Dedicado a Gilberto Pérez Oviedo
¿Usted cómo quiere su cultura con rinse uno, enjabonado dos, piojos empinados o secos con cambumbo aplanado?
¿Usted cómo quiere debatir su cultura, con lavado quince, papazo de cuaba o tubis al vapor?…
¿Es un salón de belleza el mejor escenario para plantear el tema de la cultura en un país como el nuestro?…
En las viejas campañas publicitarias dominicanas nunca faltó el dejo de folclor que en cierta manera caracteriza un rasgo de la dominicanidad. Se deberá recordar aquel personaje del burro bajo las siglas de CORIDE, que resulta siempre con un tono de humor local en medio de lo urbano.
Todos recordarán sus letreros pegados al palo donde corren las líneas de energía eléctricas, etc.
Más de moda fue el circo “amablista” que tiraba por los aires granjas enteras dirigidas a unas masas que más que hambrientas, combinaban desesperación, risas nerviosas y ojos hinchados, porque no siempre el cacho de salami arrojado con fuerza desde el furgón, estaba destinado a caer en las manos, podía caer en el ojo izquierdo (slam!) o en el derecho (túquiti!)…
Así las cosas del circo amablístico, que llegó a convertirse en uno de los espectáculos de las campañas electorales más miserable que ojos humanos hayan visto, reduciendo a las masas alborotadas en un simple pegote humano rodante…
Hasta ahí lo grotesco en campaña, en las crónicas de los periódicos no podían tener otro tono de redacción que no fuera la guasa y la sorna misma, porque en plan serio nadie, pero nadie, podía retratar de modo fehaciente, sin omitir el dramático realismo del hecho, sin una pizca de humor posible.
Las Campañas Electorales tienen múltiples sesgos, y en el ámbito de las categorías populares, Luis el Gallo Moreta con sentido práctico, que tampoco escapa al humor, ha sabido regalar gatos contra los ratones barriales, mosquiteros sin mosqueteros y otros instrumentos de ayuda popular.
Nadie podría descalificar a un candidato porque trate de hacer un acercamiento popular a partir de ideas que la gente entienda que en su imaginario de pueblo le representa, mirado desde la sociología de lo popular sería insólito. Eso es una cosa, pero otra, es no entender los espacios y los discursos, otra es no entender el valor de la imagen del candidato y su símbolo.
En este texto se deja claro, que de modo popular el tema de los salones de belleza, los estilistas siempre han sido elementos de campaña, pero en un tenor que corresponde a su rango sin quitarle de igual modo los elementos de humor y folclor que el tema siempre ha implicado por tradición.
De lo que se trata simplemente, según el viejo proverbio de siempre: no confundir el culo con las témporas, que es lo que ha sucedido.
¿No es curioso que en un acto de este tipo se pretenda hacer promesas sobre el sector cultural que nada tienen que ver ni con el Shampoo ni los salones de Belleza?…
Me parece que el debate sobre la cultura en la República Dominicana, tiene mayor significado y trascendencia que lo que se ha propuesto en este acto de inauguración de Comando de Campaña Cultural, a no ser que tanto el estilismo como el Shampoo, sean elementos claves y nuevos del viejo debate sobre la cultura en el país.
Desconozco al ideólogo del tema, pero según observo, es una burla involuntaria a un debate necesario que algunos siempre hemos promovido con un criterio totalmente diferente a convertir los Salones de Belleza, en ejes transversales del llamado debate de la cultura.
El tema por su letargo, merece un poquito más de respeto y un mínimo de seriedad.
Si la creatividad de una campaña electoral en relación con el tema de la Cultura se medirá por caspas, rinses, mata piojos lavado en seco, enjabonado uno o empapado dos, entonces no andamos muy bien y demuestra, una vez más, que para los candidatos presidenciales, por tradición, la cultura no tienes roles de trascendencia, de ese susto no se muere nadie. (CFE)
NOTA: Al margen de todo lo que se pueda decir, no habrá que olvidar que en el imaginario identitario popular el salón de belleza, espacio femenino por excelencia, maneja las ideas estéticas en la clave arraigada de los moños, pelo muerto, pelo malo, pelo bueno, cabellos, pasas, y otras ideas negadoras de los valores estéticos originarios de la etnicidad de la República Dominicana. Por otro lado, si un candidato está convencido que su foto de conjuro en un Shampoo puede darle votos, habrá que esperar en mayo para amanecer con el milagro del Shampoo electoral. Esa es su "libertad de estrategia".