I.-Conocer a las personas
1.- La vida en sociedad sería sumamente fácil, si todos los seres humanos tuviéramos igual forma de comportamiento. La comunicación se establecería sin inconveniente alguno; cada quien sería asequible sin dificultad de ninguna índole, pero ocurre que la especie humana reacciona con posturas diferentes.
2.- Para conocer a una persona no podemos tomar un solo agente denominador como característica de su proceder. La acumulación de conocimientos hace posible saber de sus reacciones, de los hábitos que llevan a hacer notorias sus actuaciones.
3.- En mi comunicación con los demás trato de ser observador para comprender sus defectos y virtudes. Partiendo de que nadie es bueno entero ni malo entero, procuro valorar a las personas por la educación doméstica; la región del país donde nació y se desarrolló; su origen social, ubicación clasista, cualidades de sensibilidad, probidad y lealtad.
4.- Siempre presumo que la persona es buena, suposición que mantengo hasta que me doy cuenta que he errado en mi conjetura inicial.
II.- La Eunisis que conozco
5.- He hecho la introducción anterior para decir que el día martes 19 de junio de 1990, en la ciudad capital, por medio de mi amigo, el doctor Danilo Pérez Zapata, conocí a Eunisis Vásquez Acosta, con la que me he tratado. Ella es sumamente animada, de mente ágil, trato afectuoso y ampliamente conversadora.
6.- En Eunisis he observado que es solidaria; altamente dadivosa, practicante del altruismo. Su vocación religiosa la ha llevado a adherirse a los que en el seno de la iglesia Católica ligan su devoción cristiana con la causa de los oprimidos.
7.- Eunisis es entregada a su familia de la cual es una especie de benefactor, teniendo siempre en su mente no solamente a la residente en el país, sino también a la que está en Europa y en los Estados Unidos. La actitud de protección a su círculo familiar dice mucho de las condiciones humanas que rodean a Eunisis.
8.- La Eunisis que por más de 25 años he tratado, por su temperamento se conecta con facilidad con los demás, y es de carácter tratable. No da demostración de ser mordaz.
9.- La interacción de Eunisis con diferentes clases y capas de la sociedad dominicana, le han permitido tener trato con personas que están o han estado en las alturas del poder político del Estado; en la cima de la curia del catolicismo; departir con la intelectualidad adulta y joven del país; con rasos y oficiales de alto rango de los cuerpos militares y policiales. Mantiene comunicación con prominentes empresarios, legisladores, artistas, en fin, tiene amistad con hombres y mujeres que, en su conjunto, constituyen el abanico de seres humanos que es el pueblo dominicano.
10.- Lo que he observado y comprobado en mis relaciones con Eunisis es que tiene una buena formación hogareña, la que la ha llevado a mantener una vida honesta y decente, ser cumplidora como ciudadana, madre, profesional del derecho, juez y amiga leal.
11.- Estoy escribiendo de la Eunisis Vásquez Acosta, que he tratado, y sé que tiene sus defectos como un ser humano cualquiera formado y desarrollado en esta sociedad, que genera vicios que nos tocan a todos y a todas y afectarían, si existiera y viviera aquí, hasta a la madre Teresa de Calcuta.
III.- La razón de este escrito
12.- Lo que me impulsa a elaborar este artículo no es destacar lo que pueda embellecer o afear la persona de Eunisis Vásquez Acosta, sino exponer mi parecer en torno a una campaña llevada a cabo con el fin de presentarla como una magistrada corrupta, todo porque no se confabuló con los intereses de una de las partes en una litis.
13.- Actualmente Eunisis Vásquez Acosta, se desempeña como Presidenta Interina de la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, tribunal que se encontraba apoderado de un asunto que envuelve altas sumas de dinero en dólares, y aunque Eunisis se inhibió, se abstuvo de intervenir en el fallo del caso, en su contra se ha desatado por los medios de comunicación una campaña despiadada e implacable.
14.- El nombre de Eunisis Vásquez Acosta, ha sido vapuleado con calificativos afrentosos y términos injuriosos. Su investidura como juez ha sido flagelada, censurada y sacudida. Se le ha dado un trato cruel y crudo, con el objetivo de descalificarla y, a la vez, mortificarla y torturarla mentalmente.
15.- La campaña perversa dirigida a manchar como juez el nombre de Eunisis Vásquez Acosta, fue pensada y ejecutada en forma calculada, fríamente diseñada para que fuera recibida como cierta por la opinión pública nacional, de por si indignada de tanta corrupción pública y privada.
16.- Para dañar a Eunisis Vásquez Acosta, como Presidenta Interina de la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, lo primero que se hizo fue, en forma aviesa e infame, alterar en su declaración jurada de bienes el monto de su patrimonio real declarado de RD$11, 374,621.33, falseándolo en RD$67, 954,073.73.
17.- Una vez los perversos distorsionaron el monto auténtico de la declaración jurada de bienes de Eunisis, que figuraba en la página web de la Suprema Corte de Justicia, iniciaron su labor de derrumbamiento de la buena conducta que Eunisis ha mantenido.
18.- La trama urdida desde la página web de la Suprema Corte de Justicia, es donde está la base de sustentación de todo lo que se ha movido alrededor de la difusión e informaciones vergonzosas, censurables, maliciosas y obscenas contra la magistrada Eunisis Vásquez Acosta.
19.- La alteración del monto en la declaración jurada de bienes de Eunisis Vásquez Acosta, en la página web de la Suprema Corte de Justicia, y la realización de una rueda de prensa contra su persona en la primera planta del edificio de la Suprema Corte de Justicia, llama la atención, mueve a suspicacia y revela los hilos que se han movido y se mueven en la trama para descalificar moralmente a Eunisis.
20.- Los daños causados a Eunisis Vásquez Acosta, con el sucio operativo ejecutado desde la página web de la Suprema Corte de Justicia, no deben quedar subsanados con una explicación socarrona. La opinión pública decente del país debe saber todo el entramado en torno a las denuncias afrentosas llevadas a cabo por interesados, por distintos medios de comunicación, contra Eunisis Vásquez Acosta.
21.- Antes de dictarse la sentencia relacionada con el asunto que ha motivado la sucia campaña contra Eunisis Vásquez Acosta, personas con marcado interés en el expediente se movieron procurando que relacionados con ella influyeran para que inclinara a su favor la vara de la justicia.
22.- En ese sentido, no fue por casualidad, coincidencia, ni por pura aventura que en mi escrito de la pasada semana dije lo siguiente: “10.- La abogada o el abogado que se obliga con su cliente a darle un resultado satisfactorio de su caso, es el mismo que no tiene escrúpulos, vergüenza ni reserva alguna para asediar al juez en su hogar; cabildear con los relacionados sin importar que sean hijos, hermanos o amigos. Con el fin de alcanzar lo prometido a su pagador, los indignos profesionales del derecho hacen hasta lo más vulgar”.
IV.- La buena imagen del juez
23.- La honra de todo magistrado debe estar al abrigo de toda duda, sospecha o interrogación, porque la más leve suspicacia la pone en entredicho, creando en sus decisiones inseguridad, desconfianza y ausencia de pureza. La dignidad cuestionada, puesta en tela de juicio, coloca a la persona en situación de descrédito, y sus opiniones las hace inverosímiles, cargadas de escepticismo.
24.- Aquel que administra justicia se le exige celo, meticulosidad y esmero porque está llamado a decidir pretensiones de naturaleza muy diversas. Su conducta debe permanecer acrisolada, purificada, bien aquilatada. Solo así es merecedor de dar buen nombre a lo que es sometido a su consideración en la jurisdicción donde desempeña sus funciones.
25.- La sentencia dictada por un juez lleva su sello, el aval, la garantía, el respaldo que merece su investidura por la buena reputación de que es merecedor y los méritos ganados con sus actuaciones. El juzgador prestigioso, respetado y afamado debe conservarse incensurable, impoluto, sin contaminación alguna, porque la confianza es como la vida, que cuando se va, jamás vuelve.
26.- Hay que cuidar de que no aparezca un malvado a estrujar un buen nombre, en una sociedad como la dominicana, en la cual la palabra corrupción, ladronismo, sinvergüenza y bandido está a flor de labios, lista para ser colocada al servidor público más honrado; ponérsela como marbete al más honesto; indicarla como sobrenombre al cristiano más puro.
V.- Los jueces honestos deben permanecer en estado de alerta
27.- La honradez de un juez, en un abrir y cerrar de ojos, en un santiamén, resulta destrozada, desvirtuada y estropeada, bastando que un litigante temerario tenga buenas relaciones en los órganos del tren judicial llamados a velar por la disciplina y correcto proceder de los miembros de la judicatura y que, además, cuentan con informaciones privilegiadas de la vida y bienes de sus integrantes.
28.- Es difícil de arreglar el estado lamentable que ha quedado el buen nombre de la magistrada Eunisis Vásquez Acosta, porque ha sido convertido en una lástima, está totalmente ajado. Los difamadores hicieron una desgracia, un desbarajuste de la fama de Eunisis.
29.- Lo que le ha ocurrido a la magistrada Eunisis Vásquez Acosta, debe servirle de motivación a los jueces limpios del país, para que se mantengan en sobre aviso, en guardia; para que no sean tomados de sorpresa en su buena fe; no se queden con la boca abierta el día que en la página web de la Suprema Corte de Justicia, aparezca su declaración jurada de bienes con un monto en su patrimonio veinte veces mayor que el realmente declarado.
30.- Lo penoso es que hoy, luego de la sucia campaña contra la honra de la magistrada Eunisis, esta no ha recibido ni recibirá explicación convincente y seria de cuál fue la persona interesada que alteró el monto de su patrimonio que figura en la declaración jurada fiel que ella hizo, y que reposa con igual fidelidad en su poder y en la Cámara de Cuentas.
31.- Solamente me resta decir que por ahí andan, de boca en boca, en periódicos manuales y digitales, las palabras afrentosas salidas de las gargantas malvadas y de las plumas perversas contra la Honorable Magistrada Eunisis Vásquez Acosta, y que solo pueden ser olvidadas o borradas por una sentencia definitiva e irrevocable en su provecho, y contra los que han pretendido, sin lograrlo, deshonrarla.