I. El Presidente Danilo Medina: ¿orgullo dominicano?
Como ya nos tiene acostumbrados, Mario Rivadulla (Teledebate.docx—Agosto 15) ha disparado un excelente tiro elogiando logros y planteando futuros retos al gobierno Medina y a la sociedad dominicana. Ante la meditación que dicho tiro provocase, los errores cometidos en mi matizado devenir aconsejan el silencio, no tengo autoridad, ni de lejos, para juzgar. Pero, que se va hacer, como cubano, siempre estaré listo a opinar–opinemos. Si, ya escucho a mis críticos–deberías haberte quedarte callado. A veces, la opinión de quien no esta jugando el ajedrez ayuda mas que aquella de los ensimismados en mover alfiles.
En el desalentador panorama del Gran Caribe, y sobreponiéndose a las bestias merodeando el quehacer político nacional, verdaderamente mucho han logrado los líderes políticos, deportivos, culturales, en la salud y empresariales dominicanos. Dentro de las cotas permitidas por los dueños del país y la dinámica regional, Danilo Medina, destacado líder latinoamericano, mucho ha logrado.
Mas nubarrones manchan el horizonte. Un comentario escuchado al aterrizar ayer lamentaba el premio a los corruptos y el castigo a los honestos. Gracias a Dios, al escarbar detrás de las noticias, también encontré bondad en los cambios.
El arte de gobernar a los seres humanos es impredecible porque el resultado de las tensiones entre las oscuridades de las bestias y quienes batallamos por ver al ser humano redimido, y no bestializado, avanzando en su travesía desde el Alpha animal hacia el Omega divino, es intrínsecamente errático. Mas los pueblos solo avanzan cuando lo errático sigue una tendencia noble, de prosperidad inclusiva—repitiendo la bienaventuranza urbana, bien y con tendencia a mejorar.
Amargamente aprendido en experiencia propia, aunque no guste, a veces, lo repugnante se acepta para poder continuar luchando por lo mejor. Tienta tirar la toalla–pero cuando la jauría aúlla, aguantamos. Quienes construyen países lograron el gran éxito dominicano, mientras las bestias paren fracasos. Los primeros prosperidad, la jauría, pobreza. Por supuesto, los hombres somos bestias y humanos–y así es la política. La excelsa pluma de Rivadulla sabiamente apunta en el balanceado tiro lo logrado, y lo por hacer.
A las bien perfiladas prioridades oso añadir el manejo del medio ambiente. El turismo es el verdadero oro dominicano, no aquel explotado por unos pocos en huecos excavados en frágiles montañas. La agricultura y agroindustria crea trabajo y provee alimentación donde pocas opciones existen, o, entre ellas, la emigración a Santo Domingo. ¿Será la Primada la primera a nivel mundial en concentrar en si las dos terceras partes de la población nacional?
Gracias a Dios, debido a los logros alcanzados, ya hay mas recursos conque labrar un futuro prospero, sostenible e inclusivo. En el exterior, apoyaremos a los grandes dominicanos y nos opondremos a las bestias, para lograr un gran triunfo en el mundo en desarrollo para el gran líder dominicano. En lo doméstico, nuestras oraciones acompañarán al nuevo equipo.
Sin temor a equivocarnos podemos predecir que gane quien gane en la lid electoral de los EEUU, el líder del mundo libre no será pro-inmigrante (o pro tratado de libre comercio). Por lo tanto la solución de los dueños de la República Dominicana, de resolver la pobreza expulsando a los pobres hacia los EEUU, quizás no funcione a futuro como lo hiciera en el pasado. Hasta las remesas podrían disminuir. Mas los paredones a la emigración no son el principal peligro. El ignorado y burlado cambio climático, desgraciadamente, nos llegó antes de lo esperado–y será desbastador.
Las sequias e inundaciones golpearán cada año mas cruelmente, las tormentas tropicales, según aumente la temperatura oceánica, recrudecerán sus ráfagas, los fuegos forestales no solo destruirán los indispensables arboles, sus cenizas destruirán los corales, y las plagas, encontrando un clima mas cálido, prosperarán e invadirán nuevos territorios.
El éxodo bloqueado y la capacidad de producción nacional duramente golpeada: la debacle? No; la dominicana, ocupando las dos terceras parte de la isla Hispaniola, es uno de los pocos países isleños pobres capaces de salir adelante. El tsunami de la deuda acumulada continuará mirando desde la valla, por supuesto.
En conclusión, miremos hacia dentro y a las opciones el buen Señor ha derramado sobre este bendito suelo. Y esto demanda, inapelablemente, un manejo mucho mas consciente de todos los recursos naturales–incluyendo el espacio urbano en Santo Domingo y comenzando con el mas valioso de todos: el dominicano. El liderazgo del Señor Presidente y de sus ilustres colaboradores, especialmente aquellos en cuya honestidad confían los donantes internacionales, podrían movilizar recursos para “blindar,” en la medida de lo posible, la República Dominicana contra el cambio climático y para desarrollar su medio rural. Soñando ilusiones, ojalá los fondos así obtenidos produzcan resultados concretos y no estudios interminables.
II. La internacionalización del modelo político dominicano y las elecciones en los EEUU..
La República Dominicana continua recibiendo alabanzas por la extrema derecha americana y brasileña como ejemplo de la prosperidad y progreso que solo gobiernos conservadores, como el dominicano, pueden lograr [emigraciones y remesas escapan esos comentarios]. La derecha cubano-americana hace eco a la alabanza del modelo dominicano y lo promueve como el futuro camino a seguir en Cuba [sin Haitianos (¿?)]. ¿Funcionaría un gobierno como el dominicano en los EEUU o en el Brasil? Veremos…
Mas por ahora, no en los EE.UU. Trump, quien se encuentra en caída libre, acaba de despedir a Manafort, su jefe de campaña, con acusaciones de trapos sucios en Ucrania. El díscolo lo reemplazó con amigos personales.
¿Podremos los demócratas copar el Senado y la Cámara de Representantes? El primero será menos difícil que el empinado camino hacia el segundo. Mas nada será fácil. Millonarias contribuciones, no siempre transparentes, (algunos tememos la dimensión criminal), financia generosamente la eliminación de cualquier peligro a la hegemonía de los dueños del Partido Republicano en el Congreso Americano. Por ejemplo, a pesar de sus desplantes políticos y demostrada inmadurez, el Republicano Rubio aparentemente será reelecto.
Esta es la gran batalla para los Demócratas– luchar por cada uno de los escaños en juego–y eso, no será nada fácil. ¿Y la Casa Blanca? La Casa Blanca tendrá una presidente.