La causa del cáncer ovárico es desconocida y a menudo se diagnostica cuando el tumor se ha diseminado más allá de los ovarios, por lo que su tasa de mortalidad es elevada. Los síntomas son muy vagos y suelen atribuirse a otras afecciones más comunes.

El cáncer de ovarios es el quinto más común entre las mujeres y se presenta en mayores de 55 años.

Las mujeres con antecedentes personales de cáncer de mama o antecedentes familiares de cáncer de mama o cáncer de ovarios tienen un mayor riesgo de sufrir este tipo de cáncer.

Un estudio realizado en Gran Bretaña, Universidad de East Anglia, asegura que una taza de té y de jugo de naranja puede prevenir el cáncer de ovario.

La presente investigación es la primera en examinar la relación entre los flavonoides presentes en la dieta normal con el riesgo de cáncer de ovario, y es una oportunidad para abrir las puertas a nuevas investigaciones

La investigación revela que las mujeres que consumen alimentos que contienen flavonoles y flavanonas disminuyen significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de ovario epitelial.

Los investigadores han analizado los hábitos alimenticios de 171.940 mujeres de edades comprendidas entre los 25 y 55 años durante más de tres décadas. Así han visto que aquellas que consumieron alimentos y bebidas con alto contenido de flavonoles (presente en el té, vino tinto, manzanas y uvas) y flavanonas (se encuentra en frutas cítricas) eran menos propensas a desarrollar la enfermedad.

El estudio fue publicado por la revista «American Journal of Clinical Nutrition», la directora del estudio, Aedin Cassidy, destaca que las mujeres que consumen alimentos ricos en estos dos grupos de sustancias -flavonoles y flavanonas- tenían un riesgo significativamente menor de desarrollar cáncer de ovario epitelial.

La investigadora matiza que es importante que las principales fuentes de estos compuestos sean el té y los cítricos, que se incorporan fácilmente a la dieta. Estos cambios en la ingesta de alimentos podrían tener un impacto en la reducción del riesgo de cáncer de ovario. Por ejemplo, «beber dos tazas de té negro cada día se asociaba con una reducción del 31% en el riesgo de cáncer».

La presente investigación es la primera en examinar la relación entre los flavonoides presentes en la dieta normal con el riesgo de cáncer de ovario, y es una oportunidad para abrir las puertas a nuevas investigaciones.

A partir de los 20 años todas las mujeres, con vida sexual activa o no, deben recibir una evaluación por una ginecóloga y un estudio ecográfico de la pelvis una vez al años. Después de los 40 años la detección de marcadores tumorales es una buena decisión.

A tomar té y jugos cítricos, la madre tierra contribuye con la salud.

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