo el público a bailar, cantar, reír y enfatizar cada verso de esta canción de fuerza y empoderamiento inspirada en una valiente que dijo "No aguanto más". Un canto que describe en palabras sencillas el calvario de las mujeres que viven violencia. Es nuestro himno, el canto de fortaleza y lucha de este lugar de recuperación donde cada día se renueva la esperanza de una nueva vida para las mujeres.
Y cantaron las mujeres frente las autoridades, el Dr. Jean Alain Rodriguez, Procurador General de la República y Yeni Berenice Reinoso, Fiscal del Distrito, ellas a una sola voz gritaron sus dolores, pero además su fuerza, su voluntad y su alegría que no ha podido matar la violencia.
Honro a cada una de estas sobrevivientes que día a día nos dan lecciones de perseverancia y que convierten en recuperación la misma fuerza que les hizo soportar la violencia y quedar con vida.
Honro también a las profesionales del equipo técnico del Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia que también cantaron, igualándose a ellas en su condición de mujer para construir otra hermosa metáfora de unión en su dolor y recuperación.