El pasado 4 de febrero se conmemoró el día mundial contra el cáncer. Sabemos que cada año esta enfermedad se cobra un elevado número de vidas de todas las edades, sexo, raza, religión o nivel socioeconómico. El cáncer destruye vidas y familias al ser la principal causa de muerte a escala mundial.
Quienes han vivido la experiencia de tener un familiar con cáncer sufren en gran manera. Con frecuencia prefieren esconder el dolor y sólo muestran su lado fuerte, pues en la batalla contra la enfermedad no se dan el permiso de mostrar signos de debilidad. La psico-oncologia surgió como especialidad para poder ayudar al enfermo y a su familia a disminuir los efectos psicológicos que se presentan durante el inicio y desarrollo de la enfermedad.
En los inicios existieron serias contradicciones acerca del manejo y procedimiento que se debía tener con el paciente enfermo de cáncer. Fue Elizabeth Kûbler-Ross quien desafío el tabú de hablar con los pacientes respecto de su muerte inminente y hoy en día siguen siendo muy valiosos sus aportes.
Debido a que las familias pueden experimentar elevados niveles de estrés, ansiedad, depresión y angustia, todos estos síntomas pueden terminar alterando las relaciones y por tanto se quiebra la armonía familiar. Es por esta razón que podemos encontrarnos con familias divididas y relaciones laceradas, que no pudieron contar con las estrategias necesarias para enfrentar la enfermedad y recobrar el equilibrio dentro del sistema familiar.
Sé que en nuestro país hemos logrado avancesen la lucha contra el cáncer. En el nuevo Instituto Nacional de Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (INCART) los pacientes pueden contar con unas instalaciones dignas y excelentes equipos, pero lamentablemente el presupuesto que el gobierno les asignó no permite mantenerlos adecuadamente, según las declaraciones ofrecidas por el Dr. Francisco Monegro Santos, director del INCART al grupo de comunicaciones Corripio, en fecha 09 de Octubre del 2014. Esto quiere decir que si el presupuesto no les alcanza para cuidar y mantener funcionando esos equipos, muy posiblemente no podrán contar con el equipo humano necesario para acompañar y sostener emocional y psicológicamente a los enfermos y sus familiares.
Mi interés es que en los próximos años se logren avances significativos y el fortalecimiento de la psico-oncologia, pues la enfermedad por su complejidad necesita un abordaje integral, lo que implica un trabajo biopsicosocial. Ahí radica la importancia de la labor del profesional de la psicología con especialidad en esta área de intervención, pues éste ayuda al enfermo y sus familiares entender como les afecta el cáncer en los diversos aspectos de sus vidas.
De igual manera les acompaña en las diversas etapas de la enfermedad. El objetivo principal de la psico-oncologia es intervenir el sistema familiar con estrategias dirigidas a lograr el sostenimiento de la familia, a la vez que les estimula y les ayuda a desarrollar los recursos y habilidades necesarias para enfrentar la enfermedad.
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