Señor presidente Danilo Medina que gran pena hemos sentido, lo veíamos venir desde hace muchos años, al leer en un periódico “Dominicanos abandonan nueve pueblos fronterizos. La migración masiva se produjo en Jaramillo, La Cabuya, Senita, Isabel de Torre, El Gómez, Batey Madre, Batey Isabel, y Walterito, en una franja que va desde Cañongo (Dajabón) hasta COPEI (Montecristi). Abandonaron cansados de luchar en lugares sin agua potable, electricidad, consultorio médico. En Jaramillo, expresa un bracero haitiano, de 83 casas 82 fueron abandonadas y ocupadas por sus compatriotas”.
Esta situación es similar en toda la frontera y en el país existe una gran presencia de hermanos haitianos, las autoridades dominicanas deben de entender que la sentencia 168/13, ley de Regularización, una muralla resultan medidas parciales con poco efecto en la solución del problema. Estas dos naciones son hermanas gemelas, hijas de una isla, en consecuencia el mejoramiento de ambas debe estar visualizado en un plan de desarrollo integral que comprenda a ambos países, obviamente, con clara separación de sus Estados y soberanías, pero con la posibilidad de explotar con mayor eficiencia recursos naturales ubicados en sus fronteras.
Señor presidente, los campesinos migran hacia las zonas urbanas incapacitadas para recibirlos dignamente, ¿De que vivirán? Las principales razones por las cuales se originan estas migraciones masivas son las inversiones escasamente productivas que se realizan en metros, circunvalaciones, elevados, túneles y corredores, creando una ficticia luminosidad de bienestar en las Capital y Santiago que conjuntamente con desatención a los campos obligan a este comportamiento trasladando y agravando la problemática social.
Previendo esta situación desde nuestra primera dirección, 1975-1978, en la Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN) abogamos porque se pusiera en vigencia como base de la gestiones gubernamentales el modelo de Desarrollo Regional con la finalidad de que la mayoria de recursos disponibles pudiesen activarse produciendo desarrollo en las distintas áreas geográficas del país. De esta manera hubiésemos mejorado las condiciones de vida de nuestros campos y evitado las migraciones masivas que se efectúan. Como un indicador de este propósito planificador creamos el Instituto de Desarrollo del Suroeste (INDESUR), pensábamos que debía estar acompañado de un Fondo y una importante Fundación como trípode institucional que garantizaría la participación de los sectores público y privado en el desarrollo.
Este esfuerzo estuvo sustentado por todos los organismos especializados de las Naciones Unidas, la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), Banco Central y otras importantes entidades gubernamentales. El presidente Joaquín Balaguer dejaba hacer. De ser la idea exitosa el esquema debía repetirse en todas las regiones otorgando prioridad a las de mayor pobreza pero en 1978 gano las elecciones generales el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y obviamente había que cambiarlo todo y así se hizo, el Instituto sobrevivió hasta hoy, pero con mínima importancia primero, hoy sin ninguna.
Señor presidente nuestra Fundación ha realizado recientemente un estudio del conjunto de las complejas causas (económicas, sociales, institucionales, tecnológicas) que originan los problemas sociales que afectan al pais, para resolverlos, reiteramos es necesaria la formulacion y ejecución de un Proyecto Nación 2014-2034, basado en un modelo social que incluya el economico, con soluciones especificas para cada causa.
La inversión publica complementada por la privada deben priorizar los sectores: eléctrico, agropecuario, agroindustrial, turismo, minería, comercio en gran escala, pymes, entre otros, con la finalidad de establecer, basado en estudios de demanda. Centros productivos en las cuencas hidrográficas para aumentar sustancialmente la produccion, exportaciones y empleos, como referentes a la prestación de los servicios de transporte, educación, salud, seguridad social, vivienda, convirtiendo estos centros productivos en ejes de desarrollo integral. De esta forma las gestiones gubernamentales se sustentarían en el Desarrollo Regional, en cumplimiento del artículo 196 de la Constitución. De no hacerlo los problemas seguirán agravándose.