La historia del arte va siempre ligada a la historia de la cultura, toda vez que cualquier producto o producción artística es también una producción cultural. Lo cual implica que se ha llevado a cabo en un tiempo y un espacio de la cultura, y su creador será, por lo mismo, sujeto histórico, social y cultural.

La historia del arte será pues la historia del tiempo de producción y la productividad de la historia artística, pero también la historia del espacio, los objetos, las imágenes y los sujetos de la creación artística. Todo quehacer, en tal sentido, implica un modo de producción de las imágenes y las relaciones de producción de objetos y valores estéticos; será en ese mismo caso, una cardinal cultural.

Así pues, el fenómeno artístico se produce en un espacio humano llamado sociedad, históricamente determinada; un sujeto creador determinado por su tiempo, cultura, valor artístico y cultural; también la obra se proyecta producida mediante un lenguaje, una concepción, una técnica, una temática y una estrategia de producción.

El producto artístico y cultural constituye un registro, un momento de una misma evolución. La interinfluencia arte-cultura-lenguaje se ha expresado y aún se expresa a partir de las diversas concepciones de la historia del arte y la sociedad.

Existe en la historia del arte una concepción historiográfica que involucra el documento y se apoya en sus lecturas, mensajes o intercambios intelectuales, significado, visión, fundamento y recepción.

Este proceso definicional se constituye en la dialéctica entre el sujeto y el producto artístico; la cultura de los signos y la cultura del diálogo artístico; los sujetos y los objetos forman parte de una cadena de producción artística y cultural, pero también, de la interpretación y comprensión del proceso de significación de todo un fenómeno dinámico de cultura y producción artística, constituido por sujetos, obras y receptores.

A todo lo largo de los estudios culturales y artísticos, los elementos que conforman las creaciones visuales obedecen a criterios de invención, imaginación, reproducción y de modo o tipo de representación llevados a cabo por un sujeto creador o reproductor.

Ello obedece a un impulso estético o reproductor de formas naturales y culturales, pero sobre todo concentrado y motivado en un determinado tiempo, espacio y percepción.

El criterio que argumenta o reproduce la visión de un artista o creador es aquel que conforma un determinado mundo imaginario, real y social, toda vez que un producto artístico revela detalles o elementos de un fragmento de historia humana a través de un tipo de creación artística.

La periodización de la producción de formas, objetos y especies artísticas reconocidas en determinado tiempo real o imaginario, está sujeta a cambios de percepción y de mirada, pero también de los valores que pueden representar en un momento histórico justificado por el artista y su obra.

Tanto en el arte helénico, el arte egipcio, el arte de la era de Augusto, el arte de la baja latinidad, el arte bizantino y paleocristiano, así como más tarde en el románico, el gótico, el alto gótico y el bajo gótico, el arte cristiano de oriente y occidente, el arte en la era del Humanismo o el arte llamado del Renacimiento, se constituyen formas de expresión propias de una concepción del quehacer artístico que obedece a una cultura de la imagen determinada por sus valores, su visión y su conformación histórico-significante y comunicativa.

Lo que se necesita conocer a partir de un tipo de reproductividad cultural y artística es una forma, un modelo o una imagen histórica y civilizatoria. Esta, indudablemente, ocurre en una determinada formación sociocultural donde pueden surgir variantes que forman parte de la profesión u oficio de dibujante, pintor, escritor, arquitecto y otros oficios artesanales o técnicos, definidos y explicados en una determinada travesía cultural (geografía africana, geografía gálica, geografía cristiana, geografía romana, geografía helénica, geografía bizantina y otras).

Hemos visto cómo a través del proceso de producción y reproducción de imágenes, se hacen visibles y sensibles las diversas técnicas y lenguajes de significación de tipos, modelos y formas visuales que propician tendencias en cuanto al trabajo de creación y tipificación de las imágenes.

Se trata de una serie de trabajos, fórmulas y técnicas que originan modelos, variaciones formales y visuales dentro de un modo de producción y reproducción de formas, sistemas iconográficos, talleres, museos naturales, distribuciones, organizaciones y valoraciones de objetos artísticos determinados por un nivel de trabajo y creación cultural.

Tanto la historia del arte como la historia de la técnica y los materiales que se utilizan para reproducir modelos o tipos icónicos, facilitan otra historia propia de los intercambios artísticos que dan lugar al funcionamiento de un orden económico, estético y social.

Así las cosas, la historia de la reproducción visual y también la historia del trabajo humano y de los productos culturales imaginados en un tiempo y un espacio históricos, orientan relaciones sociales y culturales periodizables:

  1. Arte Pre-clásico, siglo XII al 1ro antes de nuestra era.
  2. Período Clásico, siglo I al V antes de nuestra era; siglo I al V después de nuestra era.
  3. Período romano S.V después de nuestra era al X de nuestra era
  4. Arte Paleocristiano, 1ros siglos de la era cristiana, I al VI después de nuestra era.
  5. Arte de la baja latinidad, siglo VI al IX de nuestra era.
  6. Arte románico, del siglo X al XII de nuestra era.
  7. Período gótico (bajo, medio y alto gótico), siglo X al XIII de nuestra era.
  8. Arte del humanismo o de la edad del humanismo (siglo XIV al XV de nuestra era).
  9. Período renacentista, del XV al XVIII después de nuestra era.

Esta periodización, a propósito de la historia de la reproducción visual, se lleva a cabo de manera comparativa, productiva, polidireccional, monosémica y polisémica, siguiendo la orientación, creación o reproductividad de las imágenes, los estilos de producción visual y los marcos de reproducción figural de las imágenes.

A partir del siglo XV y hasta el siglo XIX, se da un proceso de trabajo artístico y económico de los diversos modelos de circulación de las imágenes, luego de la aparición de la imprenta, y de otros medios de comunicación, que harán posible variados tipos de creación y reproducción de las imágenes (técnica, gráfica, poligráfica, publicitaria, periodística, librera, fotográfica, fotograbado, cinematográfica y otras). Este tipo de productividad y reproductividad social de las imágenes, tendrá como consecuencia nuevos desarrollos de la producción mecánica y técnica para el reconocimiento las formas visuales.